Surgen dudas sobre la grave denuncia por abuso sexual contra el Jardín de infantes de Orán

08/11/2013 | Revista Norte
Imagen ilustrativa

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SOSPECHAS DE QUE SE TRATARÍA DE UNA CAUSA ARMADA

La inspección ocular de la justicia comprobó la inexistencia de una puerta entre el jardín y el domicilio particular de la docente, donde acusan que ocurrieron los hechos.

El 21 de octubre una fuerte denuncia contra un jardín de infantes de Orán fue hecha pública en los medios de prensa. El Tribuno entrevistó por primera vez a A. I., madre del niño de 6 años, quien contó en esa nota que su hijo había sido abusado, y acusaba a la dueña del jardín de infantes por el hecho. Durante esa semana el padre del menor se mostró en una entrevista de un canal de cable de esa ciudad dando detalles escalofriantes del supuesto hecho, de acuerdo, dijo, a los relatos de su hijo.

Luego apareció el abogado defensor de la familia, el Dr. Lucas Lencina, en varios medios de prensa radiales dando la versión de los querellantes.

Inmediatamente la defensa de la docente F. B., dueña del jardín, pidió la incorporación de la denuncia publicada en El Tribuno a la causa que se había iniciado en la Defensoría de Menores a cargo del Dr. Cristian Babics. La causa ya había sido girada al juzgado del Dr. Oscar Blanco quien la caratuló con la figura más grave del código penal.

La nota de El Tribuno causó gran conmoción en la ciudad, sobre todo porque la acusada es una reconocida personalidad del medio, con 25 años de trayectoria como docente y con gran participación en temas sociales, siendo protagonista principal en la campaña de lucha contra el dengue y cofundadora de la organización ad hoc “Comité Popular de Crisis” en el año de la epidemia en Orán. Esa lucha llevó a que por fin se concretara la construcción del Laboratorio de Enfermedades Tropicales. El 27 de junio pasado, F. B. estuvo al frente de la multitudinaria marcha contra la inseguridad que reunió a 10 mil personas en las calles céntricas de la ciudad, siendo una de las organizadoras. Por otro lado, el jardín privado que dirige es uno de los establecimientos modelos en la ciudad y el único con habilitación del ministerio de educación de la provincia para formar a niños en ese nivel inicial.

Si bien sorprende la grave acusación contra esta docente, preocupa la situación del niñito, sobre todo por el contexto que envuelve la causa.

A. I., madre del menor, buscó a la prensa para la difusión de su denuncia, y en el diario de mayor repercusión en toda la provincia afirmó: “La denuncia en realidad la radiqué en una defensoría de menores, luego de que mi hijo me dijera que lo habían tratado de ahogar en una bañera porque se había portado mal. Poco después me dijo que el personal o la maestra del jardincito lo llevaban por una puerta que comunica la sala con el domicilio particular de la propietaria y que en el baño de esas personas los hacían desnudar para tomarles fotografías”.

La mamá dijo a El Tribuno “que al principio no le dio importancia a las quejas de su pequeño hijo, pero que con el correr de los días y la descripción exacta del lugar donde era sometido a esos castigos y a otros que no quiero hacer públicos, señaló: `No aguanté más y concurrí a la defensoría en busca de asesoramiento´”.

El abogado de la docente, el Dr. Ariel Pomares, confirmó a nuestro medio que, al día siguiente de publicada esa nota en el diario, se presentó en la justicia para poner a su defendida a disposición del juez. La semana pasada la Magistrada Norma Vera, que actúa ahora como juez de instrucción en la causa, realizó una inspección ocular en el jardín de infantes y en el domicilio de la docente. A la medida la realizó junto con el Dr. Cristian Babics –Defensor de Menores-, con la presencia del Dr. Lucas Lencina –abogado de la familia del niño-, un auxiliar de justicia, fotógrafos de la policía y un familiar de F. B. Según trascendió, la Juez Vera pudo constatar en la inspección de ambos domicilios que “No existe ninguna puerta que comunique el jardín con el domicilio particular de la señora F. B.”.

¿Por qué la opinión publica sospecha de una causa armada?

“Con estos elementos es que denuncié para que se investigue no sólo al personal del jardín sino a su propietaria, ya que mi hijo dijo que la mujer lo hacía fotografiar cuando estaban desnudos con un hombre mayor, que tiene rulos” dijo la mamá del niño en la entrevista con el medio gráfico que ahora formaría parte del expediente judicial.

La descripción hecha sobre el fotógrafo que ‘tiene rulos’ es un dato no menor, ya que conectaría con otro caso judicial que enfrenta al abogado Lucas Lencina –que representa a la familia del niño- con M. B. –de profesión fotógrafo y profesor de taekwondo- cuya característica física –tiene rulos- coincide con la descripción que dio la madre.

En febrero de 2011, una reunión de amigos en la vivienda de F. B. donde se encontraba también M. B., fue interrumpida por dos hechos inmediatos y consecutivos. El primero fue el robo de una motocicleta de una de las invitadas a la fiesta, el ladrón se dio a la fuga siendo perseguido por M. B. quien tomó su moto y lo siguió intentando rescatar la moto robada, sin embargo el delincuente se perdió en las calles del barrio Caballito. Por el hecho se habría dado aviso al 911, pero casi una hora después, sin que la policía llegara y ya interrumpida la reunión, otro delincuente ingresa a la vivienda cuando M. B. ya se retiraba y, aprovechando la puerta entreabierta, con un arma 9 milímetro apuntó a las tres personas que quedaban en la casa de la docente y comienza a pedirles plata. M. B. forcejea con el ladrón dentro de la vivienda, éste le hace un disparo que pasa cerca de su rostro y se da a la fuga en una moto. M. B. lo persigue y lo alcanza cuando el delincuente se cae de la moto. Nuevamente el 911 es alertado por M. B. pero cuando llega, el taekwondista ya había logrado reducirlo con un golpe profesional y le había quitado el arma. La policía llevó al ladrón al hospital y allí se dio con que se trataba de un compañero de la fuerza que actuaba de civil, Fernando Torres –más conocido en Orán como el Poliladron-.

Fernando Torres, también defendido desde 2011 por el abogado Lucas Lencina, fue separado de la fuerza; estuvo un tiempo preso, pero ahora está libre. Torres viene de familia de policías –su padre y otros familiares se habrían desempeñado y/o desempeñan como funcionarios de la fuerza en la ciudad de Pichanal, y algunos hasta participarían del grupo de seguidores políticos del intendente Julio Jalit. La causa del poliladron que se inició en 2011, estaría pronto a ser elevada a juicio, pero el tema no termina aquí.

La familia del poliladron Torres denunció a M. B. por lesiones graves –por el golpe que le dio al atraparlo para quitarle el arma- y por esta causa, también patrocinados por el Dr. Lencina, se habría llegado hasta a un enfrentamiento personal entre Lencina y M. B., quien lo había escrachado en los medios como el abogado de Lucifer. M. B. terminó denunciado también por Lencina bajo la figura de calumnias e injurias, que finalmente no prosperó.

El juez de la causa del poliladron y de las lesiones graves que pesa sobre M. B., es el Juez Oscar Blanco; el mismo titular del juzgado en que se inició, ahora, la causa del jardín de infantes, pero de la que Blanco se inhibió al presentarse otro letrado como co-patrocinador de la familia del menor (aparentemente como estrategia de Lencina para correr a Blanco de la causa del jardín). El segundo abogado de la familia del niño es Ariel Ovejero que se desempeña como funcionario en Hábitat Social del municipio de Orán.

El derrotero de M. B. contra la corrupción policial y el poder político, estaría llevando a F. B. a ser utilizada como chivo expiatorio. Según entendidos, reforzar la idea de un perfil psicológico violento y depravado de M. B. sería un motivo entendible para vincularlo a la causa del jardín, que ayudaría a su vez en la otra en la que está procesado; una finalidad macabra que arruinaría la vida de varias familias para lograr impunidad.

Según dijo A. I., la madre del niño que denuncia a F. B., “al chico lo llevé a un psicólogo que lo tuvo en tratamiento por espacio de varias jornadas. Ese profesional me aseguró que presenta reacciones propias de una persona que fue abusada”.

La inocencia de F. B. es indiscutible para la opinión pública en Orán. La justicia, si logra determinarla, tendrá que investigar y bregar por la protección del niño, por su integridad… hasta las últimas consecuencias.-

 

 

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