Urtubey se quejó de su bajo sueldo. Tras el repudio generalizado, recurrió a la caridad

Indudablemente, el poder corrompe. Si el administrador es tibio, presumido y advenedizo el corrupto pasa a no tener límites. Hoy los cuadernos dando fe de ello proliferan. También la alta exposición pública juega en contra al que se esmera en mostrar como verdad sus consuetudinarias mentiras. Y la justicia titubea. Sea porque los fiscales o jueces son también «del palo» sea porque están atados a una futura nominación.

«Siempre digo la verdad. Mi sueldo como Gobernador no me alcanza. Gano menos de CIEN MIL PESOS. Mis mayores ingresos son de mi actividad privada», dijo sin ruborizarse el Gobernador. Pronto el repudio popular se hizo oír y obligó al candidato a presidente de la Nación a recular. Así, acorralado en sus palabras y como queriendo salir de su atolladero, horas después atina a expresar: «donaré todo mi sueldo a entidades de bien público», pero la empeoró.

Urtubey creerá que todos los salteños son estúpidos que se llenaran de conmiseración y le creerán que gana menos que sus Ministros o Fiscales o Jueces algunos de los cuales llegan a triplicar esa suma. En la administración pública salteña nadie debe ganar más que el Gobernador.

La reacción de los salteños, ante tan descarada victimización del gobernador, demostró que el pueblo sabe que, de verdad, resulta MUCHO ese sueldo; máxime si se tiene en cuenta el tiempo que dedica a atender su función de primer mandatario de la provincia, y de resultados ni hablar. El repudio generalizado es tanto por aquello, como por el alto costo para el Estado de su nuevo emprendimiento personal con el que solo busca insuflar su ego persiguiendo una candidatura que cada vez se le hace más inalcanzable. Toda Salta tiene por cierto que su exposición pública es soportada por el bolsillo de los salteños. Aun así, no supera el 2% de intención de votos en el país, luego de más de 11 años regalando pautas, mientras que en solo dos semanas y diciendo  `bolsonareces´ Alfredo «Cepillo» Olmedo hoy mide más de 6 puntos.

Sería mejor para la provincia que Juan Urtubey emitiera un Decreto de Necesidad y Urgencia -así como el 09/11/18 dictó el 1317/18 publicado el 22/11/18 en el Boletín Oficial por el que vuelve, como en todo lo largo de su mandato, a declarar la Emergencia económica- y anule en toda la administración provincial las partidas millonarias de Gastos Reservados. Nadie duda que ese es un camino infalible a la corrupción. Tanta plata dulce tienta a más de uno. Como es ya sabido y repudiado por propios y extraños, solo en la Cámara de Diputados su «álter-ego» Manuel Santiago Godoy maneja a discreción y sin rendir cuentas más de 7 Millones de Pesos mensuales contenidos en el Presupuesto General de la Provincia que el mismo Poder Ejecutivo rubrica. Algún día, no lejano, tendrán que aclarar este manejo oscuro de dineros públicos.

Al parecer, tomando aquello de que siempre dice la verdad, quizá el gobernador no sepa este detalle. Aunque, repasando, salta a la vista que situación similar se vive en el Partido Justicialista que el mismo gobernador preside y donde aparece nuevamente Manuel Santiago Godoy, esta vez como Presidente de la Comisión de Acción Política (CAP) del partido. Aquí, solo en 2015 dispuso de $13.198.271; y en propaganda de campaña local (solo en Salta Capital) gastó 5.845.535 pesos. Demasiada plata para haber erigido solo un diputado. Por cuarta casualidad, otra vez el candidato en primer término era de apellido Godoy. Como evidencia está la documentación que al respecto, y a pedido, alcanzara el Juez Electoral Federal en Salta.

LA NOVEDAD: JUAN MANUEL URTUBEY EMPRESARIO

Después de quejarse de su sueldo como gobernador, Urtubey dijo que mantiene su nivel de vida porque gana muchísimo en su actividad privada como empresario. Así supieron los salteños que los chanchos son el nexo íntimo entre Juan Urtubey y Paula Bibini -la Ministra de Producción, Trabajo y Desarrollo Sustentable de la provincia-, y que otro Urtubey es también empresario exitoso. Nada mejor para un dirigente peruca que vender chorizos, materia prima para su liturgia partidista. Ya lo diría Discépolo: “Vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo todos manoseaos”.

Alegra saber que con su esfuerzo el gobernador contribuye aportando sus impuestos a la Provincia. Habrá que ver si en sus Declaraciones Juradas se verifica este crecimiento y si también la AFIP lo tiene entre los «Grandes Contribuyentes». –

REVISTA NORTE

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