La malversación de dineros públicos provenientes del gobierno nacional no tiene fin. Son gestionados por organizaciones sociales, ingresan en las cuentas de las intendencias con fines de obras ya planificadas, pero son utilizadas por los intendentes en otras cosas, cambiando los fin específicos de esos fondos. Este fraude es ya una constante. Con una justicia cómplice por su inacción ante las denuncias realizadas por dirigentes populares, abundan las maniobras fraudulentas realizadas por de los jefes comunales en Salta.
El Intendente de Gral. Mosconi, Julián Albarracín, es un caso testigo de cómo se malversan fondos públicos con responsabilidad del gobierno provincial y nacional -este último, por determinar de forma arbitraria que las organizaciones sociales no sean órganos de control del dinero público destinado a obras que estos ejecutan-.
Es el intendente quien administra esos dineros, con plena facultad para retirar de las entidades bancarias los depósitos nacionales, que -como el caso Albarracín- son malversados para el supuesto pago de deudas del municipio. Así lo reconoció el mismo Intendente de Gral. Mosconi.
La malversación de dinero público en Salta tiene una infinidad de actores.
Tambien en Mosconi, el ex intendente Isidro Ruarte -que dirigió la intendencia hasta diciembre de 2011 siendo aliado político del gobernador Urtubey- en su último año de mandato utilizó fondos por un monto cercano a 400.000 pesos depositados en Banco Nación, fondos que tenían como destino diversas obras publicas (como cordón cuneta para barrios carentes) y que debían ser ejecutadas por la Unión de Trabajadores Desocupados, la Fundación FUNDATRAD y sus 20 cooperativas en esa ciudad.
Ante la estafa perpetrada por Ruarte, La Fundación FUNDATRAD que tiene como objetivo gestionar y respaldar proyectos realizados por la Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi, tuvo que asumir el pago de sueldos por 200.000 pesos más materiales por el mismo monto.
Ruarte perdió en las últimas elecciones, y dejó la intendencia quebrada. Entre los dineros malversados están los destinados a obra pública ejecutada por desocupados organizados en cooperativas.
Estas fraudulentas administraciones comunales han tenido la connivencia del gobierno provincial, que sabiendo de la malversación de fondos públicos, no actuó en tiempo y forma, dejando como mensaje ante la opinión pública que la corrupción e impunidad no tienen castigo. Con una justicia, injusta, ciega y muda.-
Foto: Ruarte (izq) y Albarracín (der). Publicado por Copenoa
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