Bajo presupuesto y altos indices de desocupación, com- binación explosiva

10/12/2012 | Revista Norte

 

Salta

SE VIENE EL ESTALLIDO

El dinero que los municipios recibirán en el 2013, suponen $1.401 anuales para cada uno de los 678.328 habitantes del interior. Con altos índices de desocupación y casi nula recaudación propia, las intendencias anidan una combinación explosiva. Las finanzas y los acuerdos políticos con el ejecutivo provincial en peligro. 

Por Daniel Avalos

Sumando la coparticipación del Ejecutivo a los distintos municipios, las transferencias en concepto del Fondo Federal Solidario que proviene de la recaudación nacional por las retenciones a la soja y los montos por la descentralización de la ayuda social; los municipios de la provincia recibirán del Grand Bourg un total de $1.360.963.948. De ese total $950.045.245 provienen de impuestos nacionales y provinciales, $186.200.000 del Fondo Federal Solidario y $224.718.703 de la denominada descentralización de la ayuda social que hasta el año 2009 era administraba el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia, y que desde el 2010 pasó a las manos de las intendencias.

La cifra total supone una transferencia media provincial per capita de $1.120 anuales para cada uno de los habitantes de esta provincia, aunque excluyendo del cálculo a Salta Capital (percibirá un total de $410.520.093), el interior percibiría $950.443.855. Cifra que dividida entre los 678.328 residentes del interior (según el censo 2010) implicarían $1.401 anuales por habitante. La cifra es muy superior a lo que percibiría un capitalino si esos montos se repartieran, pero la situación está lejos de representar un mejor estado para los habitantes del interior en relación a los de capital. Y es que (aun cuando el dinero que recibe el municipio capitalino es el más abultado en términos nominales) esos poco más de 410 millones dividido entre los 536.113 habitantes de la ciudad capital representa una transferencia per capita de $765 anuales. Dinero que está muy por debajo de la media provincial ($1.120), la media exclusiva del interior ($1.401), o de los $986 que se transferirán por habitante de Orán, los $1.154 del departamento de San Martín, los $1314 de Anta, los $1.141 de Cafayate, los $1348 de Rosario de la Frontera o los $975 de Rosario de Lerma. Todas cifras, sin embargo, que están por debajo de la media provincial ($1.401) que es superado cuando la mirada se dirige a las transferencias que el Grand Bourg realiza a los departamentos más chicos. Un caso representativo lo constituye el departamento de Los Andes: con una población de 6.050 habitantes percibirá un total (entre San Antonio de los Cobres y Tolar Grande) de $24.257.587, representando una transferencia per capita de $4.010 anuales.

Tales cifras, insistimos, no reflejan una mejor situación presupuestaria de los habitantes del interior con respecto a los de capital. Las razones son relativamente fáciles de explicitar. Producto de un modelo de desarrollo típico del tercer mundo, la capital provincial suele experimentar una desmesurada expansión a costa del resto de las ciudades del interior. Situación que explica el surgimiento de asentamientos y barrios populares, pero también un mayor nivel de actividad económica que permiten un margen de maniobra mayor en lo que a recaudación se refiere. Un ejemplo claro de esa situación es el presupuesto municipal aprobado por los concejales capitalinos el pasado miércoles. Allí se especificó que la gestión de Miguel Isa recaudara por impuestos tres millones de pesos más de lo que recibe de la nación y de la provincia: es decir 413 millones de pesos.

Esos 413 millones de recursos propios que la intendencia capitalina prevé recaudar han sido objeto de profundas críticas por provenir de una política fiscal de carácter regresivo: serán los sectores medios y bajos de la ciudad los que se verán sometidos a una fuerte presión fiscal. Dos elementos estructuraron esas críticas. El primero de ellos es que varios negocios gastronómicos y del entretenimiento quedarán exentos del pago de impuestos por el uso de las veredas públicas. La segundo crítica, en cambio, radica en que el aumento del 113% de los impuestos en concepto de TGI e Inmobiliario es porcentualmente similar en las seis zonas en las que se divide tributariamente la ciudad. Un criterio injusto al menos por dos razones: porque los niveles de ingreso entre esas zonas tiene profundas asimetrías, y porque las zonas con menores ingresos reciben prestaciones mínimas en relación a las que poseen altos. Los funcionarios municipales justificaron la suba argumentando que los cálculos se realizan sobre una base imponible no actualizada. En ese sentido precisaron que los valores no se actualizan desde el año 1992 y que corresponde a la provincia, y no al municipio, reajustar los mismos.

Independientemente de ello, el presupuesto municipal 2013 tiene planificado utilizar un total de 980 millones. Monto que evidencia que más de la mitad del dinero que empleara el municipio proviene de recursos propios: 570 millones sobre los 410 provenientes de los recursos nacionales y provinciales. Por eso mismo, incluso, la división de esos 980 millones por cada uno de los 536.113 habitantes capitalinos supone una transferencia per capita anual que pone a la capital por encima de la media provincial y de la mayoría de las intendencias de la provincia: $1.827 por habitante.

Sin retorno

Por eso mismo, mientras todos los salteños parecemos condenados a un deterioro sin retorno, el interior lo hace a un nivel mayor por la menor capacidad recaudatoria de sus municipios. Hasta ahora, los aumentos de recursos municipales dependen del crecimiento vegetativo de los aportes impositivos nacionales y provinciales. Algo parecido ocurre con los montos del Fondo Federal Solidario: entre las cifras transferidas en el presupuesto 2010 ($119.510.000) y los que se transferirán en el 2013 ($186.200.000) hay un incremento del 35% (en el 2011 fue de $135.282.186 y en el 2012 de $166.767.248), un porcentaje muy inferior al crecimiento de los presupuestos provinciales que entre el 2010 ($5.125.751.583) y el presente ($11.864.567.916) tuvo un crecimiento de casi el 57%. Un porcentaje sólo levemente superior al crecimiento que tuvo la partida de la descentralización de la ayuda social, que fue de $109.000.000 en el año 2010 y es de $224.718.703 en el 2013, representando así un incremento del 51,5%.

Situaciones como esas explican el resquebrajamiento financiero de las intendencias. El caso de General Mosconi es el que mayor visibilidad posee por estos días. Las razones de la grave crisis institucional en esa localidad ha sido atribuida casi exclusivamente a la merma del dinero que percibía por regalías hidrocarburíferas: de $600.000 pesos de coparticipación a $200.000. Y aunque resulta un simplismo prescindir de otras variables políticas, económicas y hasta sociales para entender la situación actual de ese municipio, no es menos cierto que la cuestión de la regalías es absolutamente real. Como ya lo venimos desarrollando en este medio, los ingresos por regalías decrecen año a año: los $255.665.798 que el Grand Bourg prevé recaudar por ese concepto en el 2013, es menor a los $258.807.000 que se recaudaron el presente año. Una merma que se explica por la fenomenal caída de las regalías gasíferas que en el 2013 será menor en 31 millones con respecto al de este año ($179.000.000 en el 2012 contra $148.335.000 del 2013). La caída fue tal, que aun cuando la recaudación por regalías petroleras creció un poco ($99.365.000 en el 2013 contra $83.000.000 del 2012), ese incremento no logra frenar la tendencia decreciente. La situación posee una sola explicación: hay menor producción que es la base desde la cual se calcula el aporte. Esa menor producción también se explica fácil: las empresas no invierten en exploración y extracción.

Menos obras

Cuando el miércoles 5 de diciembre la cámara de diputados aprobó el presupuesto, las voces de los diputados del interior advirtieron sobre el problema. Preocupación que se acentuó cuando los diputados de la oposición advirtieron que las partidas para obras públicas también se han reducido: los 1.300 millones de pesos destinados a ese rubro arañan el 11% del presupuesto total que es de $11.864.567.916. Por lo bajo, esos diputados de la oposición chicaneaban al Grand Bourg recordando que el presupuesto municipal de Miguel Isa, aprobado también el mismo miércoles, destinaba a la obra pública un 15% del total de los recursos. Un porcentaje al que se acerca la provincia sólo si a los 1.300 millones originales, se le suma los 460 millones del Fondo de Reparación Histórica que está destinado a los tres departamentos hidrocarburíferos: Orán, San Martín y Rivadavia.

Justamente allí, vinieron las críticas más sustanciosas. Las mismas provinieron de los diputados de Orán y San Martín. El detalle no es menor. Con una población de 138.838 habitantes y cinco intendencias, la primera percibirá por aportes coparticipables, Fondo Federal Solidario y Descentralización de la Ayuda Social un total de $136.941.971 que representan sólo $986 por habitante; mientras San Martín con una población de 156.678 habitantes y seis municipios percibirá $180.850.305, lo que representa una cifra per capita anual de $1154. Con partidas así, San Martín, Orán y Rivadavia apostaban a que la suma de recursos destinados a obras públicas más los aportes del llamado Fondo de Reparación Histórica posibilitaran una mayor holgura al norte provincial. Esa situación se ha puesto ahora en duda: los representantes legislativos de esos departamentos denunciaron que la menor partida para obras públicas no sólo atentan contra las esperanzas originales, sino también que el Fondo de Reparación Histórica en Orán, San Martín y Rivadavia está sirviendo para disimular esa baja presupuestaria en vez de sumar nuevos recursos a la economía de esas localidades. Los encargados de precisarlo fueron los diputados de Orán y San Martín. Marcelo Bernad (Orán) enfatizo que en su jurisdicción la reducción de partidas para obras públicas llegó al 50%; mientras Darío Valenzuela (San Martín) consideró que en su departamento la reducción fue del 30%. Fueron los mismos, además, quienes advirtieron que un mal uso de los 460 millones del Fondo de Reparación provocaría entre los norteños “una gran desilusión y no una reparación”.

Crisis de pareja

El noviazgo de más de dos años que hay entre el Grand Bourg y los municipios, no pasa por un buen momento. Y es que aun cuando los enamorados juraban que la relación se asentaba en un federalismo provincial que devolvía dignidad a un interior siempre postergado, la relación carnal entre los intendentes y el Grand Bourg era producto de las nuevas partidas de dinero que el segundo transfirió a los municipios: el incremento del 1,5% de las partidas presupuestarias, 50% del Fondo Federal Solidario a los municipio cuando la nación exigía una transferencia del 30% y descentralización de la ayuda social. Todas las medidas se implementaron entre fines del 2009 y principios del 2010. Periodo de tiempo en el que los intendentes declaraban que Urtubey era todo un restaurador.

La primavera está concluyendo. La billetera del novio tiene un límite y sus cualidades de galán no son suficientes para mantener la fidelidad de los intendentes. Personajes que siempre están dispuestos a subordinarse a los caprichos de su amante, pero a condición de que este le garantice recursos tangibles que le permitan mantener su poder territorial. Intendentes que hasta ahora han sido claves para el éxito electoral de las elecciones provinciales.-

 

Cuarto Poder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Maximum one link per comment. Do not use BBCode.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.