Los nombramientos de Urtubey en la justicia

25/04/2017 | Revista Norte

ALBRICIAS FESTEJEMOS TODOS

URTUBEY NO TOLERA MAS CORRUPCION EN SU GOBIERNO. PERO…

Por Nolberto Guerra, columnista invitado de Revista Norte

La reciente bravuconada del Gobernador al Consejo de la Magistratura respecto a no tolerar ninguna anormalidad, le salió  medianamente bien. Se encolumnaron todos: este mismo Consejo, diputados, fiscales y hasta la Corte de Justicia. Urtubey igual quedó con un sabor agridulce. Quiso darse un baño de pulcritud y rectitud en el concierto nacional, pero esta jugada solo quedó constreñida al ámbito de la Capital Salteña. Mostrarse «converso» requiere más de un gesto. Ante el fracaso, ideó el «diálogo político». Quiso tapar el sol con las nubes.

Casi 10 años lleva ya Juan Manuel Urtubey al frente de la Gobernación de Salta. Esta vez sorprendió, porque la opinión pública ya estaba acostumbrada a que siempre (o casi siempre) los concursos para nombramientos de fiscales o jueces aparecieran «amañados», es decir, orientados a favorecer a familiares, amigos o privilegiados. Casi siempre despertaban sospechas y Urtubey ponía el pecho… o se hacía de no estar enterado. Muchas veces no nombraba al más calificado. Es su facultad y la hacía valer. Solo recordemos el caso del Juez Pérez: diligente y servicial en el juicio de las turistas francesas, de inmediato fue ascendido a camarista. También esa vez Urtubey condecoró a los 17 policías que «investigaron».  Al poco tiempo, la Justicia imputó por vejámenes y torturas a 14 de ellos que ahora van a juicio oral. Ninguna reacción tuvo el Poder Ejecutivo que los había condecorado. Quedó como que condecoraban a torturadores.

Nunca se sabrá qué molestó tanto, esta vez, a Urtubey; que denostó al Consejo de la Magistratura. Todas las cachetadas las ligó su fiel servidor Manuel Santiago Godoy, a la sazón Presidente de este Consejo. En las tertulias de las mesas de café, integradas por viejos políticos detestados por el Gobernador, se hablaba de que del «Grupo Puloo» (con doble «o») -fuertemente ligado al Gobernador- debían «calificar» a tres postulantes, abogados amigos. Todos porros, no calificó ninguno. Parece que el Consejo de la Magistratura no pudo ni hacer magia, ni siquiera un «ritual»; lo presidía el Indio. Todos concuerdan en que nadie, pero nadie se anima a hacer algo que disguste al Gobernador. Por eso llama la atención lo de haber incorporado un «machete» sin su anuencia. Hasta dicen que la presión de la prensa y de la opinión pública obligó a Urtubey a «despegarse». Y obró en consecuencia.

De verdad, tanto escándalo por unas «situaciones irregulares y poco claras». Solo sirvieron para desconocer el legítimo derecho de todos los concursantes y robarles horas de dedicación y estudio. Cumplida que fuera la pretensión del Gobernador por la Corte de Justicia, nadie se acordó de investigar quién fue el travieso que generó tanto malestar que bordeó un conflicto de poderes. La bronca del Gobernador se apaciguó en demasía. ¿Servirá de lección para el próximo concurso?

Muchos nombramientos compulsivos realizó Urtubey. En el camino dejó a muchos profesionales esforzados y preparados. Convengamos que son más los que honestamente se esfuerzan por calificar. Pero, muchas veces, primó el acomodo. Si hasta se comenta que a una joven  postulante del Norte calificada con muy buen puntaje en otro concurso que la colocó en una terna, le dijeron que no la nombraban porque tenía cáncer y faltaría mucho a su magistratura. Si ocurrió, es grave. Gravísimo. Y repudiable! Y la letrada nunca padeció enfermedad.

Juan Manuel Urtubey, para lograr ser considerado un político sin mácula y un Gobernador celoso de su función, apegado a las buenas prácticas y alejado de la corrupción, debe ordenar que se investiguen hasta las últimas consecuencias los graves hechos que dañaron a la Administración Pública en su mandato, como por ejemplo:

+ Fondo de Reparación Histórica (FRH): Se denuncia que se «esfumaron» QUINIENTOS VEINTE MILLONES DE PESOS de este Fondo. Esta situación fue públicamente denunciada en la misma planta editorial de un diario de tirada provincial por la Defensora Oficial Natalia Buira, quién recordaba que el responsable del manejo de este Fondo había sido el hoy Senador Nacional Rodolfo Urtubey, hermano del Gobernador. Buira también denunció que ningún Fiscal ni Juez se interesa de esta delicada operatoria. En esa ocasión habían funcionarios ejecutivos y judiciales presentes. Este mismo Martes ingresará a la Cámara de Diputados un proyecto pidiendo se investigue el millonario faltante, amén de numerosas denuncias pasadas respecto al manejo económico del FRH. Como hecho nuevo digamos que de los casi cinco mil millones de pesos obtenidos del exterior por la Provincia para controlar el manejo de solo el 20% por parte de los Intendentes, por iniciativa del Gobernador Urtubey, se conformaron Comisiónes de Seguimiento para los 60 municipios. Para el 80% restante, nada dice en la ley sobre su control o seguimiento. Pronto cumplirá el año disponiendo el Ejecutivo de ese dinero, ninguna obra significativa se concretó. La misma Natalia Buira mostró su preocupación por el manejo de esta cifra millonaria. Lo más lamentable -y repudiable- es que este compromiso deberá ser honrado (pagado) no por Urtubey, sino por el Gobernador que esté en Salta en el 2021.

+ Caso Tierra y Habitad: Funcionarios cobraban para adjudicar lotes fiscales. Solo el responsable directo está preso. Se reclama por qué la investigación no alcanza a funcionarios mayores, íntimamente ligados al Gobernador.

+ Municipios con serios problemas contables y financieros: Se atribuye excesiva tolerancia del Ejecutivo.

+ El Juez que cobró indebidamente siete sueldos de la administración pública provincial: A la fecha, a casi un año del hecho, no se conoce sanción disciplinaria alguna; tampoco penal. La Corte de Justicia le inició un sumario administrativo interno. La opinión pública no conoce su resolución.

Tómese esta síntesis solo como recordatorio.  Bien sabe el Gobernador de los innumerables casos dañosos a la hacienda provincial ocurridos en su gobierno. Esa debe ser la principal preocupación a resolver, si aspira a exhibirse como administrador ejemplar y no comprometido por la corrupción.

En 2015, luego de tomar juramento a sus nuevos funcionarios, Juan Manuel Urtubey se hizo ver muy enojado, y casi a los gritos amenazó: «quienes no piensen honrar sus cargos, ya pueden renunciar e irse. No toleraré ningún acto de corrupción. Todo deberá ser transparente».

De verdad, eso espera la ciudadanía. No hay mejor legado que las buenas y sanas costumbres. El paso por la administración pública debe servir para íntimo orgullo personal. No para enriquecerse indignamente.-

 

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