Scioli puntea en las encuestas, pero no convence al progresismo y a un sector K

16/12/2014 | Revista Norte

scioli y cristina

Según varios sondeos, el gobernador bonaerense marcha primero en la intención de votos de los presidenciables para 2015. De todos modos sus políticas y antecedentes no alcanzan hoy a convencer al progresismo y parte del arco K.

Por Emilio Marín / LA ARENA

Las encuestas de Poliarquía y de Ricardo Rouvier siguen marcando que Daniel Scioli marcha adelante en la carrera presidencial, como si estuviera corriendo con su lancha «Gran Argentina», de sus tiempos de motonauta.

Como se sabe, una encuesta es como una fotografía que congela un estado de ánimo o correlación de fuerzas. La política es vida y sigue corriendo, como las aguas de un río, de esos que tanto navegó el personaje. Y ya entrado el 2015 se podrá apreciar si la foto sigue reflejando la realidad o si quedó atrás, casi de color sepia.

Desde que el último congreso del Partido Justicialista reservó secretarías para los candidatos, Scioli empezó a sacarle ventaja a sus compañeros-rivales. Sergio Urribarri, Florencio Randazzo, Agustín Rossi, Julián Domínguez, Aníbal Fernández y otros que se fueron anotando con posterioridad, como Jorge Taiana, vieron superadas sus líneas. Algún «tapado» como Axel Kicillof también tiene sus posibilidades, pero viene con retraso.

Uno de los primeros pasos del candidato fue en febrero pasado ir a disertar al Council of Americas de Nueva York, el lobby de negocios de las trasnacionales con inversiones en Latinoamérica. La secretaria vitalicia es la banquera Susan Segal, que representa a esos hombres de empresas pero especialmente a la banca Rockefeller.

«Estoy aquí para que confíen e inviertan», subrayó Scioli. Estimó que durante la próxima década se necesitarán en la Argentina inversiones «por unos 225 mil millones de dólares», por lo que consideró que «el crédito va a ocupar un lugar muy importante en el sector privado». Les estaba proponiendo un negocio conjunto y redondo a los inversionistas: ustedes traigan capitales que nosotros los garantizaremos y ganarán fortunas. También aseguró que el gobierno nacional estaba pagando a los acreedores externos y arreglando la deuda con el Club de París.

La realidad desairó a Scioli. Pese a todos esos gestos, al final el juez Thomas Griesa y los «fondos buitres» generaron un conflicto que aún perdura. Y los planes inversionistas se detuvieron.

Aquel dato ilustra la buena relación del candidato con la potencia mundial. El Dúo Pimpinela es su música preferida y el Council of Americas su lugar en la política internacional. Esto también repercute en la política doméstica: mientras estuvo en Buenos Aires la embajadora norteamericana Vilma S. Martínez, el bonaerense fue uno de sus invitados permanentes. El 4 de julio está marcado a fuego en la agenda del gobernador.

Amigo de la Rural

Durante el duro conflicto que el gobierno de Cristina Fernández tuvo con la Mesa de Enlace Rural, Scioli acompañó muy dubitativamente la postura del oficialismo. Se lo notaba muy incómodo, como ubicado entre dos fuegos o tironeado por amores parejos.

Es que si estaba en la gobernación de La Plata, como antes en la vicepresidencia de la Nación, eso se debía a los acuerdos con el matrimonio Kirchner. Pero sabía del peso de los terratenientes y sojeros de su provincia y a nivel nacional, con la influencia económica y sus implicancias electorales.

La contradicción se marcó en marzo de 2008. Una semana antes que estallara la pelea por la resolución n° 125 que imponía retenciones móviles a la soja, el gobernador inauguró la Exposición de Expoagro, una marca exclusiva de Clarín y La Nación para los negocios del sector.

Inmediatamente se desató la guerra entre los sojeros destituyentes, alentados por Clarín, y el gobierno nacional, ganada por aquellos el 18 de julio gracias al voto «no positivo» del vicepresidente Julio Cobos. El recuerdo de esos hechos permite refrescar que varios personajes claves habían sido cooptados por el kirchnerismo, pero eran de otro palo. El citado Cobos, el ministro de Economía Martín Lousteau, el jefe de Gabinete Alberto Fernández, el jefe de la CGT Hugo Moyano y varios políticos más de doble faz.

Scioli también tiene su coranzoncito sojero, aún disimulado bajo el discurso de la «lealtad a Néstor y Cristina». En 2009, cuando había restos humeantes de ese gran conflicto, concurrió lo más campante a apoyar a la Sociedad Rural en su Exposición de Palermo. Se reunió con su titular Hugo Biolcati y el presidente de CRA, Mario Llambías, popes de la Mesa de Enlace.

Esa búsqueda de alianzas continuó. El 25 de julio de 2014, Scioli elogió cálidamente a Eduardo Buzzi, diciendo que eran un gran defensor de los pequeños y medianos productores, y que le gustaría tenerlo en sus filas como parte de su proyecto político. Buzzi le agradeció los piropos pero dijo que el FPV había causado mucho daño al campo. Posteriormente se supo que sería candidato a gobernador de Santa Fe por el Frente Renovador de Sergio Massa.

Hasta el conflicto con la Mesa de Enlace, el ministro bonaerense de Agricultura era Emilio Monzó. En el choque de intereses no dudó en alinearse con la oligarquía rural. Desde entonces está con Mauricio Macri y tiene la tarea de armar nacionalmente el PRO.

Si alguien tenía alguna duda sobre la relación del gobernador con la oligarquía la habrá aclarado leyendo Clarín del 4 de diciembre pasado: «Con la presencia de Scioli, se lanzó Expoagro 2015. El gobernador de Buenos Aires presidió ayer el lanzamiento oficial de la Expoagro 2015, la mega muestra agropecuaria que se desarrollará del 3 al 6 de marzo en el Establecimiento El Umbral, ubicado en el kilómetro 214 de la Autopista Buenos Aires- Rosario. Scioli agradeció especialmente la presencia de dirigentes rurales en el acto, entre ellos el titular de la Sociedad Rural, Luis M. Etchevehere».

Déficit sociales

Los compromisos con intereses extranjeros de Nueva York o con los productores de la pampa bonaerense y con el agro-business de Expoagro, tiene consecuencias negativas en lo social. Es que no alcanza el presupuesto para la salud, con un servicio muy cuestionado por las clases populares en la provincia, y otro tanto ocurre con la educación.

En 2013 para hacer frente a las erogaciones mencionadas el gobernador pensó en aumentar el impuesto inmobiliario rural, que estaba en valores congelados de veinte años atrás. Ante la protesta de la Sociedad Rural y Carbap, con su amigo Biolcati insultando desde una columna de la Legislatura platense, Scioli retrocedió varios pasos. Y dispuso, en cambio, cobrar una tasa por única vez, dejando todo como estaba. Como la resistencia patronal continuó, al final anuló el cobro del sucedáneo.

De ese modo generó el duro conflicto que hubo al inicio de las clases de este año con los docentes. Es que los trabajadores de la educación consideraban irrisorio el aumento salarial del 22 por ciento ofrecido por el gobernador y sus ministros. Y pelearon duro hasta obligarlos a conceder algo más digno. En noviembre pasado los maestros hicieron un paro de 48 horas con lo que redondearon 21 días de paros a lo largo del ciclo lectivo. Reclamaron un pago extra de fin de año para emparejar las cuentas con la inflación, el aumento del presupuesto educativo (que en el proyecto enviado por el Ejecutivo a la legislatura platense disminuía en 2 puntos respecto al del año anterior) y comenzar el debate de salarios y condiciones de trabajo, para no reiterar la experiencia de este año, del conflictivo comienzo de clases.

Puede que el proyecto político presidencial de Scioli lo haya adecentado en algo, de cara a la docencia. Sabe que su campaña hacia la Rosada podría capotar en caso de tener un frente abierto y muy combativo con las demandas escolares.

El secretario general de Suteba y de la CTA provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel daba en el clavo al cuestionar las concesiones del mandatario hacia los ricos productores agropecuarios: «hace quince años el inmobiliario rural representaba el 20 por ciento del presupuesto provincial; hoy representa sólo el 6 por ciento, miren si no hay de dónde sacar dinero para lo que estamos reclamando».

Scioli no quiere que lo apuren los docentes. Él dice que en todo se toma su tiempo. Puede ser. Demoró 19 años en reconocer una hija extramatrimonial, hasta que la madre de la chica le hizo un juicio de filiación.

Donde el hombre gasta sin tantos límites es en partidas policiales y de seguridad, acorde a su idea de que la seguridad se soluciona con más policías, agentes penitenciarios, patrulleros, armas, cámaras, cuadrículas, policías municipales, comisarías y cárceles. Del «Acuerdo de Seguridad Democrática» impulsado hace años por el CELS, Horacio Verbitsky, el fiscal Hugo Cañón, Carlos León Arslanián, Marcelo Saín, etc. no quiso nunca ni leerlo.

Su postura, bien policíaca, lo lleva a coincidir profundamente con el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Este, con aspiraciones de Rambo, estuvo presente en el acto del 29 de noviembre en la Escuela «Juan Vucetich» donde el gobernador presidió la graduación de 10.000 policías. También anunció que otros 15.000 agentes se incorporarán el año próximo, así como 1.500 nuevos patrulleros de moderna tecnología. «La seguridad fue, es y será mi prioridad hasta el último día de mi mandato», confesó el gobernador que quiere ser presidente con una línea de «mano dura».-

 

 

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