Más deuda para sostener el ajuste

04/08/2025 | Revista Norte

Trump sostiene a Milei. La coyuntura muestra el apoyo al gobierno Milei de EEUU vía FMI e identifica a los grandes productores y exportadores como beneficiarios privilegiados de la política económica. Por Julio Gambina, economista

Crece la deuda pública con un nuevo desembolso del FMI por 2.000 millones de dólares, luego de tensiones cambiarias que supusieron un aumento del tipo de cambio del 15% en el mes de julio contra una inflación en torno al 2% mensual.

Eso explica la corrección de variados precios que dificultan la aspiración gubernamental de bajar la inflación. Por eso se acude a un mayor nivel de contención del nivel de actividad económica, con desempleos y baja del consumo popular.

Al mismo tiempo, se publicó el veto a leyes: de actualización de jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia por discapacidad; en simultáneo con la reducción de retenciones a las exportaciones agropecuarias.

Trump sostiene a Milei

La coyuntura muestra el apoyo al gobierno Milei por parte de EEUU vía FMI e identifica a los grandes productores y exportadores como beneficiarios privilegiados de la política económica.

Crece la hipoteca de la deuda, la que se descarga sobre el conjunto de la sociedad convalidando una tendencia estructural al empobrecimiento.

El stock de reservas internacionales alcanza unos 42.700 millones de dólares, principalmente por los desembolsos del FMI de 12.000 millones a mediados de abril y ahora de otros 2.000; a los que sumarán otros 6.000 para completar el préstamo de 20.000 millones otorgado en abril pasado.

Sin los aportes del FMI sería imposible sostener la política oficial que no puede retener el superávit comercial, que viene en descenso por el aumento de las importaciones.

El problema es la fuga de capitales, sea por pago de deuda o por acumulación de activos externos del sector privado o por salidas de divisas por el turismo emisivo al exterior.

Así puede explicarse que no haya acumulación “genuina” de reservas internacionales, salvo por mayor endeudamiento.

La solución es el auxilio del organismo internacional sustentado por la gestión Trump que, así como sostiene a Milei con el préstamo en abril, desató al mismo tiempo la guerra arancelaria que -pese a los anuncios de acuerdos arribados con variados países- aún está en proceso y con impacto de “incertidumbre” según señala el informe de julio 2025 sobre la actualización de las perspectivas económicas mundiales del FMI. Una incertidumbre que también impacta en el país.

El FMI desembolsó 2.000 millones de dólares y anunció que la auditoría pasa de tres a seis meses, con lo cual el próximo informe sobre la evolución de las cuentas locales del segundo semestre recién se conocerá para fines del primer trimestre del 2026.

Para esa fecha ya habrá nueva composición del Congreso Nacional, surgido de las elecciones de octubre 2025. La apuesta oficialista y del poder es una mejora de las mayorías parlamentarias que les permita avanzar en las reaccionarias reformas estructurales: laboral, previsional e impositiva. Todas destinadas a mejorar la rentabilidad del capital.

Baja de la actividad económica

Pese al informe laudatorio del FMI y al discurso oficial relativo a crecimiento del PBI y reducción del índice de inflación y de pobreza, la realidad devuelve: el cierre de empresas, el crecimiento del desempleo, el aumento de las tasas de interés y -por ende- del costo financiero; todo lo que incide en la contención del consumo popular.

La realidad devuelve desconformidad con el rumbo pero no necesariamente se transforma en protesta social, aun cuando crecen los reclamos y paros -caso de los/as trabajadores/as del subterráneo de Buenos Aires o la continuidad de reclamos de los/as estatales o jubiladas/jubilados-.

Un dato relevante es el crecimiento del ausentismo en las elecciones realizadas hasta ahora en distintas provincias, que pueden repetirse hacia septiembre en la elección bonaerense y en octubre en la nacional.

Es una señal preocupante para el gobierno, que enfatiza su rumbo privilegiando el combate a la inflación con sus anclas fiscales y monetarias que se manifiestan en domar los ingresos populares; especialmente salarios y jubilaciones tanto como contener el tipo de cambio recreando mecanismos de rentabilidad en moneda local.

Más allá de la desconformidad y de la protesta, resulta imprescindible el surgimiento de una propuesta política alternativa que entusiasme a buena parte de la sociedad para revertir las reformas avanzadas en esta primera parte del gobierno Milei. Desde ahí será posible reconstruir una propuesta de organización económico-social que privilegie a los sectores mayoritarios, hoy desfavorecidos por el ajuste.

 

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