Las mujeres en la lucha del Tabacal

05/09/2016 | Revista Norte

mujeres de tabacal

 

En la batalla de los obreros del Ingenio El Tabacal contra la reducción de jornales y el salario que quería imponer la empresa multinacional Seaboard Corporation, fue fundamental la incorporación de las mujeres a las medidas de fuerza. Ellas fueron la bisagra que permitió unir a los obreros azucareros  con vastos sectores de la comunidad del pueblo.

En Tabacal Agroindustrial un conflicto económico sindical significó la paralización del ingenio por huelga y lock out patronal durante 76 días, convirtiendose en una lucha popular en la que se involucró la comunidad del pueblo -Ingenio e Yrigoyen.

El reclamo contra la aplicación del turno relevante (régimen laboral que se proponía reducir los jornales de 38 a 24 y así bajar en un 45% la masa salarial de los obreros) no solo generó huelgas, movilizaciones y cortes de ruta, sino que también activó enormes muestras de solidaridad de la familia azucarera y la vecindad de Yrigoyen a favor de la protesta obrera.

Las mujeres fueron la bisagra que unió las medidas de fuerza obreras, resueltas por la asamblea del Sindicato de Trabajadores del Azúcar (STA-CTA), con el pueblo de Yrigoyen. Con algunas de ellas entablamos un dialogo y desarrollamos una reflexión, acerca del rol que jugaron las mujeres en este combate de largo aliento contra un intento patronal de reducción de jornales y recorte salarial en dicho ingenio.

A continuación reproducimos las voces de Cuquina, Roxana y Alejandra, esposas, hijas y hermanas de obreros del Ingenio El Tabacal.

-¿Cómo impactaron los meses de lock out patronal en la economía de la familia azucarera?

Cuquina: Estamos sin plata, debemos, no podemos pagar las cuentas, sinceramente hay días que no tenemos para dar de comer a nuestra familia. En mi caso, soy ama de casa y tengo tres hijos, y el único sostén económico que tengo es el trabajo de mi marido. Así que no me queda otra que venir a apoyar la lucha.

-¿Cuál fue su participación en la lucha obrera?

C.: Acompañamos a nuestros maridos y a nuestros hermanos, dejamos la casa, dejamos los hijos, y estamos aquí bancando la lucha. Nos encargamos de la olla popular, damos ánimos a los compañeros que luchan, y auxiliamos a los heridos.

-¿De quiénes depende la economía del pueblo de Yrigoyen-Orán?

C.: Aquí la plata que circula es de los obreros del Tabacal, la mayoría trabaja en la fábrica o en el campo. Así que el pueblo depende del ingenio.

-¿Quiénes son los dueños del Tabacal?

Roxana Juarez: Los yanquis, los norteamericanos. Desde que vendieron los Patrón Costas, en los ’90 llegaron los norteamericanos, de ahí en más, sufrimos, lloramos y peleamos, contra la falta de trabajo, el maltrato, la persecución y los bajos sueldos. Ellos nos tratan de aborígenes, a nosotros no nos ofende que nos digan indios, sabemos que venimos de raíces aborígenes, pero no por ser guaraníes, coyas o descendientes de indios dejamos de ser personas y humanos. Tenemos derechos, tenemos anhelos, y hacemos escuchar nuestros reclamos.

-¿En qué afecta la aplicación del turno relevante a los obreros?

C.: Para nosotros es una merma del dinero que utilizamos para la economía de la casa. Porque si con 3 turnos a veces no llegamos a fin de mes, imagínese con el 4to turno que va ser una reducción importante del dinero que llevan nuestros maridos a las casas. Se pierde casi el 45% del salario con ese turno relevantes, porque nuestros maridos pierden jornales, ya no reciben un 100% extra por trabajar los fines de semanas y los feriados. Nuestros maridos se sacan cerca de 38 jornales al mes, con el turno relevante van sacar solo 24 jornales, por eso le decimos que el turno relevante es un ajuste de las economías de nuestros hogares. Si nos cuesta hacer estudiar a los chicos con el dinero que actualmente cobramos, menos vamos a poder hacerlos estudiar si meten el turno relevante. Los empresarios querían que estas paritarias en vez de servir para una suba de nuestros ingresos, sirva para una quita de parte de nuestro salario. Tampoco va a generar nuevos puestos de trabajo, porque lo único que ellos quieren es achicar el bolsillo de los trabajadores, tener menos costos laborales, y achicar la economía de nuestras familias. Aquí se jubila la gente, y Tabacal no toma a nadie, explota más a los que quedan trabajando, y mete más maquinas. Los chicos tienen que deambular, viajar y emigrar a otros puntos del país, porque aquí no hay trabajo. Si siguen los norteamericanos vamos a ser como Tartagal, un pueblo fantasma, donde, cada vez hay menos trabajo, se vive de subsidios, y del que todos quieren irse. Actualmente la gente temporaria aprovecha los 6 o 7 meses de zafra, para hacer una diferencia, acumular el pago de más jornales, para poder vivir en la temporada de receso, pero si aplican el turno relevante va a ser imposible que logren esa diferencia económica en su favor.

-¿Esta es una lucha obrera que se convirtió en una lucha popular?

R. J.: Hijos, hermanos, nietos, yernos, vecinos, en pocas palabras toda la familia se sumó a la lucha obrera. Yo por ejemplo soy hermana de dos obreros, nací en Tabacal, me crie acá, y mi padre laburo 30 años en este ingenio, hoy lamentablemente el ya no está, pero mi madre hasta el día de hoy pelea y está con juicio por una pensión, por los años que mi papá ha trabajado, pensión que esta empresa no se la quiere pagar. Esta es mi historia, pero en cada una de nosotras, las mujeres, o en cada joven que apoya, hay una historia que los vincula al ingenio, y los pone en esta lucha del lado del trabajador. Mi hermano hoy está pasando esta situación, y yo lo apoyo psicológicamente y económicamente, y cuando él trabaja también me ayuda a mí, esto es normal aquí, porque todos aquí somos vecinos y familia. Nos conocemos todos, porque nos criamos todos aquí. Bueno, es así, nuestra fuerza es la unión.

-Cuéntenos cómo se dio la represión policial.

Alejandra Aguirre: Desde el gobierno mandaron la orden de represión, siendo que había mujeres, niños, ancianos, y a ellos no les importo nada, eso fue así, por más que ahora lo nieguen. Ellos mismos están sabiendo que aquí hubo cuatro heridos de balas de plomo, no de balas de goma o gases. Ahora se llevó a la justicia el caso para saber quiénes fueron los causantes. Esto no viene de ahora, en el 2011 también reprimieron sin importarles que había enfermeras y médicos asistiendo a los heridos.

-¿La mujer es una bisagra que une a los obreros con el pueblo?

R. J.: Sí. La mujer es la que compra la mercadería, la que cocina, la que va hablar con las maestras en la escuela, la que pidió fiado en estos meses que no cobrábamos, y la que recibió el sí o el no de los comerciantes, y eso lo entendemos, porque el comerciante del barrio también vive de la compras que le hace el obrero y se entiende que no tenga espalda para dar fiado a todos. Pero lo importante es que no bajamos la cara, seguimos con la frente en alto, y sí no voy a negarlo, les pedimos ayuda, y nos levanta el ánimo que la mayoría del pueblo nos brindó su apoyo.

-¿Cómo surgieron las marchas contra el turno relevante?

R. J.: La misma gente del pueblo se solidariza con el trabajador, porque en Yrigoyen el comerciante o el feriante generalmente viven del trabajador. Ellos viven de dar libreta, del fiado que nos dan, y ellos saben que si ganamos la lucha vamos a pagar nuestras cuentas, por eso nos apoyan. Ellos no solo marchan con los obreros, sino que aportan agua y mercadería para que sostengamos la lucha.

-¿Están orgullosas de ser parte de esta clase obrera?

C.: Sí, nos da orgullo que nuestros maridos, hermanos y padres produzcan la mejor azúcar del país. Queremos nuestro pueblo, porque nacimos y vivimos aquí. Por eso no vamos a permitir la explotación y la discriminación.

R. J.: Ahora con la multinacional si te sentas en una plaza de Tabacal tenes que salir porque es todo privado, quieren manejarnos, que hagamos lo que digan ellos en todos los órdenes de la vida, y nosotros que hemos nacido y nos hemos criado en San Martín del Tabacal no queremos eso para el ingenio.

-¿Esta clase obrera también reivindica a los pueblos originarios?

A. A.: Por más que la empresa diga que los que estamos cortando en la planchada y la ruta somos todos unos indios, porque así nos dicen, o no chicas, como descendientes de pueblos originarios, como indios, estamos bien orgullosas de estar luchando junto a los trabajadores. Porque gracias al trabajo de los indios se fundó y anda esta fábrica. También gracias al trabajo del originario muchos pudieron estudiar y recibirse como profesionales. Por el trabajo de nuestros abuelos y padres se fundó este ingenio y se construyó este pueblo, y hoy anda gracias a nuestros maridos, por eso no vamos a permitir que los empresarios hagan lo que quieran con nosotros y nuestra familia.-

 

 

Fuente: Miguel López / El Submarino

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