Lara negocia la renuncia del Concejal Pacheco para que asuma a la banca su peón de prensa

23/07/2018 | Revista Norte

ORAN. CAMBIOS EN EL GABINETE PARA MANEJAR EL CONCEJO

Nuevo intento de `intervención´ ante un Concejo Deliberante que lo acecha. Harían cambios en el Gabinete para ejecutar el nuevo “plan”. Quiénes llegan y a quiénes van. Los nombres y cómo lo harían.

REVISTA NORTE

Los cambios que intentan no son para implementar programas ni iniciativas tendientes a mejorar la vida de la ciudad. Por el contrario, se trata de un nuevo armado de poder para intervenir directamente el Concejo Deliberante con un delfín, por la mayoría desconocido, que demostró estar dispuesto a todo.

Matías Cala ya se prueba el traje para asumir como Concejal. A pesar de que figura cuarto en la lista que encabezaron los actuales concejales Ivana Marichal y José Pacheco, el otrora ferviente militante del Partido Obrero –fuerza de la que fue expulsado por sus inconductas partidarias- estaría pronto a jurar, a través de una maniobra de sucesivas renuncias que haría que llegue “el tartalito” a una banca desde la que pretenden controlar al Concejo.

El chico Ex Partido Obrero acusado de ser el que materializa desde la coordinación de prensa de la municipalidad las campañas non sanctas en las redes, descorchó festejos antes de tiempo y la información comenzó a divulgarse por propios y extraños en los pasillos y oficinas de 9 de Julio e Yrigoyen.

Cala llegó a prensa municipal por romper con el PO junto a Rubén Tolay (ex dirigente de izquierda, ex concejal del PO y ex líder municipal de los autoconvocados) para sumarse al laragrosismo vía Javier Tártalo, el Secretario de Gobierno.

A base de concesiones por parte del Ejecutivo a favor de los ex PO, el nuevo Lazarillo de la intendencia se ganó la confianza del Jefe por sus excelentes servicios y este año fue enviado a cumplir “tareas políticas” en los despachos de los ediles -oficialistas y no- para reportar directamente a sus nuevos jeques.

El intendente Lara Gros tiene algunos temores que no puede disipar:

  • causas pendientes que lo acechan penalmente y donde quedaron marcadas sus propias huellas digitales,
  • un gobierno sin presupuesto, faltando apenas 5 meses para concluir el año,
  • Cuentas de Ejercicio o Ejecuciones Presupuestarias de 2017 que aún no presentó,
  • cuentas trimestrales ya vencidas y sin presentar por los dos primeros trimestres de este 2018,
  • una “ordenanza tarifaria trucha” que puso en ejecución y por la que deberá devolver cada centavo a los vecinos de Orán si es que la Corte falla;

estos temas entre otros muchos -judiciales y no- le van saltando al intendente, de los cuales muchos dependen del manejo del órgano de control que ve sobre la agenda parlamentaria, la letra de las normas, los manejos de expedientes, la injerencia en el dinero público, las obras y servicios, las compras, las licitaciones, los contratos… y hasta sus vacaciones. En fin, la injerencia en la última palabra para la toma de decisiones legislativas.

La falta de valoración que Lara Gros tiene respecto de los ediles “propios”, de los que esperaba que “lo cubran un poco más”, sumada al temor por la sangría que se avecina; hizo que fuera el mismo Tártalo junto a su “nuevo pollo” quienes convencieran a Lara de que es este chico la persona ideal para el propósito. Matías Cala superó perfectamente los incipientes temores del Ejecutivo sobre los antecedentes de traiciones con que carga, cuando su incondicionalidad fue puesta a prueba desde los “trabajos” encomendados al chico en la oficina de “prensa y difamación” como le llaman los celosos. Así es que, como ya es costumbre para disciplinar y silenciar a los colaboradores sensibles, Matías tuvo que dejar marcadas sus huellas digitales en esa especie de bautismo al que se someten para convertirse en confiables, y de ahí en más pasó a ser vulnerable a que se le active cualquier expediente desde adentro mismo si osa en traicionar esta vez.

Así surgió la idea, ya puesta en práctica, de tentar con cargos ejecutivos a los ediles que lo anteceden en la lista hasta que le llegue el turno a Matías, quien finalmente asumiría para que sea el mismo Lara quien maneje la vida y los tiempos institucionales en la casa de los representantes del pueblo.

El nuevo encargo de Lara a Matías es algo que el muchacho viene “trabajando” desde hace tiempo pero sin tener un puesto institucional en el Concejo. Matías es habitué en los diferentes despachos de concejales y empleados, y hasta “se jacta de tener buenas migas con varios que le proporcionan info y data desde adentro” y que Cala ofrece como trofeo al Ejecutivo. Cala es hasta ahora un mero mensajero, el “lleva y trae de Tártalo” en el Concejo, y quiere dejar de serlo para adquirir estructura propia.

Tártalo y Lara, por su parte, necesitan comenzar a tener el timón de su natural órgano de control, manejar la agenda y rearmar el escudo de impunidad del que siempre se hizo Lara en estos más de 10 años y medio de gobierno, pero que ahora ve debilitado por la falta de habilidad de sus cinco para garantizarle un buen año electoral o al menos una campaña que le permita subsistir en el poder. Lara sabe que el armado provincial está confuso y para colmo tiene “poca amistad” con los que se perfilan como sucesores en el Grand Bourg, que ven en este intendente una mochila de plomo al que siempre tienen que auxiliar por gozar de la protección de los que ya se estarían yendo, Urtubey y Loutaif.

COMO LO HARÍAN?

Ya dijimos que Matías Cala figura cuarto en la lista de concejales que encabezaron los actuales ediles Ivana Marichal y José Pacheco. Como estos ya son concejales, uno de ellos tiene que renunciar para dar paso a la ejecución del plan.

Ambos ediles, por separado, estarían siendo tentados a dejar sus bancas en los próximos días a cambio de un cargo ejecutivo de primera línea en el Gabinete Municipal. Se habla de crear una nueva Gerencia y/o Secretaría y/o Subsecretaría a medida, según lo pida el interesado dispuesto a inmolarse del Concejo. Y por otro lado se habla de una sustitución de mando en una Secretaría ya en curso.

LOS NOMBRES

Las primeras negociaciones recaen sobre el Concejal José Pacheco, que es también histórico en la jefatura de Bomberos Voluntarios para la cual este año consiguió que cada vecino contribuyente le pague $10 por mes que administran directamente. “Para que acepte el trato se lo está tentando con un nuevo cargo” hasta ahora inexistente, “una subsecretaría de servicios públicos” y no se descarta un “incentivo que no pueda rechazar”.

Lograda la renuncia de Pacheco le sucede en la lista, por su calidad de candidata en tercer término, Salinas Marta Elizabeth más conocida como “la Popi Salinas”. La Popi, fiel puntera de Lara que alguna vez figuraba como beneficiaria del intendente, también sería tentada a renunciar a cambio de un cargo en Abordaje Territorial donde podría reemplazar a la Hermana Tomei, la monja que asumió en el gabinete municipal a pedido de Lara y con el favor del recordado Obispo Zanchetta que terminó yéndose de Orán.

Así llega el turno de Matías Cala, el cuarto en la lista y sucedido por la ahora Gerente del hospital de Orán -Moyano Laura Elizabeth- que para este asunto no se la requiere. Matías está llamado a ejecutar, paso por paso, el plan que se le dicte desde Belgrano e Yrigoyen; y superar las destrezas que él mismo se endilgó para lograr que el Concejo no sea un problema para Lara y su proyecto de perpetuidad de cara al 2019.

Los ojos quedan puestos en los partícipes necesarios, los concejales Ivana Marichal y José Pacheco, que pueden hacer posible la cadena de renuncias dirigidas a satisfacer las pretensiones del intendente contra el Concejo.-

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