EL TREMENTINAL, TIERRA OLVIDADA

NORTE DE SALTA

Allí donde comienza la Patria, el Estado no llega.

Por M. O. para Revista Norte

Camino al norte por la ruta 51, saliendo de Orán, se llega a la localidad de Aguas Blancas. Allí cruzando el Río Bermejo en improvisadas chalanas nos encontramos con la localidad de Bermejo en Bolivia. Luego se sigue hacia el nordeste, sobre ruta recientemente asfaltada, y nos encontramos con el Río Tarija donde a lo largo de caudalosas aguas se encuentran en sus márgenes las ancestrales comunidades guaraníticas, entre ellas Algarrobito, Trementinal, Media Luna, Madrejones y otras. Estas no figuraron nunca en ningún mapa de Argentina, aunque son cientos de familias que pertenecen al municipio de Mosconi, pero solo tienen acceso, después de atravesar los ríos, por la ciudad de Aguas Blancas, por casi el otro extremo del norte salteño.

Son comunidades que viven del autoconsumo y del cultivo a secano, entre ellos, el maíz, el zapallo, el poroto y algunos frutales; viven también de la caza, la pezca y la recolección. Son cientos de familias sin la más mínima cobertura de servicios básicos como agua y luz. Muchas de ellas no poseen DNI ni obra social ni jubilación ni ningún plan de inclusión o protección, notoriamente diferente a lo que pasa en los pujantes parajes cercanos de la República de Bolivia donde en estos últimos años les llegó agua, luz, cloacas, planes de viviendas sociales, alumbrado público, asfalto y telefonía satelital.

Por la reciente muerte de la Coordinadora del Colegio Secundario, Rosa Brandán, en estos días fue noticia Trementinal. Se develó por Canal 13 el drama de la supervivencia de cientos de familias que en tiempos actuales y por la situación de crisis generalizadas se ven aún más pauperizadas. Se detectó un sinnúmero de casos de dengue, de leishmaniasis, a tal punto que el único enfermero de la zona estuvo internado varios días en el hospital sin que esos casos fueran difundidos en ningún medio.

Las enfermedades parasitarias, especialmente en niños, son más que frecuentes en el lugar al igual que las enfermedades renales, ambas atribuidas a la falta de acceso al agua potable de la que carecen hasta las escuelas.

En la mayoría de los parajes los niños beben agua de los bañados y pequeñas vertientes contaminadas por la erosión o el uso compartido con animales o bien de sistemas de agua que alguna vez, desde hace más de 30 años, fueron instalados y nunca recibieron mantenimiento.

Las familias de este paraje junto al INTA Orán y la ONG Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia, presentaron un proyecto de agua a Desarrollo Social de la Nación a través del programa Prohuerta pero nunca fue financiado.-

REVISTA NORTE

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