La Tita son dos Manón con crema al medio y baño de chocolate

15/05/2018 | Revista Norte

Cuando Mauricio Macri asumió su presidencia en diciembre de 2015, todos los inquilinos del amplio espacio porteño conocimos su estética. Como la Tita, sabíamos de qué está hecho el Presidente.

Por Ignacio Alabí @ignaclitus para Revista Norte

 Aunque la composición de la golosina más rica de la nación sea tan popular como vieja, nunca dejaremos de exponer nuestra erudición chocolística en cualquier escenario pertinente, aún asimilando la posibilidad de ser abucheado al ofrecer al público la pregunta anzuelo, en cualquier reunión:

– ¿Ustedes saben cómo está hecha la Tita?
– Uh, ¡claro, tirá un mejor tema!
– ¡Redundante chocolate por la noticia!
– ¿Vos sabés cuántos pares son dos medias?El anuncio de la frase conocida popular es rechazada, complementada con dudosa información y hasta repreguntada con la astucia cínica más hiriente.

Cuando Mauricio Macri asumió su presidencia en diciembre de 2015, todos los inquilinos del amplio espacio porteño conocimos su estética, cada discurso, sus bailes, su machismo, sus prioridades; y entre sus prioridades conocimos sus políticas desde que fue presidente de Boca, en los noventa, pasando por su banca de Diputado, en 2005, hasta la Jefatura de Gobierno de 2007 que lo catapultó al cargo político más alto. Atravesados por esas decisiones políticas, tuvimos la experiencia, registramos sus preferencias, y en nuestro inventario de idiosincrasias, los rasgos más asentados en la comunidad capitalina fueron la recaudación y la conciencia empresarial.

Así como sabemos de qué está hecha la Tita, no necesitamos hacer un taller de Nostradamus IV o haber leído a Hobbes, Marx y Ardendt para saber, fielmente, qué haría desde su deseado púlpito presidencial; simplemente porque ya lo había hecho durante todas esas gestiones que tenían posibilidad de poder. Desde pronunciarse en favor de Luis Patti, para que asumiera su banca en Diputados, hasta la suba de impuestos infernal y toma sideral de deuda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El presidente anunció que el Estado Argentino recurrirá a la asistencia del Fondo Monetario Internacional, después de doce años de haber terminado con una deuda que esa misma entidad nos hizo pagar no solo con una cruel devolución de dinero sino con fuertes contusiones sociales, luego de habernos megacanjeado la vida en 2001. Treinta mil millones de dólares, con la condición de cumplir con las pautas que esa institución imponga.

Mordisqueando un poco el superficial baño de chocolate podés orejear de qué está hecha la estructura. La Tita es cuadrada, sencilla a la vista, al tacto, sobre todo al gusto; también podrías abrirla por la mitad y ver ese espeso relleno, desglosar cada pieza dedicando una pesquisa reveladora. Pero también podés comerte dos galletitas con crema y bañadas en chocolate, sin preguntarte lo que fagocitaste.

En la época de un -instalado por los medios- estado de derecho, con la unión de los argentinos -manifestada por los voceros oficiales- conociendo el origen de quien nos gobierna, decidimos igual comernos las galletitas, algunos identificando su elaboración y otros tragando sin escupir aunque el amargo sabor del endeudamiento sea hambre para hoy y Tita para mañana.-

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