Igualdad de Género Electoral: la esperanza no hecha realidad. Todo es cuestión de Poder

03/04/2017 | Revista Norte

MUCHACHAS… CON LA LEY SOLA NO ALCANZA

Sobre la ley de igualdad de género para las candidaturas políticas y el financiamiento económico de los partidos en Salta.

Por Nolberto Guerra, columnista invitado de Revista Norte

Quizá Salta sea una de las pocas provincias que, por ley, establece la paridad de género en oportunidad de confeccionar las listas de candidatos electivos en todo nuestro territorio provincial.

Nuestras damas, henchidas de gozo y placer, celebraban con alborozo la conquista que -luego de mucho luchar- les arrancaban a los hombres, léase eternos candidatos privilegiados.

Los dos leones de la Casa de las Leyes parecían custodiar, con más celo y tesón, la noble conquista femenina. Las paredes del histórico Palacio Legislativo mostraban toda su altivez celebrando el equilibrio.  Todas ellas se sentían «Eva Perón». Quizá  inspiradas en el recuerdo del primer voto femenino.

También la memoria de Alicia Moreau de Justo, en su permanente prédica en busca de la «igualdad» habrá estimulado hoy a las luchadoras y constantes sostenedoras del deber cívico a no descansar hasta obtener el justo reconocimiento.

No más el «detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer». Ahora será: «junto a una gran mujer hay un gran hombre». Entiendo a eso apunta esta laborada ley que, como ocurre casi siempre, no es completa.

Solo están alcanzadas las categorías de senadores, diputados y concejales. ¿No se podría haber puesto también para la conformación de los ministerios? Hoy, de 10 ministros, solo una mujer cumple ese rol.

Oportunamente habrá de complementarse incorporando, reforma constitucional mediante, para la fórmula gubernativa (varón-mujer; mujer-varón). Y en imagen crear  las fórmulas municipales. Sería saludable que se incorporen también límites de periodos para cargos legislativos y ejecutivos. Las provincias de Mendoza y Jujuy son eficaces precedentes.

Lamentablemente, ninguno de los señores senadores y diputados, tampoco el Ejecutivo, les advirtió a nuestras mujeres que también debían asegurarse igualdad de trato en la distribución de las partidas para gastos de campaña y publicidad.

Decíamos que solo con esta legislación no alcanzaba. Cuando el Ejecutivo hizo crear por ley  la determinación de transferir dineros para gastos de campaña y publicidad en favor de los partidos políticos, se previó que el Tribunal Electoral acreditaría a los Frentes, a los Partidos y a sus Agrupaciones internas. En una sola elección tuvo vigencia esta distribución. Con ese reaseguro, muchos propiciaron listas internas. Pero esto incomodó a las máximas autoridades y apoderados de todos los partidos políticos y se propició una ley que anulaba las acreditaciones a las «lineas internas». Por mezquinar unos pesos se optó por retirar el derecho a ser sostenidas económicamente por los partidos y mataron  su democracia interna. Fue el inicio de la muerte de la vida partidaria. Nadie se entusiasmó ya en presentar listas para competir internamente porque las autoridades partidarias cayeron en un autoritarismo económico que asfixiaba a quienes osaban presentar listas internas. Solo las que respondían al calor oficial eran bendecidas y solventadas económicamente. Ahí se sostiene el nepotismo. Esta conducta aún  perdura.

Devino que los partidos políticos se constituyeran en cáscaras vacías. Solo son herramientas electorales. Se impone el sello. La militancia desapareció.

Y sus autoridades, conscientes de su maldad, ni una sola autocrítica ensayan; tampoco la permiten.  Solo cuentan con el valor de las chequeras. En tiempos no electorales ni las sedes abren a sus militantes. Y muchos de ellos ensayan crear nuevos mini-partidos.

OPORTUNIDAD

Nuestras damas mucho pueden hacer para cambiar este estado de cosas. Si se suman -en aras de la concordia y el compañerismo- a engrosar las cúpulas de poder absoluto, también serán subsumidas y serán siempre «segundas». Deben recordar que nadie, nadie por más presidente poderoso de un Partido que fuere,  podrá completar ninguna lista si no se conjugan los intereses mutuos. Y recuerde que la igualdad de género implica también que Usted, apreciada dama, puede encabezar una lista. Y tiene derecho a que se la asista económicamente, aunque la ley estimule el arbitrio y el autoritarismo.

Hoy solo se rescata a los que con pasión quieren comprometer a sus partidos  a que estén al servicio de la sociedad, no de sus intereses.

MUCHACHAS… AVANTI… SIEMPRE AVANTI.-

 

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