Enfrentamiento con armas de fuego entre bandas. Orán (Video)
29/06/2013 | Revista Norte
ORAN, UN MACONDO QUE PADECE LA ETERNA SOLEDAD
A través de su perfil de Facebook el periodista Rulver Carabajal difundió un video en el que se observa a dos grupos de jóvenes enfrentarse con piedras y en medio de uno de los grupos un de los jóvenes amenaza a los otros con un arma de fuego.
Los enfrentamientos entre grupos de jóvenes antagónicos se destacan por peleas con piedras, palos, cadenas y a golpes de puños que provocan muchos heridos con politraumatismos, que terminan internados en el hospital San Vicente de Paúl, muchos de ellos llevados directamente a terapia intensiva.
Las peleas suceden en barrios como Abraham Balut, Caballito, Estación, Taranto y Constituyentes, entre otros. Se dan justamente entre chicos de barrios empobrecidos, con padres desocupados o sub-ocupados en el agro, en casas de familias con salarios paupérrimos, con trabajos que demandan muchas horas y poca plata, y que además le suman el descuido del hogar que lleva a que los hijos crezcan comiendo preparaciones poco nutritivas en comedores tan empobrecidos como sus casas, donde carecen del servicio de agua potable y de energía eléctrica, o si la tienen son conexiones clandestinas. Viven en casas de maderas con chapas de zinc muy frías en invierno y muy calientes en verano; casas, en su gran mayoría, de una sola habitación, donde duermen y comen todos los miembros de la familia, casi todas numerosas. Viviendas precarias que carecen también del servicio de cloacas, y poseen letrinas hechas sobre pozos ciegos mal construidos que contaminan todo el sector y enferman a los chicos de parásitosis. Todo se suma a la desnutrición que acumulan desde los primeros años de vida con consecuencias como daños cerebrales irreparables cuyos efectos se maximizan cuando alcanzan la adolescencia. En esa etapa de sus vidas su situación no cambia mucho, pero muchas veces se agrava ya que las jovencitas sufren acosos y/o abusos sexuales de propios y extraños, y los varones sometidos al trabajo pesado y/o a golpizas muy severas de parte de sus progenitores, al tiempo que son testigos de casos de violencia de género.
En este contexto el joven busca refugio, en primer lugar, entre sus pares; otros jóvenes que pasan por lo mismo luego encuentran como refugio el alcohol y finalmente la droga, una estación que los acerca directamente al delito porque la dependencia a la sustancia, el costo y la presión de los mercaderes de la muerte los moviliza a delinquir, razón por la cual son los principales protagonistas en robos en la vía pública, hasta ahora, con armas blancas.
Las imágenes difundidas solo son la punta de un iceberg gigante, que es el producto de años de abandono de un grupo etario que nunca fue valorado, porque sus votos no sumaban ni restaban, y por eso fueron condenados a andar errando de esquina en esquina, fumando porro o algo más pesado, organizándose en grupos para «pasarla bien» o para «enfrentarse» con otros grupos para «distraerse». Pero, como la droga misma, los enfrentamientos fueron subiendo de tono y últimamente toda la comunidad se conmovió por la muerte de un joven de 16 años a manos de otro de 17.En las imágenes se ve a un joven mostrando un arma como símbolo de poder, para amedrentar a los otros, para amenazarlos, que se «rindan» o los «matamos».
Orán se convirtió en el Macondo de la provincia, un pueblo abandonado, perdido en la selva de la nada, un pueblo que ya dejó atrás su primer siglo de soledad y va por el segundo; una soledad que se traduce con un pueblo que no tiene esperanzas porque sus gobernantes siguen llegando a la ciudad para vendernos espejitos de colores o fuentes de aguas danzantes que nos cambiaran la calidad de vida… y todo sigue igual, eternamente condenados a la soledad.-
Por Fabián Cardozo / Foto: Un joven exhibe un arma de fuego en una pelea entre bandas en Orán.