Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA), elaborado en base a datos publicados por el INDEC, da cuenta de que el empleo no registrado en el país alcanzó la brecha del 40% con una fuerte incidencia en actividades como la construcción y el servicio doméstico donde supera el 70%.
Asalariados privados no registrados llegan a los 5.331.000
Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA) elaborado con datos del INDEC más del 40% de los trabajadores argentinos se encuentran en la informalidad, lo que significa que carecen de la protección y los derechos laborales básicos. Esta cifra, que supera incluso los ya elevados promedios nacionales en algunas regiones, da cuenta del fenómeno de «trabajadores pobres» que atraviesa el país.
El Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA) reveló que en el primer trimestre de 2025 cuatro de cada diez trabajadores no estaban registrados en la Seguridad Social, lo que representa un aumento de 1,2 puntos porcentuales respecto al año anterior. Este incremento retrotrae la tasa de informalidad a niveles similares a los de la crisis financiera global de 2008 superando los valores registrados entre 2003 y 2020.
La cruda realidad es que, a pesar de tener un empleo, cinco de cada diez trabajadores informales no perciben ingresos suficientes para cubrir una canasta básica de alimentos y servicios. Esta situación se agrava en ciertas ramas de actividades como el servicio doméstico (77,0% de informalidad) y la construcción (76,7%), sectores golpeados por la crisis económica, con pérdidas significativas de puestos de trabajo desde el inicio de la actual administración de Javier Milei con una caída de 22 mil puestos de trabajo en el caso del servicio doméstico y de 62 mil en la construcción.
El trabajo resalta además que la informalidad se acentúa en las pequeñas empresas, donde la tasa asciende al 66% en establecimientos de hasta 5 asalariados, en contraste con el 11% en empresas con más de 40 empleados.
Además, al analizar la composición de la informalidad se observa que el 36,3% de los asalariados no están registrados mientras que esta cifra se dispara al 61,3% en el caso de los trabajadores por cuenta propia.
Esta precarización laboral tiene un impacto directo en los ingresos: en el primer quintil de ingresos laborales (el 20% de los trabajadores con menores salarios) ocho de cada diez ocupan un puesto informal. La brecha salarial es notoria: un trabajador informal percibe un 41% menos que un formal con las mismas características -lo que significa que por cada $100.000 que gana un formal, un informal recibe $59.000-.
Con estos datos, el fenómeno de los trabajadores pobres es cada vez más evidente en el país. El 45% de los trabajadores informales viven en hogares en situación de pobreza, en comparación con el 30% del conjunto de los asalariados. El IIEP-UBA concluye que «tener un puesto de trabajo en Argentina no es un reaseguro para vivir fuera de la pobreza», advierte la entidad.
Otro relevamiento del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA da cuenta de que la situación genera un profundo estrés económico en la población. El trabajo revela que el 50% de la población siente que sus ingresos no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas, un récord desde 2021.
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