Pobreza, falta de trabajo y precariedad laboral, adicciones, suicidios, delitos y una población con poco acceso a ofertas educativas es el cóctel que estalló en las últimas semanas en Orán visualizado esta vez por los enfrentamientos con los bagayeros.
Por Silvana Brezina / Para Cuarto Poder
Los sucesos violentos vividos en los últimos días por el conflicto con los trabajadores de frontera, comúnmente llamados bagayeros, puso el foco en los problemas sociales de la zona norte de la provincia.
Riquísima en recursos naturales pero cada vez más explotada por el avance del monocultivo (caña de azúcar y granos) Orán ha venido sufriendo una creciente desaparición de emprendimientos que significaban demanda de mano de obra e ingresos para las familias.
La reducción de fincas destinadas a la actividad citrícola y hortícola han significado un golpe a los sectores más vulnerables, los que no tienen calificación y por lo tanto solo acceden a trabajos menos especializados y menos pagos que están también por estos tiempos en vías de extinción.
La tecnificación de la empresa más influyente en la economía de la zona, el Ingenio San Martín del Tabacal, viene impactando desde hace décadas fuertemente en algunos oficios como el de cosechero de caña a partir de la década del 80 y el de cosechero de citrus a partir de mediados del 2000, cuando la empresa abandonó la actividad citrícola. El crecimiento en otros rubros -servicios por ejemplo- no equiparó la demanda laboral al incremento de la oferta de trabajos de baja calificación.
Así, la expansión de la economía marginal fue forzada por este contexto socioeconómico que durante años ha venido profundizando el deterioro de las clases sociales más vulnerables y sensibles a los vaivenes de las economías regionales del NOA. A nada de esto estuvo ajeno el accionar irresponsable de los gobiernos locales.
NUMEROS AMARGOS
Una enorme muestra relevada y publicada en el año 2011 evidencia contundentemente esta realidad.
Surgida de los registros oficiales del sistema de datos tomados por APS en el Area Operativa XI (Oran), la ronda sanitaria dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia arrojó:
En un total de 11.662 familias, que representa a casi la mitad de la población total de la ciudad, los operadores de salud registraron
un 52% de desempleo,
un 47% de familias numerosas,
un 36% de hacinamiento,
un 27% de viviendas sin agua potable,
un 27% de viviendas sin tratamiento de excretas,
un 15% de analfabetismo materno,
un 12% de enfermedades crónicas,
un 6% de embarazos de riesgo,
un 5% con déficit nutricional,
un 5% de mortalidad infantil.
El impactante resultado del relevamiento de APS, relevamiento que afecta a casi la totalidad de la población siendo solo excluido del registro el barrio Centro, ha derivado en la privación de la información por decisión gubernamental, no publicándose de ahí en más los registros siguientes.
En la última Ronda Sanitaria los porcentajes de desnutrición se han mantenido constantes respecto de los valores dados en el pasado año 2012: en niños de 0 a 2 años de edad, un 4% de desnutrición; y en niños de hasta 6 años de edad, un 10% de desnutrición -según fuentes calificadas-.
La política de ocultamiento de datos propulsada por Urtubey no ha podido con los excesos de realidad.
El crecimiento de la actividad informal como respuesta de autoempleo, la falta de oportunidades laborales y de estudios, la desigualdad social, la corrupción gubernamental, el incremento del contrabando de drogas, la falta de políticas que alienten el arte y el deporte, han significado para Orán graves problemas sociales.
Así, es cada vez mayor el consumo de estupefacientes -entre ellos el alcoholismo-, los suicidios sorprenden con víctimas cada vez más jóvenes -y hasta niños-, la violencia familiar, la violencia juvenil, la delincuencia callejera, han incrementado su presencia entre las preocupaciones más sentidas de los vecinos de la ciudad.
GABINETE… GO HOME!
En todo este tiempo no han aparecido más que acusaciones cruzadas. Cada sector arguye sus defensas y cargan las culpas hacia otros, mientras la capacidad de lobby o la demostración de fuerza hace variar el péndulo político para uno u otro lado.
La reacción espasmódica del gobierno al constituir una mera reunión de gabinete en la ciudad con el único fin de intentar poner paños fríos a un clima social incontenible en estos días, muestra a las claras la falta de política e ideas, la falta de gestión y la escasa capacidad de reacción de un gobierno municipal y provincial de mezquinos ineptos, en la vil materialización del eterno retorno.-
FUENTES LABORALES
El bagayeo representa, según estimaciones informales, cerca de 1.500 a 2.000 personas. Esa cifra pondría a la actividad como la segunda en importancia por la generación de empleo privado, después de la empresa Tabacal.
En las fincas existen emprendimientos que llegan a emplear a 1.500 personas por temporada para la actividad hortícola, pero la estacionalidad es corta y está altamente afectada por las injerencias climáticas.
La actividad maderera está muy por debajo de esos números, y el sector servicios está representado en su mayoría por pymes familiares, solo diferenciado por las cadenas comerciales de supermercados y de electrodomésticos.
«Tengo hijos bagayeros y una hija gendarme»
El dirigente barrial, Presidente del Barrio Nestor Kirchner, conmovió cuando llorando contó que tiene hijos bagayeros y una hija gendarme. Dijo: «Les pido disculpas a todos los bagayeros, les pido mil perdón. Porque también tengo una hija gendarme. Yo como padre luché para que mi hija sea algo. Lo que pasó hoy me rompió el alma. Pero esto es culpa de los malditos políticos. Del gobierno. Dónde están los hijos de puta que no dan laburo, laburo para la gente. Pido que toda autoridad policial, federal y gendarmería tenga más respeto por la gente. Esos malditos del narcotráfico que usan a la gente. Tuve amenaza de muerte con mis hijos estos días, porque tengo hijos que están bagayando», contó al relacionar lo sucedido en el Puesto 28 con los enfrentamientos de días anteriores entre gendarmería y bagayeros en la laya de camiones de Orán donde descargan la mercadería.
«Que me perdone el jefe del Escuadrón, porque tengo una hija en gendarmería. No sé qué pasó hoy, pero no voy a permitir que nadie se lave las manos en esta ciudad», agregó con la voz cortada por el llanto.
«Esto no puede suceder más. Los políticos gatos tienen que tienen que dar trabajo que se vayan, dejen de embolsillar la guita, los grandes empresarios que se vayan a la mierda esos hijos de puta gatos del pueblo. El pueblo está con hambre. Así hablamos del futuro de Orán?, así prometen el futuro los del gobierno?» se preguntó entre el aplauso de los familiares y bagayeros.-
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