Salta: versiones cruzadas entre médicos y funcionarios sobre un tema sensible. Tenía 9 meses y vivía en un barrio muy humilde de Colonia Santa Rosa. La primera versión de un médico atribuyó la muerte a la desnutrición, pero luego el hospital salió a negarlo.
Alan Misael Villena era un bebé salteño de 9 meses que vivía en Colonia Santa Rosa y murió el domingo pasado. El fantasma de la desnutrición volvió a acechar a la provincia. Los primeros datos surgidos del hospital dieron cuenta de que el chico había sufrido un cuadro de “diarrea y deshidratación a causa de la desnutrición”. La información fue replicada por varios medios nacionales, pero al caer la tarde comenzaron a trascender las versiones en contrario.
Durante la jornada ocurrieron algunos hechos que echaron confusión sobre la verdadera causa de muerte del bebé. Por ejemplo, la subsecretaria de Recuperación Nutricional de la provincia, Gladys Pernas, no se lo pudo confirmar a Clarín. “Llámeme en 10 minutos”, le dijo a este cronista. Luego hubo reiterados intentos por volver a entablar comunicación con la funcionaria, pero nunca respondió.
Por otro lado, el médico que habría escrito el parte médico que daba cuenta de la desnutrición, fue trasladado de urgencia desde Colonia Santa Rosa a Salta capital (250 kilómetros). “En su momento él había pedido el traslado, pero lo mandaron a llamar ayer mismo para que se presentara en la capital provincial”, afirmó ayer a este diario una enfermera. El profesional en cuestión es Luis Cuadri Gallegos. Tras conocerse que el documento había sido firmado por él, fue reemplazado por la médica Patricia Arias. “No le puedo decir de que murió Alan porque no llegué a verlo”, afirmó ésta ante la consulta de Clarín.
Mientras tanto, el sitio oficialista Informatesalta daba a conocer la versión del responsable del hospital de Colonia Santa Rosa, Leandro Alonso. Este negó que el parte médico hablara de desnutrición, dijo que el chico pesaba 8,300 kilos y se refirió sólo a un cuadro de “deshidratación grave y muerte súbita”.
A esa misma hora, en el cementerio local unas 40 personas enterraban a Alan. Un coche de bomberos tuvo que hacer dos viajes para trasladar a unas 20 personas cada vez, porque viven al otro lado de Colonia Santa Rosa, en el humilde barrio Las Palmeras, y allí casi nadie tiene movilidad.
El padre de Alan, Jorge Villena, es boliviano y tiene 45 años. La madre, llamada Claudia, es wichi. Por esta mezcla, al chico se lo considera criollo.Con la caída del sol, en el cementerio prendieron una cantidad de velas y, como indica la tradición, todos esperaron hasta que no ardieran (alrededor de una hora y media) para recién retirarse.
Al terminar la ceremonia se vivió otra situación extraña. Sin que este enviado se presentara aún, el padre del bebé fallecido lo identificó de inmediato como “el periodista de Clarín” y comenzó a criticarlo. “Mi hijo no murió de desnutrición como andan diciendo”, afirmó visiblemente molesto.
De esta manera, la causa de la muerte del bebé quedó en una nebulosa. Y esto ocurrió a menos de dos semanas de la muerte de un chico wichi en el pueblo salteño de Morillo, y a menos de un mes del fallecimiento de un nene qom en Chaco (ver Antecedentes).
Si bien la funcionaria Pernas nunca confirmó el motivo de la muerte de Alan, al diario salteño El Tribuno le dio una respuesta preocupante: “Faltan recursos humanos, hay muchas carencias de personal”. Y citó especialmente la situación que se vive en Morillo: “Allí hay sólo tres médicos para cubrir las guardias de lunes a lunes. Evidentemente es inhumano”.-
Clarín