Rubén Arena
“Tuve que salir a expresar públicamente en las radios y los diarios lo que me estaba pasando para que recién me escucharan”, expresó con una sensación de desencanto e impotencia Zulma Díaz, una vendedora de golosinas que denunció maltratos a su hija de dos años en la guardería del Centro de Desarrollo Infantil de Derechos Humanos (CID) “Obispo Muguerza”, en Orán. Es el segundo caso en poco tiempo en las que las guarderías a cargo de la ministra de DD HH, María Pace, se ven involucradas en denuncias de violencia. Hace poco, Pace, la secretaria Fabiana Avila y Marcel Fuentes, responsable de los CID, fueron denunciados por los golpes que sufrió el pequeño Elián Mamaní en un local del barrio 2 de Abril.
El dolor de una madre
Zulma Díaz no alcanza a comprender por qué tuvo que suceder esto con su hija. En la vereda de la escuela Luis Burela, donde vende golosinas, la mujer relató a El Tribuno su drama. Contó que todo comenzó el año pasado cuando otro de sus hijos, que también concurría a la mencionada guardería y sufrió agresiones, le dijo que vio cuando la señorita Lorena le pegó a su hermanita. “Hablé con el encargado Eduardo Tordoya y con la maestra y le dije que no quería perjudicarla, con la condición de que esto no se volviera a repetir», expresó Díaz. La mujer señaló que para evitar inconvenientes había decidido no enviar a la niña este año al establecimiento, pero luego modificó su postura tras una reunión que mantuvo con Tordoya.
“El me convocó a su domicilio y me pidió que llevara de nuevo a la guardería a la nena y que no temiera de Lorena porque ella iba a estar en otra sala, pero esto no se cumplió”, afirmó. Según la mujer, las cosas fueron de mal en peor desde el primer día cuando observó que a la pequeña no le cambiaron los pañales y que a partir de ese momento comenzó a tener irritaciones en la piel. Como prueba de las irregularidades que fue observando, Zulma Díaz exhibió copias de nueve notas presentadas a las autoridades del CID a partir del 5 de abril, sin que haya tenido ninguna respuesta a las mismas.
Explicó que su estado de alerta máxima se produjo el 22 de ese mes cuando la pequeña le contó que “la seño Lore” le agarraba la cabeza y la metía en un tacho de agua. “Esto lo repitió varias veces delante de mi madre, hasta que un día, cuando fui a retirarla de la guardería, Lorena me entregó la ropita mojada diciéndome que la nena se había metido al baño y que allí se enchastró”, recordó. Fue entonces cuando ella cayó en cuenta de lo que venía manifestando la pequeña y decidió recurrir a la Justicia.
Debió insistir mucho para que le tomaran la denuncia. Las autoridades provinciales demostraron preocupación luego de que la madre hizo público el caso. “Cuando yo empecé a alertar de lo que estaba pasando con mi hija nadie me escuchó y de pronto todos querían hablar conmigo”, señaló. El secretario de Derechos Humanos, Pablo Alavila y la subsecretaria de Grupos en Situación de Vulnerabilidad, Fabiana Avila fueron a su casa y le prometieron respuesta urgente. “Yo espero que cumplan, pero me indigna que no me hayan escuchado en su momento”.
A dos de las acusadas las mandaron a cuidar ancianos
La subsecretaria de Grupos en Situación de Vulnerabilidad, Fabiana Avila, informó que el organismo ya dispuso la separación de dos personas vinculadas con maltratos de niños en el CID de Orán. “Nosotros tenemos en la estructura del programa instancias de supervisión y fue así que a principio de marzo se notaron situaciones irregulares”, reconoció la funcionaria.
Dijo que “esto nos da pie para iniciar una investigación administrativa en relación con lo denunciado por la madre de esta chiquita”. Avila señaló que “estamos trabajando en este caso, y hoy podemos decir que ya se ha separado de su función a dos personas involucradas en supuestos maltratos de niños, hasta que la Justicia investigue y se esclarezca la situación de cada una de estas personas”. Explicó que “en primer momento se las separa de su función para que no estén a cargo de niños y posteriormente de los cargos que ocupan en este espacio”.
Las mujeres identificadas como Lorena y Clotilde fueron trasladadas al Hogar de Anciano San Vicente San Vicente de Paul. “En el caso de Lorena, yo no sé si es la solución adecuada llevarla a un hogar de ancianos porque allí puede suceder lo mismo que con mi hija”, advirtió Zulma Díaz, y dijo que los funcionarios del gobierno le pidieron que la pequeña retorne a la guardería.
Los datos
El caso va a contrapelo con los lineamientos del Ministerio de Derechos Humanos para el funcionamiento de estos centros
La mujer aseguró que todo esto pasa por falta de control. “El de mi nena no es el único caso”, expresó.
Ver la primera publicación del caso en RN del domingo 05-05-2013: