Luego del ataque de los urtupolicías al rugbier, el gober, en una instantánea decisión, echó a 14 efectivos.
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CON LOS NUESTROS NO
El gobernador Urtubey ordenó la separación de la fuerza de los catorce oficiales que participaron de la feroz golpiza al rugbier Gerónimo Saravia. Una reacción inmediata e indignada ante el castigo contra la alta sociedad que se contrasta con las que ocurren tras las demás palizas que la policía reparte a los más humildes.
Gerónimo Saravia, rugbier del Jockey Club, fue otra víctima de la brutalidad policial salteña. Saravia recibió una paliza feroz típica de la fuerza local. El problema fue que esta vez se trató de alguien que no es un desconocido habitante de los barrios más postergados de la ciudad, sino un hombre de la alta sociedad. Ante el hecho, el gobernador actuó lo más rápido posible y ordenó suspender y separar a los catorce efectivos implicados.
En un matutino local se informa que Urtubey le ordenó al ministro de Seguridad Eduardo Sylvester que adopte las medidas necesarias para identificar a los responsables y que aplique las sanciones que correspondan. Entonces se suspendió preventivamente y se separó de la fuerza a los catorce efectivos implicados. Uno de ellos es el tercer jefe de la Unidad Regional Centro.
El comunicado oficial emitido en las últimas horas por el gobierno asegura: “Al igual que en todos los otros casos en los cuales se investiga la responsabilidad por el accionar de efectivos policiales, el Gobierno de la Provincia dio inmediata intervención a la fiscalía correspondiente, a fin de que se labren las pertinentes actuaciones judiciales, en el convencimiento de que las conductas irregulares como la constatada en el presente hecho, desprestigian a la fuerza policial y no son ni van a ser toleradas en modo alguno por este Gobierno”.
En los barrios no están tan seguros.-
Cuarto Poder
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