Una embajadora radical es la que logró el triunfo diplomático por la Fragata
09/01/2013 | Revista Norte
Susana Ruiz Cerutti es una diplomática de carrera que iba a ser jubilada por no pertenecer al kirchnerismo, pero fue a la que recurrió al Gobierno para poder recuperar la Fragata Libertad, retenida en Ghana. Ruiz Cerutti fue vicecanciller y luego ministra de Relaciones Exteriores de Raúl Alfonsín y es una brillante diplomática. Encabezó la delegación argentina que se presentó ante el Tribunal del Mar y logró recuperar la Fragata Libertad.
Desde hace algunos años, el kirchnerismo viene avanzando contra los diplomáticos de carrera de la Cancillería. Primero por iniciativa de Néstor Kirchner, luego por Héctor Timerman y ahora de la mano de los funcionarios de La Cámpora que responden a Axel Kiciloff y Julián Álvarez.
El embate oficial comenzó en 2010, luego de que el ex embajador en Venezuela Eduardo Sadous denunció una trama de coimas en el país caribeño, que incluía a funcionarios del Gobierno argentino.
Tras la forzada renuncia de Jorge Taiana por una pelea con Cristina Kirchner, el ex presidente le ordenó a Timerman que instrumente una jubilación masiva de diplomáticos de carrera, a los que el fallecido mandatario consideraba “conspiradores”.
Además de Sadous, en esa lista estaban Susana Ruiz Cerutti, Juan Carlos Kreckler, Alfredo Chiaradía, Victorio Taccetti, José Pedro Pico, Oscar Guillermo Galie, Vicente Espeche Gil, Juan Eduardo Fleming y Rodolfo Rodríguez, entre otros diplomáticos con amplia trayectoria.
Pero Timerman no quiso ser la cara visible de la limpieza y trató de dilatar hasta donde pudo las jubilaciones masivas. Incluso, se la encargó al entonces vicecanciller Alberto Dalotto. Sin embargo, en junio del año pasado Cristina le volvió a pedir que saque a los diplomáticos más experimentados.
Allí, aparecieron nuevos nombres, que se sumaron a los anteriores: Santos Goñi Marenco, Elda Beatriz Sampietro, Roberto Oscar Villambrosa, Ileana Di Giovan Batista, Alberto De Nuñez, Miguel Alfredo Velloso, Enrique Julio De la Torre, Ramón Villagra Delgado, Arturo Guillermo Bothamley, Felipe Frydman, Julio Alberto Miller, Sebastián Lucas Brugo Marco, y Hernán Roberto Plorutti.
El pedido de la presidenta escondía otro deseo: abrirle las puertas a funcionarios jóvenes, sus preferidos. Obviamente que La Cámpora tomó la delantera y comenzó a incluir a su gente.
Una de ellas fue Cecilia Nahón, que responde a Axel Kiciloff y recientemente fue designada como embajadora en los Estados Unidos. Otra de las funcionarias que ganó relevancia es Paula Ferraris, que se desempeña como Secretaria de Coordinación y Cooperación Internacional y fue ubicada allí por el Secretario de Justicia, Julián Álvarez, mano derecha del diputado nacional Eduardo “Wado” de Pedro.
Los errores de cálculo y la falta de coordinación entre el Ministerio de Defensa y la Cancillería derivaron en el embargo de la Fragata Libertad en Ghana, pese a las advertencias que habían llegado al Gobierno nacional. Pero los errores no terminaron allí y los primeros movimientos para recuperar al buque escuela fueron absolutamente ineficaces.
Para cambiar este panorama el kirchnerismo debió recurrir a una de las diplomáticas que “estaban en el freezer”: la embajadora Susana Ruiz Cerutti, quien encabezó la estrategia ante el Tribunal del Mar y antes había sido parte de los principales éxitos diplomáticos del país en los últimos 25 años.
Se trata de una las especialistas en Derecho Internacional más importantes del país, con una gran experiencia en resolución de conflictos. Además, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, fue vicecanciller de Dante Caputo y canciller en el último tramo del mandato. Fue la primera mujer que ocupó ese cargo.
En la década del 80, Ruiz Cerutti fue miembro de la misión argentina ante el Tribunal Arbitral sobre el conflicto limítrofe con Chile por el Canal de Beagle. Además, también estuvo en la negociación para la intervención del Papa y la posterior resolución del litigio.
Del mismo modo, fue jefa de la delegación ante el Tribunal Arbitral Internacional que intervino en la disputa con Chile por Laguna del Desierto, que se resolvió en octubre de 1994 a favor de la postura argentina. Fue en ese momento que conoció a los Kirchner, que gobernaban Santa Cruz. Por ese trabajo, además, fue reconocida con la Cruz Pro Eclesia et Pontifice y con la Orden de San Gregorio Magno otorgada por el papa Juan Pablo II.
En medio de esos dos conflictos, Ruiz Cerutti fue ideóloga de la “cláusula Paraguas”, que ayudó a descongelar las relaciones entre Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas. Mediante ese acuerdo se estableció que las negociaciones no invalidaban ni modifican las posiciones de principios de las partes, es decir, no alteraban las pretensiones de soberanía.
Esos trabajos le dieron un gran reconocimiento en el ámbito de la diplomacia y resolución de conflictos. También estuvo a cargo de la defensa de la posición argentina ante el Tribunal de La Haya en el conflicto con Uruguay por las papeleras. Su actuación allí también fue considerada un éxito.
Pese a esto, según La Nación, nunca tuvo trato con la Presidenta. «Deben ser contadas las veces que Ruiz Cerutti fue a Olivos. Ella reporta a Timerman. Y si en esta última [por la retención de la Fragata en Ghana] le tocó ir en persona a informarle a Cristina fue porque el canciller no estaba en el país», señaló una fuente a ese diario.
Con la Fragata Libertad a kilómetros de la costa atlántica, en los pasillos de la Cancillería están convencidos de que el juicio “lo ganó ella”. Pese a que el Gobierno intenta convertir el regreso del buque en una gesta histórica contra los fondos buitre, el nombre de Susana Ruiz Cerutti no es parte de ese relato.-
Informe: LPO – Publicado por Agensur
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