Guillermina Cruz salió ayer al mediodía, con más de 30 grados, y tuvo que caminar más de una cuadra para llenar sus baldes con la manguera comunitaria del barrio Santa Anita.
Esta imagen, de otro siglo, se repite diariamente en la zona sur, y en los cuatro puntos cardinales de la nuestra capital provincial.
En toda la ciudad los vecinos sufren la falta de agua y la incertidumbre de vivir pensando en abastecerse antes de que corten el suministro.
En muchos casos ya se acostumbraron a tener agua durante un determinado horario y ya no reclaman ante Aguas del Norte.
El Tribuno salió a recorrer los barrios de la ciudad ante la gran cantidad de llamados de vecinos que afirman estar cansados de reclamar ante Aguas del Norte sin obtener respuesta alguna.
En los barrios de la zona norte, los pobladores sufren porque durante todas las noches les cortan el suministro.
A la mañana vuelve el agua, pero como todos comienzan a juntarla al mismo tiempo provoca que la presión sea muy baja y no alcance para nadie.
Al mediodía es una lástima mirar el “hilo” de agua que sale de las canillas en los barrios Miguel Ortiz, Lamadrid y Mosconi.
Lo mismo sucede en los barrios del este de la ciudad, en Villa Juanita y Ampliación cortan a las 10 y con suerte a las 21 vuelven a tronar las cañerías; también con muy poca presión y muchas veces sucia.
En la zona oeste es todo al revés. A las 10 aproximadamente largan el agua y se corta a las 21 aproximadamente; pasan toda la noche sin suministro los vecinos de Palermo y Virgen del Rosario.
En la zona sur hay al menos cuatro barrios que no cuentan ni con red desde hace más de 20 años, según denunciaron.
Las imágenes más crudas pertenecen a El Círculo III, Monseñor Tavella y Santa Anita donde muchos vecinos tienen que acarrear baldes y bidones desde caños comunitarios.
Fueron los mismos vecinos quienes buscaron tomas de agua y pagaron a plomeros para que traigan el agua desde barrios vecinos.
Desigualdades
Lo curioso de la recorrida por los barrios es que las ambigüedades y las injusticias entre los vecinos de un mismo barrio son evidentes.
Una mujer riega su vereda de cemento al mediodía y su vecina del frente junta fuentones para bañar a los chicos.
En la manzana 407 A del barrio Virgen del Rosario no tienen agua durante todo el día.
Al frente, en la 407 B, las casas lucen las piletas llenas de agua transparente que regalaron los Reyes Magos.
Nadie sabe a ciencia cierta por qué falta agua en algunas cuadras de un mismo barrio y en otras no.
Las injusticias más graves las sufren en el sur capitalino donde cuatro barrios quedaron al margen de la urbanización y viven sin el servicio más elemental.
Hicieron los barrios y nunca les pusieron la red de agua potable.
En el mismo sentido, los especialistas en recursos hídricos consideran “absolutamente imprescindible y necesario” avanzar con un plan maestro para evitar problemas mayores con el agua. Los mismos coinciden en la necesidad de mejorar el recurso mediante inversiones.
En síntesis, faltan obras de mantenimiento, captación de líquidos y una mejor distribución del agua como elementos imprescindibles para dar una solución definitiva sobre este servicio básico.
Zona norte
Desde avenida Constitución hacia el sur, la situación ya sobrepasó a los vecinos.Entre las calles Las Heras y Juramento ya se cansaron de reclamar ante Aguas del Norte y el Ente Regulador de los Servicios Públicos.Los barrios Mosconi, Miguel Ortiz y Lamadrid son tres de los sectores que más sufren la falta de agua durante el día o la noche.
zona sur
Círculo III, Monseñor Tavella, Santa Anita y El Parque, al sudeste, son barrios que viven al margen de la urbanización de la capital y que no cuentan con red de agua. Una vieja disputa de incumbencias hizo que hasta ahora ni Aguas del Norte ni Obras Públicas haya provisto de agua a una enorme barriada.El reclamo cuenta con más de 20 antecedentes.
zona este
En Ampliación de Villa Juanita, frente al predio de la Cerámica, la situación es crítica desde las 10 de la mañana hasta pasadas las 21, aproximadamente. A sólo dos cuadras, en Villa Juanita, hay agua y varios caños rotos que forman verdaderas lagunas.Los vecinos de la manzana 2 están padeciendo la falta de suministro desde hace dos meses.
zona oeste
En barrio Virgen del Rosario sucede que en algunas cuadras hay suministro normal, mientras en otras a partir de las 10.30 pueden juntar algunos baldes.En la escuela de Palermo sucede algo escandaloso.En tiempos de clases las maestranzas tienen que recurrir a la familia Dinizzo, al frente del edificio, para conseguir algo de agua.
Ayuda para un merendero
En el barrio Santa Anita dejó de funcionar el merendero denominado “Ositos felices”.
En el lugar se atiende a niños de más de 90 familias carentes de recursos que habitan la barriada de la zona sur.
Nancy Gutiérrez es la referente social del barrio y es quien junta, colecta y gestiona, como puede, los recursos para que el merendero pueda atender a los niños.
El lugar es un patio pequeño, una cocina humilde, algunas ollas grandes y mucho pan francés.
Gutiérrez dialogó con El Tribuno y explicó que la falta de agua los golpea de una manera importante.
No pueden lavar las ollas, las tazas y todo lo necesario para una óptima higiene de los utensilios y de los propios alimentos.
De alguna manera agradeció que justo fuera en vacaciones cuando se acentuó la falta de agua. “En realidad lo digo como consuelo”, sonríe resignada. Y aclara que considera que en tiempo de receso escolar ya no es tan imprescindible la merienda en la alimentación de los niños.
Todos los días Nancy tiene que caminar con la gente que le colabora poco más de media cuadra a buscar agua de la manguera comunitaria en grandes recipientes.
La mujer dijo que desde hace 20 años que viene gestionando que se incluya a esos barrios dentro de la red domiciliaria de agua potable.
Remarcó que “siempre fueron las promesas de todos los funcionarios que llegaron al poder y luego se olvidaron de nosotros”.
Actualmente, fue el secretario de Recursos Hídricos de la provincia, Alfredo Fuertes, quien se comprometió a llevar el agua, “pero hasta ahora nada sucedió y todo quedó en promesas”, aseguró.
“Aguas del Norte también se desentendió de la problemática y siempre esperó que sea la provincia la que haga el tendido de la red”, aseguró Gutiérrez.
Nancy remarcó que muy pocas veces recibieron ayuda del Gobierno y que el merendero funciona gracias al aporte solidario de personas anónimas. Sin embargo, puso el acento en que le faltan recursos de todo tipo, desde ollas hasta tazas y cucharas.
Para ayudarlos o para interiorizarse sobre cómo colaborar pueden llamar al 155-938477.
Un centro de salud, complicado
El que también tiene algunas dificultades para funcionar es el Centro de Salud 14, de barrio Miguel Ortiz.
El servicio asistencial de la zona norte de la capital sufre por la baja presión de agua durante gran parte del día.
El problema se siente porque el agua es necesaria para mantener limpias todas las instalaciones del edificio.
Sin embargo, desde el mismo centro dijeron que los abastecen con camiones cisterna y que el tanque que tienen es suficiente.
En el interior
Además de los barrios de Salta capital, en Atocha, San Luis y El Encón también reclaman diariamente la falta de agua.
En Campo Quijano, Vaqueros, San Lorenzo y La Merced hay quejas por interrupciones constantes en el servicio.
El malestar se extiende hasta los barrios de General Gemes por días enteros sin agua y había inconvenientes similares en Joaquín V. González.
En el norte es angustiante la situación en Orán, Embarcación, Tartagal y otras localidades de San Martín.
Las explicaciones que dio Aguas del Norte
Sobre la preocupante falta de servicio en los vecinos de los diferentes barrios de la ciudad, dialogó con El Tribuno la jefa de Comunicaciones y Marketing de Aguas del Norte, María Laura Terán.
Terán dijo que una de las razones de la falta de suministro de agua potable en Salta es el elevado consumo debido a las altas temperaturas que se están registrando en las últimas semanas en el Valle de Lerma.
“La verdad es que el agua no alcanza”, dijo la profesional y aseguró que la poca presión es el resultado de los bajos niveles existentes en las cisternas.
Hasta aquí, solo se dieron las razones en un plano general.
En un sistema específico, y destacó al barrio Lamadrid, dijo que los niveles de caudal del río La Caldera están bajos por los elevados niveles de turbiedad producto de las últimas lluvias.
Esa situación hace que la planta de El Huaico funcione de manera reducida y afecte principalmente a los barrios de la zona norte.
En otro orden, Terán exhortó a los vecinos a efectuar siempre los reclamos correspondientes porque es la única forma que tiene la empresa de saber dónde están las fallas.
“Muchos inconvenientes y pérdidas están dentro de los domicilios de los vecinos y eso sólo puede ser detectado cuando realizan el reclamo pertinente”, dijo Terán.
Lo cierto es que se pierde mucha agua por las cañerías rotas en los domicilios particulares y por la inconciencia comunitaria de los propios vecinos.
Complicidades
Las personas que riegan las veredas a cualquier hora, los hombres que lavan autos en la calle y las piletas de natación hacen el resto con el resto de agua que queda.
A modo de ejemplo, en la manzana 2 de Villa Juanita los vecinos se quejan por la falta de agua y solo a una cuadra de distancia hay una verdadera laguna permanente producto de una pérdida que nadie sabe adónde está, pero nadie tampoco hace un estudio al respecto para frenarla.
En cuanto a los vecinos de la zona sur que reclaman desde hace más de 20 años que se los incluya en la red de agua potable, la directiva dijo que comenzará “a revisar la problemática”.
Sucede que hay muchas zonas que no están contempladas en las urbanizaciones.
Desde Aguas del Norte se comprometieron a buscar la situación específica para esa barriada y encontrar la solución lo más pronto posible.