Los narcotraficantes, según cuentan los investigadores, pasan el tiempo tratando de resolver dos cuestiones. La primera es conseguir dónde comprar droga a buen precio. Y la segunda, quizás la más importante, cómo hacer para transportarla y así poder distribuirla. Por eso permanentemente están buscando alternativas para no ser descubiertos. Y ahora todos miran al cielo, ya que la mayor parte de la cocaína y marihuana que se trafica llega por vía área.
“Este no es un mecanismo nuevo. Se lo viene utilizando desde hace mucho tiempo porque no existen controles aéreos y ya lo hemos advertido”, explicó Pedro Simón, fiscal federal de Santiago del Estero. “Y en la región existe una especie de triple frontera donde se están registrando cada vez más casos de bombardeo de drogas”, agregó.
El sector al que se refiere Simón está comprendido por tres sectores de provincias diferentes. Burruyacu (Tucumán), Pellegrini (Santiago del Estero) y Rosario de La Frontera (Salta). “Por secuestros y escuchas telefónicas hemos establecido que ese es el sector donde las avionetas están arrojando la carga que traen. La cocaína viene de Bolivia y la marihuana de Paraguay o de alguna provincia del litoral”, explicó en una charla con La Gaceta de Tucumán.
En lo que va del año, en nuestra provincia, los investigadores encontraron dos cargamentos de marihuana que habían sido trasladados por vía aérea. En La Ramada, Gendarmería incautó más de 30 kilos de “hierba” que habría pertenecido a la banda liderada por Carla “La Jefa” Sánchez, que fue detenida hace un año, acusada de dirigir un grupo que comercializaba droga a nivel regional y nacional.
El lunes un productor denunció que una avioneta había arrojado objetos en su campo. La Policía llegó y confirmó la denuncia. Luego, personal de la Digedrop, Gendarmería Nacional y de Policía de Seguridad Aeroportuaria comprobaron que se trataba de un envío de marihuana. Tras un rastrillaje que duró más de un día, encontraron cerca de 130 kilos de marihuana. Ahora están tratando de establecer para quién era el cargamento.
Tucumanos ya estaban en la mira de la Justicia por otro hecho ocurrido en febrero en un paraje cercano a Nueva Esperanza, Santiago. La policía antinarcóticos santiagueño había recibido un dato: una nave aterrizaría en la zona. Y la información fue correcta. Ni bien tocó el suelo la avioneta, un grupo de hombres se acercó y trasladó la carga a una camioneta. Intentaron esconderla en el monte, pero fueron descubiertos por los uniformados. Estos incautaron unos 250 kilos de cocaína.
En lo que va del año se produjeron situaciones similares en ese y otros parajes como El Bobadal, Agua Amarga y Ahí Veremos, ubicados en Pellegrini, y muy cercanos a Tucumán. ¿Por qué esas zonas? “Son lugares donde casi no hay habitantes que puedan descubrir la maniobra y están rodeados de caminos y rutas por donde pueden completar el traslado de la droga”, señaló un alto jefe de una fuerza nacional.
Mecanismo
Simón comentó que esta metodología se fue perfeccionando en los últimos ocho años, cuando comenzó a ser utilizada por los narcos de la región. “Ahora se impone el mecanismo conocido como bombardeo, es decir, vuelan a baja altura y largan la carga en campos marcados. Antes aterrizaban, pero decidieron cambiar esa estrategia”, comentó.
El fiscal dijo que la cantidad de droga que pueden trasladar las aeronaves depende exclusivamente del sistema de traslado de droga. “Si lo hacen por bombardeo, llevan entre 150 y 200 kilos, ya que necesitan cargar combustible para reabastecerse en el aire. Pero si hacen paradas, pueden duplicar tranquilamente esa cantidad”, comentó el investigadores.
Ariel Padilla, instructor y jefe del aeródromo del Aeroclub Tucumán, coincidió con las estimaciones del fiscal. “Normalmente las avionetas que utilizan los narcos pueden transportar hasta cuatro personas, es decir, se puede trasladar hasta 400 kilos”, destacó.
El especialista también confirmó que saben de esas metodologías de traslado de estupefacientes. “Hay algo que es bueno aclarar: no se debe hablar de pistas clandestinas, porque todos los campos de soja y de trigo de la región son aptos para aterrizar una avioneta. En esos campos no hay surcos, como pasa con la caña de azúcar. El panorama es complicado”, explicó.
Simón aclaró que la mayoría de las aeronaves son extranjeras y, para evitar ser descubiertas, les pintan en el fuselaje matrículas argentinas falsas. “Así es muy complicado poder seguirlas. Sabemos que vienen de Paraguay y de Bolivia. Sus cargas, luego, por vía terrestre, son trasladadas rápidamente a lugares tucumanos y santiagueños para estirarlas y fraccionarlas. Por último, la distribuyen por diferentes provincias de la región, Córdoba y Buenos Aires, fundamentalmente”, informó.
Sin control
Marcelo Persia es el jefe del Aeropuerto Benjamín Matienzo. “No hay controles suficientes”, aseguró con tono de preocupación. “No tenemos los recursos necesarios para hacerlo”, agregó.
El especialista comentó que los pilotos están obligados a anunciar su plan de vuelo antes de iniciar un viaje. “Con un radar secundario, como se lo llama, si es que ellos encienden un sistema, se podrá seguir el vuelo que hagan”, comentó.
¿Y si no informan del viaje y no utilizan ese sistema, se puede detectar el vuelo?, se le consultó. “No, y ese es un problema”, respondió. “Para ello se necesita un radar primario que detecte todos los movimientos de las naves. Había uno en Santiago del Estero, pero faltan muchos más”, destacó.
Persia comentó además que actualmente se utiliza el radar primario que está instalado en Córdoba. “Sin embargo, este tampoco es efectivo, puesto que sólo detecta aviones que vuelan a más de 25.000 pies, y las avionetas viajan a menor altura que esa”, comentó. “Lo ideal sería contar con esos instrumentos, pero la respuesta no será inmediata, ya que además de adquirirlos, se debe preparar a la gente para que los usen correctamente. Eso lleva un tiempo considerable”, concluyó.
Simón, en la charla con LA GACETA, destacó que la situación es cada vez más compleja. “Con el correr de los meses confirmamos que cada vez son más los narcos que recurren a los vuelos ilegales para trasladar cocaína y marihuana. Pero si además le agregamos que los controles terrestres están disminuyendo por falta de recursos humanos, el panorama es mucho más grave aún”, cerró.
Los narcos esquivan sin problemas el radar
“El escudo Norte no funciona más en Santiago del Estero. El radar que había lo sacaron tiempo atrás, Pero no fue importante lo que se hizo con ese sistema“, advirtió el fiscal federal de esa provincia, Pedro Simón. Según se pudo saber, fue trasladado a Salta, pero es burlado de la forma más simple por los narcos.
El operativo Escudo Norte fue inaugurado en julio de 2011 por la entonces presidenta Cristina Fernández. El objetivo era incrementar la vigilancia en el NOA para evitar el contrabando, el narcotráfico y la trata de personas. Sin embargo, la única intervención que tuvo el radar casi termina en tragedia. “Fue terrible lo que sucedió ese día -recordó Simón-, se detectó una avioneta y se envió un helicóptero de gendarmería que la terminó chocando. Pudo haber sido peor y hoy estaríamos hablando de muertes”. El hecho ocurrió el domingo 8 de agosto de 2011. Tras el roce, la avioneta aterrizó en un paraje conocido como Ahí Veremos. Apenas tocó tierra, su conductor se esfumó dentro de un monte y jamás fue encontrado. Al revisar la nave, los efectivos de Gendarmería encontraron 100 kilos de marihuana. Ese día, las autoridades enviaron un helicóptero, que no tiene demasiada maniobrabilidad, porque la alternativa era incluso peor. “Lo que pasa es que el Gobierno había dispuesto que la persecución de las avionetas debía ser realizada por aviones de combate. Era como mandar a una Ferrari a perseguir un Fitito”, graficó.
Por último, el fiscal dijo que “creo que actualmente el radar fue instalado en Salta, especialmente en la zona de Tartagal, pero no sé si está funcionando permanentemente”. Sus sospechas fueron confirmadas por fuentes de la Justicia de Salta, quienes reconocieron que el radar no está andando todo el tiempo, sino que es puesto en marcha en distintos horarios. Las mismas fuentes, incluso, expresaron su preocupación porque los narcos saben esto y burlan el sistema de la forma más simple y burda. Según se explicó, sólo deben enviar a una persona a ver si el sistema está girando o no. Una vez que lo pueden confirmar, sólo deben tomar un celular, marcar un número y avisar si el vuelo con drogas puede despegar o no.
La Gaceta Tucumán