El impacto en la economía real, las posibilidades de achicar la diferencia sin devaluar y cómo pueden afectar las negociaciones con el FMI y la liquidación de exportaciones.
La presión que llevó al dólar ilegal a duplicar la cotización del oficial volvió a poner a la divisa verde en las tapas de todos los diarios y a convertirlo en el indicador preferido de los sectores de la oposición para intentar demostrar el fracaso de las políticas económicas del gobierno de Alberto Fernández.
Con el ministro Guzmán presentando nuevas medidas más de una vez por semana y otro tanto por el lado de Miguel Pesce, titular del Banco Central, el gobierno pareciera haber entrado en un laberinto. ¿Podrá salir por arriba?
«No hay que esperar un cambio de tendencia a partir de un acuerdo con el Fondo», sostiene Nicolás Pertierra
Nicolás Pertierra es economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) y dialogó con Canal Abierto sobre los escenarios planteados y las posibilidades que tiene el gobierno ante la encrucijada.
Muchos sectores, alineados con el gobierno o no, plantean que no hay motivos para que el dólar tenga esta escalada. Sin embargo, la tiene ¿por qué ocurre esto?
– Si bien en lo que va del año hubo un saldo comercial positivo en 11500 millones de dólares, hubo una caída de reservas por 3400 millones. Es decir que no por el canal comercial, por otro lado se están perdiendo reservas. Ese canal sabemos que tradicionalmente en Argentina es el ahorro y hay algunas cosas que explican eso. En muchos casos una reacción tardía del BCRA, respondiendo con medidas pero llegando tarde, al mismo tiempo que nosotros que nos enteramos por las noticias de cuantas personas son las que compraron dólares el último mes, pero recién reacciona el 15 de septiembre cuando los datos los tenía un mes antes. Así que ahí hubo una reacción tardía. También se confió mucho en esperar que el resultado de deuda satisfactorio solucionara por si solo las expectativas hacia adelante y no se vio que la tasa en pesos era un atractivo muy bajo para los que tenían ingresos en pesos.
¿No es lo que intentó Macri en su momento con el resultado que ya conocemos?
– No, esto es más parecido al período 2011-2015 en el que hubo un escenario de tasas muy bajas. Vos acá tenías al Banco Central devaluando a una tasa anual del 3% mensual y plazos fijos, cauciones y otros rendimientos en pesos te rendían entre 2 y 2,3. Este es un esquema que desincentivaba la exportación y que facilitaba el endeudamiento en pesos para el pago de deudas u otros movimientos financieros en dólares. Lo que yo estoy sugiriendo es tener una política de tasas más altas en las que el ahorro en pesos tenga un rendimiento más alto para que no pierda contra la devaluación. Pero, como en muchas medidas y herramientas económicas, sabemos que subir la tasa al infinito no soluciona nada. Macri probó llevándola al 70, 80% y con eso claramente no alcanza. Pero una cosa es solucionar todo el esquema cambiario subiendo la tasa de interés y la otra es tener una tasa de interés en pesos que por lo menos acompañe o hasta esté un poco por encima de la tasa de devaluación. Si vos tenés una tasa del 20% y una devaluación del 40%, esto va a llevar a mucha gente a endeudarse en pesos para comprar dólares.
Desde el gobierno se responde que el dólar ilegal no tendría que impactar en la economía real, ya que las importaciones se manejan por el dólar oficial, ni siquiera por el solidario que se compra para atesoramiento.
– El impacto es muchísimo menor que el que tendría una devaluación del tipo de cambio oficial. No tiene impacto en la economía real en precios directamente. Las exportaciones se hacen al tipo de cambio oficial. Ahora, esto no quiere decir que no tenga ningún tipo de impacto. Hay un impacto en las expectativas, sobre todo de devaluación. No queda claro si se va a un tipo de esquema de desdoblamiento cambiario o no, entonces están los que apuestan a ese desdoblamiento cambiario en el que puedan comprar más barato en un mercado y vender en el otro. Ese es el principal canal. Y el problema es que quizá no incrementa descontroladamente los precios, pero si termina paralizando la economía, particularmente en la inversión. Algunos casos, quizá marginadamente como la construcción, se ve beneficiada. Casos como el de quién tenía algún excedente en dólares y de repente ve que el que puede hacerse una pileta que le sale la mitad que hace un año. Pero lo que son decisiones de inversión, contratar personal, generar una nueva planta, con cosas que ya vienen complicadas por la pandemia, obviamente espera que por lo menos el tipo de cambio oficial ajuste a ese precio. Así que el desafío es bajar la brecha a pesar de que no tenga impacto en los precios, un objetivo de la política económica tiene que ser una brecha más administrable, un 20 ó 30%.
En su momento el gobierno puso todas sus expectativas en el acuerdo con los tenedores privados de bonos, pero a pesar de haberlo logrado, hoy estamos hablando de esto. Ahora la nueva zanahoria es el acuerdo con el FMI. ¿Qué garantías hay de que traiga la calma que no trajo el acuerdo con los privados?
– No hay que esperar un cambio de tendencia a partir de un acuerdo con el Fondo, de la misma manera que no había que esperarlo del acuerdo con los tenedores de deuda. O no solamente de eso. A esta altura, Argentina necesita más que eso. Incluso, en el acuerdo con el Fondo hay que evitar fuertemente el condicionamiento de la política fiscal. Si hay algo que va a necesitar Argentina el año que viene, y si dura la pandemia lo va a necesitar más, es una política fiscal de contención de una situación social realmente muy delicada. A veces está un poco esa visión con el gobierno que dar un mensaje de austeridad fiscal ayuda a tranquilizar las expectativas de alguna manera. Me parece que el costo de eso está en una situación social que es realmente delicada.
Así que habría que privilegiar el mantener y sostener ingresos en la medida que dure la crisis y hasta que se evidencie una recuperación. Hasta que no haya una reactivación del 3 al 5% la política fiscal tiene que seguir siendo fundamental y resignar eso en pos de un acuerdo con el Fondo me parece que sería todavía peor.
¿En qué condiciones se encuentran las reservas para seguir aguantando el nivel de presión que hay sobre el dólar?
– En términos de reservas hay que llegar a marzo, que es el período de más alta liquidación de exportaciones de soja. En ese mes también se puede llegar a destrabar algún acuerdo con el FMI. Yo no sé si a través del Fondo o de alguna ampliación del swap con China o con otros organismos internacionales que quizá sean menos duros en las condiciones. Pero hace falta algún tipo de financiamiento para apuntalar las reservas o mensaje de contener la estabilidad y de generar un programa de estabilización que incluya una suba moderada de las tasas, un fortalecimiento de las reservas y un cronograma claro de devaluación.-