Según la Constitución Provincial, todos los años, antes del 30 de Junio, el Ejecutivo debiera remitir a la Legislatura la Cuenta General del Ejercicio correspondiente al año inmediato anterior. Esto es, la rendición de cuentas de cómo se ejecutó el Presupuesto de dicho año.
La Constitución otorga seis meses al Ejecutivo para elaborar este importante documento y presentarlo a los legisladores. Por su parte, éstos no pueden pasar a receso sin haber considerado la Cuenta General del año anterior (art. 127, inciso 2 de la C.P.) y aprobado el Presupuesto del año siguiente.
Pues bien, la última Cuenta del Ejercicio presentada por el Gobernador Urtubey a la Legislatura es la del Ejercicio 2011.
La Cuenta General correspondiente a la ejecución del Presupuesto 2012 aún no fue remitida a la Legislatura, a pesar de que debió haber sido enviada antes del 30 de junio de 2013.
No puede decirse, sin embargo, que el Gobernador no esté trabajando duramente para presentarla:
Urtubey modificó al menos 126 veces el Presupuesto 2012, mediante decretos que dictó en ejercicio de sus superpoderes.
Superpoderes al extremo
Efectivamente, en un recuento realizado mediante el buscador de la página web del Boletín Oficial, Salta Transparente pudo constatar que Urtubey dictó por lo menos 126 decretos de ejercicio de los superpoderes, modificando el presupuesto 2012. Puede haber algún otro que no haya sido detectado, por no cumplir con los criterios de búsqueda utilizados.
El último decreto que aparece, aunque resulte insólito, corresponde a marzo de 2.016.
La distribución temporal de las modificaciones al Presupuesto 2.012 es la siguiente;
63 durante el mismo ejercicio 2.012
50 durante 2.013
9 en 2.014
2 en 2.015
2 en 2.016.
El Caso Zapata – Rueda
Hace pocos días, la Corte de Salta, presidida por el ex apoderado del Partido Justicialista Guillermo Catalano, en un polémico fallo, estimó constitucional el uso de estas facultades por el Gobernador.
Meses atrás convalidó también el uso retroactivo de los superpoderes, que en el caso del Presupuesto 2012 se efectivizó, según nuestra investigación, al menos 63 veces (suma de todos los decretos posteriores al 31 de diciembre de ese año, cuando cerró el ejercicio presupuestario).
El fallo de la Corte de Salta fue apelado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
(Nota de opinión de Roque Rueda)
En una ocasión, en una charla sobre estos temas en la UNSA, un alumno se presentó diciendo que iba a hacer un comentario que tal vez era tonto. Y dijo: «Si yo soy Superman y quieren quitarme los superpoderes, uso mis superpoderes y salgo volando»
La anécdota es real. El chango sabía perfectamente que su comentario no era tonto.
El miércoles 14 pasado nuestra Corte salteña, por mayoría de 5 contra 1, rechazó la acción que interpusimos junto al Diputado Carlos Zapata, planteando la inconstitucionalidad de los llamados “superpoderes presupuestarios”.
Se trata de una serie de cláusulas de las leyes de Presupuesto por la que, desde hace bastante tiempo, se viene permitiendo que los Gobernadores modifiquen a su gusto el destino de los fondos públicos e incorporen cientos de millones de pesos todos los años, asignándolos a las finalidades que les parece.
¿Para qué sirve un presupuesto?
El Presupuesto es una verdadera Institución de nuestra Constitución. Una Institución conformada no por personas, sino por reglas precisas y expresas.
El Presupuesto es además una técnica, resultado de siglos de avance en la ciencia de la administración. Y en la ciencia constitucional. Su inclusión no tiene un propósito administrativo. Su objetivo es eminentemente político.
La rigidez del Presupuesto es una importantísima garantía que busca preservar a la sociedad de males como la improvisación, la chapucería, la concentración de poder, la arbitrariedad, la falta de control.
No hay otra ley que se regule con tanto detalle en la Constitución. La Constitución fija cada paso del ciclo, hasta con fechas precisas. No es por tecnocracia: es por republicanismo, por sentido común, por conocimiento de la naturaleza humana y de las dinámicas políticas.
La idea general es la siguiente:
Este ciclo se concatena año a año. En junio de 2016 la Legislatura recibe la Cuenta General del 2015, y en Agosto el proyecto de Presupuesto 2017, y así.
De esa manera, la Legislatura, donde se encuentra representado todo el territorio provincial y todas las visiones políticas que superaron el piso de representación, mantiene un control de lo que pasa con los dineros públicos, con la obra pública y con las acciones de gobierno.
¿Cómo es la realidad?
En la realidad:
a) El proyecto de Presupuesto remitido por el Ejecutivo no presenta, ni por asomo, un verdadero plan de acción. Las metas no se exponen con precisión. Los indicadores de cumplimiento no son claros y se repiten como una formalidad año tras año.
b) El proyecto se presenta sobre el filo del cierre del año legislativo y se trata en pocas reuniones de Comisión, muy poco participativas, cerradas de hecho al público.
c) En esas reuniones, entre otras pocas cosas, se negocia la llamada “planillita de la felicidad”, es decir, un Excel con una lista interminable de obras que no se ejecutarán nunca, pero que cada diputado y senador puede llevar a su pueblo para mostrar como un gran logro su inclusión en el presupuesto.
d) La Ley de Presupuesto se aprueba al fin llevando el germen de su propia autodestrucción a través de los “superpoderes”.
e) Durante el ejercicio el Gobernador emite decenas de decretos de modificación y de incorporación-asignación de mayores recursos, por cientos de millones de pesos.
f) Los ministros y secretarios emiten además cientos de normas inferiores en virtud del colmo del absurdo presupuestario: la subdelegación de los superpoderes por el Gobernador a sus funcionarios.
g) Termina el año, pasan dos, tres años, y siguen emitiéndose decretos de “superpoderes retroactivos”, por los que, por ejemplo, en abril de 2015 se incorporan 200 millones al ejercicio 2012.
El ejemplo es real: decreto 1349/2015, uno de cientos de decretos de este tipo. La Corte rechazó también este año nuestra acción de inconstitucionalidad al respecto.
Superman tenía superpoderes, pero no podía viajar al pasado.
h) Las Cuentas Generales se presentan cuatro, cinco, o más años después de vencido el ejercicio correspondiente, previa cosmética contable efectuada, precisamente, a través de esos decretos retroactivos. De la Auditoría mejor no hablemos.
¿Qué nos estamos perdiendo?
De esta manera, los ciudadanos salteños perdemos lo que esos siglos de evolución de la ciencia constitucional buscaron asegurar:
¿Qué dijo la Corte?
El miércoles pasado, la Corte de Salta dijo algo que le hubiera valido un 2 (dos) en un examen de Constitucional (segundo año de la facultad).
Sacando la jerga jurídica – siempre es útil poner esdrújulas en el vacío – lo que esos cinco jueces de Corte dijeron fue que los superpoderes son parte de las atribuciones reglamentarias del Ejecutivo.
Es decir que para estos jueces, modificar una ley es reglamentarla. No se entiende, en ese caso, para qué se ponen en una ley atribuciones que ya tiene el Ejecutivo.
En realidad fueron más precisos: dijeron que los “superpoderes” no son tales, porque se han previsto importantes límites:
a) El carácter anual de la autorización (no se entiende cuál sería el límite, más allá de que son los mismos jueces que estimaron constitucional el decreto que en 2015 incorporó 200 millones al presupuesto 2012).
b) La exigencia de una “previa autorización del Ministro de Finanzas” (nos quedamos tranquilos, Gomeza se lo tiene que autorizar a Urtubey).
c) La obligación de informar a la Legislatura en 10 días hábiles (“señores legisladores, les cuento, hace 9 días incorporé cuatrocientos millones y los asigné a canchas de golf en la Puna”).
Así fundamenta sus fallos nuestro máximo tribunal.
El pobre Dr. Díaz, con su voto en disidencia, se quedó con la Kriptonita en la mano. Se ve que Urtubey sabe usar sus superpoderes.
Roque Rueda
Fe de Errata: Superman una vez viajó al pasado. Pero fue para salvar a su chica, no por cuestiones contables.
Publicado por Salta Transparente