Abominable. Amigos del macrismo arman empresas después de ganar licitación

06/12/2016 | Revista Norte

aranguren

ENERGÍA Y EMPRESARIOS SELECTOS.

Nuevamente los socios y amigos del Gobierno se llevaron las licitaciones, ahora para producir electricidad con energías renovables. Pero Martín Alfredo Nacarato batió un récord: logró ganar la licitación primero y armó la empresa después. Un hombre de Angelici.

El selecto club de empresarios favorecidos por la política energética del gobierno nacional sigue ampliando la frontera de negocios e incorporando miembros, luego de los acuerdos cerrados recientemente para el desarrollo de energías renovables. En algunos casos, de manera increíble, como el de Martín Alfredo Nakarato, que armó la empresa luego de obtener la licitación.

En el primer tramo de la licitación internacional lanzada por el macrismo se adjudicaron 29 proyectos, por un total de 1.143 MW y con inversiones estimadas por U$S 1.800 millones. El ministro Juan José Aranguren pronosticó que así se podrá cubrir el 3,1% del consumo nacional.

Entre las firmas seleccionadas hubo varias multinacionales y algunos socios frecuentes de la Casa Rosada, como el asesor y amigo presidencial Nicolás Caputo, el banquero Jorge Britos o Marcelo Mindlin, dueño de Edenor. Pero también hubo una cara nueva, por no decir casi desconocida en el rubro, que hasta pocos meses antes había trabajado para el PRO en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad. Se trata del experimentado abogado Nacarato, quien venía de desempeñarse en el despacho del entonces consejero Sebastián De Stefano, uno de los protegidos de Daniel “Tano” Angelici, presidente de Boca, binguero y hábil operador de Mauricio Macri en los tribunales federales.

A Nacarato se le adjudicó un proyecto para la producción de biogás, con una central en la comuna de Ricardone, en el departamento santafesino de San Lorenzo. El biogás es una tecnología que permite generar energía eléctrica a partir del gas producido por la descomposición de materia orgánica. Para obtener el visto bueno de “Juanjo” Aranguren y del subsecretario de Energías Renovables, Sebastián Kind, Nacarato ofreció una potencia de 1,2 MW a un costo de U$S 118 por MWh, el más bajo entre las seis propuestas recibidas. De hecho, en un primer momento, la suya resultó la única oferta escogida, mientras que otras cinco fueron aceptadas en una segunda etapa, luego de ajustar los números.

Abogado de trayectoria en el ámbito porteño, por tres meses, desde octubre y hasta fines de 2015, Nacarato ocupó el puesto de secretario Letrado del “Petiso” De Stefano, quien había solicitado su designación y le fue concedida sin contratiempos. De origen radical, De Stefano es uno de los alfiles de Angelici en el escenario político-judicial, tanto que cuando en diciembre terminó su mandato en la Magistratura –donde llegó luego de pasar por la Corporación Buenos Aires Sur– el Tano logró ubicarlo en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) con un cargo estratégico, como jefe del área de Asuntos Jurídicos.

Así como al salir de su despacho de consejero De Stefano incursionó en el mundo de los espías, Nacarato también buscó nuevos aires. El 6 de septiembre, cuando la cartera de Aranguren dio a conocer el listado preliminar de propuestas recibidas para invertir en energías renovables, la empresa Global Green figuraba con un proyecto en Ricardone. El 7 de octubre, el ministerio anunció a los ganadores de la licitación y el oferente “Martín Nacarato y otros” fue el único emprendimiento en biogás. Sin embargo, recién varias semanas después se constituyó Global Green Ricardone SRL, fundada por el abogado y una socia. Según publicó el Boletín Oficial de la Nación el 4 de noviembre, la empresa se creó el 27 de octubre con un capital inicial de $ 1 millón, para la “explotación de biogás de rellenos sanitarios como así también todo lo relacionado con la industria y la importación de los equipos, maquinarias y herramientas necesarias a tal fin”. Nacarato había sido designado gerente, pero a fines de noviembre dejó el puesto a manos de la cofundadora.

Los ganadores de siempre

“Nicky” Caputo, amigo de Macri, empresario de la construcción y vicepresidente del Merval, se alzó con la licitación para desarrollar energía eólica en la localidad bonaerense de Villarino, con una potencia de 99 MW. El proyecto La Castellana está a cargo de la firma Central Puerto Renovables, del grupo Sadesa, en el cual Caputo posee participación accionaria.

El banquero Jorge Britos –a través de Genneia, donde está asociado a Fintech y a otros fondos de inversión– obtuvo dos proyectos eólicos, uno en la ciudad de Villalonga, provincia de Buenos Aires, y otro en Puerto Madryn, Chubut. De esta forma, el propietario del Banco Macro consolida el buen clima de negocios que viene teniendo desde que Cambiemos llegó al poder, mejorando incluso los resultados que obtuvo durante el kirchnerismo.

En el caso del dueño de Edenor, Petrobras y Pampa Energía, Marcelo Mindlin, puso un pie en las fuentes renovables con la empresa Central Térmica Loma de la Lata, que ganó con el proyecto Parque Eólico Corti, en Bahía Blanca. Para financiar este y otros dos emprendimientos, Mindlin lanzó el fondo cerrado Pampa Energía SBS I, con el objetivo de captar dólares del blanqueo de capitales. Gracias a las ventajas que brinda el “sinceramiento fiscal sin costo”, espera atraer unos U$S 300 millones.

Pan American Energy (PAE), que días atrás fue señalada como una de las compañías favorecidas por funcionarios del equipo de Aranguren, resultó adjudicataria con un parque eólico en Garayalde, Chubut, asociada a la patagónica 3-GAL. Fue la diputada Elisa Carrió quien denunció penalmente a tres altas autoridades de Energía por “negociaciones incompatibles con la función pública”. Los acusó de haber tomado decisiones en favor de petroleras en las que se habían desempeñado anteriormente, entre ellas, PAE. Carrió sostuvo que “habrían beneficiado a tres empresas, eximiéndolas de sus respectivos aportes de fluidos previstos desde el 2005, en beneficio de las garrafas sociales que se distribuyen en el mercado a menor valor”. Según la chaqueña, ese incumplimiento “habría sido subsidiado con gas importado provisto por Enarsa a las fraccionadoras”.

Con Patagonia Energía SA, el multimillonario británico Joseph Lewis consiguió el aval para sacarle más jugo a la central hidroeléctrica que ya opera en sus tierras de El Bolsón. Ahí mismo está el bellísimo Lago Escondido, al cual los vecinos de la zona no pueden acceder por los alambrados que colocó Lewis, y la fastuosa estancia donde Macri estuvo descansando durante la última Semana Santa.-

 

 

Por Carlos Romero / Publicado en Nuestras Voces

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