Deuda, inflación y devaluación: un completo análisis con la mirada centrada en la deuda pública

05/02/2014 | Revista Norte

deuda publica

CUADRO DE SITUACIÓN DE LA CRISIS DE DEUDA 2014

El propósito de este trabajo es ahondar un poco más el análisis de las novedades que se están produciendo hoy en la Argentina en el marco de la nueva crisis de Deuda Pública que sufre el país.

Este artículo es continuación directa de los dos últimos del autor: «Dólar y Crisis de Deuda Pública» y «La crisis de Deuda del Verano 2014», del 24 y 20 de Enero de este año respectivamente. (ver abajo).

Dada la falta casi total de noticias oficiales sobre lo que está ocurriendo en materia de endeudamiento lo que sigue es un intento de reconstruir el gravísimo cuadro se situación que está enfrentando el gobierno Kirchner derivado de su propia política de Deuda.

Deuda, inflación y devaluación

Durante el corriente año la administración Kirchner tiene que pagar Intereses de la Deuda Pública por 77.300 M$ (Millones de Pesos), equivalentes a 12.200 MD (Millones de Dólares, al tipo de cambio de 6.33 $/US$ del Presupuesto 2014). Es el 73.8 % más que lo previsto pagar en el 2013.

En este año los vencimientos de Capital son de 280.400 M$ (44.300 MD) y se prevé tomar nuevas deudas por 360.700 M$ (57.000 MD), es decir, por 12.700 MD más: toda la deuda que vence se refinancia – íntegramente – y además se toma deuda nueva.

El Informe de Deuda Pública del Ministerio de Economía (MECON) – última información disponible al 30.6.2013 – muestra una cifra de vencimientos muy inferior a la aprobada por el Congreso con el Presupuesto 2014 (que es la que vale): 6.900 MD de Intereses y 28.000 MD de Capital.

Según esta incompleta información oficial los vencimientos de Capital e Intereses que debe afrontar el gobierno son de 11.600 MD durante el primer trimestre de este año: 6.000 MD en Enero, 2.600 MD en Febrero y 3.000 MD en Marzo. La mayoría son Títulos Públicos, particularmente 3.600 MD de BONAR 14 el 30.1, que habrían sido ya canjeados en su totalidad en estos días por otros bonos con vencimiento 2019 y a una tasa variable del 24-25 % de interés anual.

La administración Kirchner no tiene dólares para cumplir con todas estas obligaciones porque no tiene reservas netas o propias en el Banco Central (BCRA), no tiene pesos suficientes porque tiene déficit fiscal creciente en la Tesorería y el financiamiento con emisión de dinero provoca más Inflación, y no puede tomar más Deuda Pública porque no tiene capacidad de repago.

La Crisis de Deuda ha venido provocando así un aumento de la inflación por vía de la sobre-emisión monetaria sin correlato en el crecimiento de la producción de bienes y servicios:

a) El BCRA emite pesos sin respaldo para comprar dólares, con lo que aumenta la Base Monetaria (BM) y estas divisas se adquieren para reponer los dólares que se prestan al Tesoro para pagar Deuda Externa a través del llamado Fondo de Desendeudamiento Argentino.

b) El mismo BCRA emite pesos para financiar al Tesoro a través de Adelantos Transitorios – de renovación permanente – para que el gobierno pague deuda en moneda nacional, con lo que también aumenta la BM.

c) El BCRA rescata luego la mayor parte de estas emisiones monetarias con letras/notas (Lebac/Nobac), por las que paga altas tasas de interés (que hasta ahora eran del orden del 19-20 % y hoy han pasado al 27 % anual).

Esto significa que, en definitiva, las Reservas se compran con Deuda y que los tres factores tienen por causa común el problema de la Deuda Pública.

A su vez, el gobierno Kirchner venía manteniendo en los últimos años un fuerte retraso cambiario, explicado no sólo como ancla anti-inflacionaria sino, sobre todo, como forma de sostener parcialmente su capacidad de pago frente a la Deuda Externa Pública con Terceros (Acreedores privados y Organismos Financieros Internacionales), puesto que el Estado recauda en pesos y un tipo de cambio bajo le facilita entonces el cumplimiento de sus compromisos en moneda extranjera.

Este corsé cambiario empezó a hacer agua con el aumento de la inflación interna, que provocaba una apreciación real del peso, y derivó en una sistemática corrida hacia el dólar.

Pero no fue el peso del “chiquitaje” en la compra de dólares por atesoramiento ni por turismo al exterior lo que produjo el vaciamiento de las reservas internacionales del BCRA sino la propia política del gobierno Kirchner, que utilizó dichas reservas en gran escala para el pago de deuda externa (30.000 MD) y que paralelamente consintió increíblemente la salida masiva de capitales al exterior (90.000 MD en la “década ganada” 2003-2012).

Fue por culpa de esta política monetaria y cambiaria de la administración Kirchner, destinada a sostener en pago de la Deuda Pública y la fuga de capitales que se llegó a la actual crisis de Deuda por falta de divisas.

El cambio reciente de la política de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) y su repercusión en los Países Emergentes (cambio que se venía pre-anunciando desde hace meses) no fue la causa sino sólo uno de los detonantes de esta crisis financiera insoluble y propia de la deuda argentina.

Seguimos así en la trampa y el círculo vicioso de la Deuda Perpetua: a) el Estado no tiene fondos para el pago de los servicios de la Deuda, b) emite dinero para conseguir los dólares para aguantar los pagos indispensables, c) también emite para atender las necesidades de la deuda en pesos del Tesoro, d) esas inyecciones de dinero presionan sobre los precios, e) las elevadas tasas de interés que paga el BCRA por las Lebac/Nobac suben el piso de las tasas de interés del Mercado y presionan también sobre los precios a través de los costos financieros de las empresas, f) el aumento de la emisión de dinero baja la relación Reservas/Base Monetaria, g) la depreciación del peso por inflación produce una inevitable presión devaluatoria, que se expresa a través del dólar paralelo, h) simultáneamente, la inflación produce una apreciación real del peso frente al dólar, que se expresaba hasta ahora en un retraso cambiario, i) el gobierno intentó, tardía e infructuosamente, frenar la sangría de reservas con medidas insuficientes y desubicadas (cepo cambiario, entorpecimiento de las importaciones, restricción al giro de utilidades al exterior, etc.), j) estos esfuerzos se hicieron para sostener a ultranza los pagos de la Deuda Pública – Externa e Interna – a costa de traspasar obligaciones impagables a la Deuda intra-Estado, y k) la consecuencia fue la pérdida de los superávits gemelos – fiscal y externo – y la nueva Crisis de Deuda.

Radiografía de la crisis de deuda

El estallido de la nueva crisis de Deuda – sin darle posibilidad de traslado a un nuevo gobierno – acelera la toma de decisiones forzadas por parte de la administración Kirchner frente a los problemas acumulados durante su propia gestión: blanqueo de situaciones que groseramente trataban de ocultarse, como la inflación, el retraso cambiario, el peso de los subsidios, el ajuste de las tarifas de servicios públicos, el déficit fiscal creciente, el desequilibrio de la balanza de pagos, la falta de reservas en el BCRA, la espiralización de precios y salarios, el empapelamiento del Estado con títulos públicos sin capacidad de repago y, fundamentalmente, el ocultamiento del perfil y concentración de vencimientos de la deuda pública.

A esto último hay que agregarle, muy particularmente, el problema de los vencimientos de la deuda externa privada, que al 30.6.2013 – última información disponible – era de 71.500 MD en total, de los que 23.200 MD eran Deuda Exigible porque estaba ya vencida y otros 25.000 MD vencía en el segundo semestre del año pasado; siendo que las obligaciones son privadas pero las divisas las tiene que proveer el BCRA.

Las nuevas medidas anunciadas por el gobierno a partir del viernes 24.1 ponen en evidencia el grave dilema que afronta la administración Kirchner frente a la proximidad de muy pesadas decisiones en materia de nuevo endeudamiento:

a) Macro-devaluación del peso, con traslado a precios y consiguiente retro-alimentación de la inflación.

b) Abandono de la idea de desdoblamiento cambiario y convivencia con una suerte de tipos de cambio múltiples (oficial, paralelo o blue, contado con liquidación, dólar Bolsa o MEP, dólar soja, etc.).

c) Fuerte aumento de las Tasas de Interés, a partir de la elevación del piso fijado con la toma de deuda cuasi-fiscal del BCRA a través de Lebac/Nobac (un 25 % de base).

d) Aceleración de las negociaciones en curso por las deudas públicas impagas y las nuevas deudas que se están tramitando.

El gobierno necesita imperiosamente ofrecer una “tablita cambiaria” que garantice a los actores internos de la economía argentina (empresas, sindicatos y población en general) pero esencialmente a los acreedores extranjeros, una relación estable peso-dólar para poder cerrar cualquier acuerdo de refinanciación y toma de deuda nueva.

Sin este requisito no hay cálculo económico ni financiero que pueda establecerse.

La administración Kirchner carece de reservas netas o propias en el BCRA: el stock de reservas hoy es prácticamente cero (con datos al 15.1.2014): Reservas Brutas por 29.900 MD menos Depósitos en moneda extranjera por 11.000 MD menos Préstamos de otros bancos por 2.200 MD = total de reservas netas de 16.700 MD.

Pero si a este stock se le resta el monto de Lebac/Nobac – 114.900 M$, equivalentes a 17.100 MD – el saldo pasa a ser negativo.

Y esto es así porque si el BCRA no remunera a los grandes bancos del “club de las letras/notas” con tasas del 25 % o más (hoy ya superiores al 27 % anual) esos fondos irían a presionar al mercado de cambios.

Frente a esta situación extorsiva en que los bancos pasan por la caja a cobrar o pasan por el escritorio a renovar sus obligaciones a mayor tasa de interés, el gobierno ha elevado la tasa mayorista de referencia Badlar Bancos Privados al 25 % y con ello se garantiza una mayor rentabilidad a los capitales financieros, se encarece el costo del crédito – una medida típica, de carácter ortodoxo, que amenaza recesión e inflación a la vez (estanflación) – y se favorece el negocio especulativo de los capitales externos por arbitraje entre tasas de interés y tipo de cambio.

Las negociaciones en curso

Bajo la mentira de un falso “des-endeudamiento” el gobierno Kirchner vino ocultando que el stock de Deuda Pública ha crecido fuertemente pese a los grandes pagos de servicios que está realizando: la deuda aumentó 14.600 MD en 2011 y 18.800 MD en 2012, todavía no se sabe cuánto se incrementó en el 2013 pero estaba previsto que aumentase unos 12.100 MD; y para el 2014 está proyectado otro aumento, de 12.700 MD.

El aumento correlativo del pago de intereses es más que proporcional al aumento de los pagos de capital o principal de las deudas: 8.800 ó 9.400 MD en 2011, 10.200 MD en 2012, 10.800 MD en 2013 y 12.200 MD en 2014.

Estos importes oficiales, sin embargo, no reflejan las verdaderas erogaciones del Estado por servicios de la Deuda porque están tomados a un tipo de cambio que difiere del real, porque las cifras presentan fuertes variaciones entre las proyecciones que se presentan año a año, porque gran parte de la deuda está contraída a tasa de interés variable y fundamentalmente porque omiten los servicios producto de la deuda no registrada: capitalización de intereses por anatocismo, indexación de las deudas en pesos por inflación (CER) y pago de cupones PBI.

La administración Kirchner habla oficialmente de una Deuda Pública total de 196.100 MD – al 30.6.2013 – soslayando la deuda con los tenedores que no entraron en el Megacanje 2005-2010 (los holdouts) que estima en unos 11.500 MD, lo que llevaría el total a 207.600 MD (siempre con redondeo de cifras).

Pero a este importe falta sumarle los intereses a pagar en el futuro – que son 72.200 MD – la citada deuda no registrada por capitalizaciones, indexaciones y cupones PBI; y las deudas por juicios contra el Estado con sentencias en firme y/o reconocimientos ciertos que falta cuantificar con exactitud pero cuyos montos conjuntos se conocen estimativamente (como el caso de los reclamos ante el CIADI, tribunales de Nueva York y otras demandas locales y en el extranjero).

Ha sido precisamente la “explosión” de estas deudas no registradas o no expuestas por el gobierno lo que terminó descompaginando ahora su falsa versión acerca de una deuda pública manejable.

El panorama que afronta la administración Kirchner es así más que delicado y todos los frentes de negociación hoy abiertos implican aumento de la Deuda Pública, algunos de ellos a cifras incontrolables:

a) En Octubre pasado el gobierno K apeló a la nueva fórmula de “pago de juicios con bonos” para abonar unos 500 MD por reclamos perdidos ante el CIADI, tribunal arbitral del Banco Mundial: la deuda con cinco empresas multinacionales por estos laudos perdidos se paga con bonos BONAR X por Capital y con BODEN 15 por Intereses (capitalización de intereses por anatocismo), a tasa de interés 7 % en dólares y fechas de vencimiento 2015-2017.

b) Este acuerdo es posible que se convierta en un modelo tipo para el pago de todas las demandas que se pierdan ante el CIADI, cuyos reclamos totales estarían hoy en el orden de los 8 a 10.000 MD; y este tipo de acuerdo se habría firmado a cambio de mayores préstamos del Banco Mundial.

c) Las negociaciones con los “fondos buitre” a raíz de los juicios perdidos ante los Tribunales de Nueva York – con el fondo Elliot, de Paul Singer a la cabeza – apelan a la misma fórmula de pago que los del CIADI: pagos mínimos en efectivo y gran resto en bonos, cosa que los acreedores, en principio, no aceptan. El gobierno analiza la posibilidad de atenuar algunas consecuencias del pago triangulando las operaciones con la ayuda de otros “fondos buitre amigos” (amigos del vicepresidente Boudou, como el caso del fondo Gramercy) pero igual implican parte de pagos en efectivo.

d) La suma de deudas reconocidas por el gobierno Kirchner a los holdouts es hoy de unos 11.500 MD pero con intereses acumulados reclamados, punitorios, gastos y honorarios pudiera llegar en total entre 15 y 20.000 MD.

e) Con el Banco Mundial rige un paquete de préstamos para el trienio 2014-2016 por unos 3.000 MD en el marco del programa Estrategia de Asistencia al País (EAP) o “alianza estratégica”, que pesó y se entiende que pesará para forzar el reconocimiento de muchas de las deudas argentinas reclamadas ante el CIADI.

f) Con el Banco Interamericano de Desarrollo – el mayor acreedor entre los organismos financieros internacionales – rige igualmente un programa análogo al del Banco Mundial: un plan EAP por 6.000 MD con vigencia para el trienio 2012-2015.

g) Con el Fondo Monetario (FMI) no se volvieron a contraer préstamos después del pago total y por anticipado de la deuda por 9.530 MD efectuado con reservas internacionales del BCRA a principios de Enero de 2006 pero nuestro país sigue siendo miembro del Fondo y, por lo tanto, sujeto a sus deberes como Estado miembro en materia de revisiones fiscales anuales por el Artículo IV del Estatuto y por la confiabilidad de sus estadísticas. Las reiteradas demoras en la regularización de estos dos puntos le permitieron a la Argentina ganar tiempo con la manipulación de las cifras de inflación del INDEC y, a la vez, liberaron al Fondo de expedirse sobre la situación de solvencia fiscal de la Argentina.

h) Las negociaciones en curso por la deuda en default con el Club de París han avanzado aparentemente más rápido en los últimos tiempos, en paralelo a las de Nueva York con los fondos buitre. La administración Kirchner reconoce una deuda por capital e intereses de 6.000 MD pero los miembros del Club le estarían reclamando entre 9.500 y 10.000 MD sumando intereses acumulados, multas y punitorios. El gobierno estaría buscando una refinanciación blanda contra nuevas inversiones y créditos externos, pero ello requiere la normalización de relaciones con el FMI. El viaje del ministro Kicillof a París del 20.1 para llevar una propuesta especial al Club, si bien su contenido no fue revelado, puede haber sido uno de los detonantes de la crisis y de las medidas gubernamentales en curso.

i) La administración Kirchner apeló al uso de los BAADE, originalmente concebidos como parte del nuevo Blanqueo de Capitales, como forma de endeudamiento “normal” en bonos del Estado, aunque hasta ahora esta vía habría tenido poco éxito.

j) El acuerdo de Diciembre pasado del gobierno con las grandes Cerealeras para que las mismas tomen deuda externa privada para prefinanciación de exportaciones y presten al Estado 1.800 MD contra Lebac a 6 meses de plazo, constituye una forma de financiamiento de emergencia de alto costo – dólar linked más 3.65 % – y muy corto plazo.

k) La variante de colocación de deuda bajo la modalidad “dollar linked” – deuda en dólares que se paga en pesos ajustados por tipo de cambio oficial – puede ser “dinamita” en las actuales condiciones de crisis de Deuda porque la fuerte y rápida devaluación del peso unida a la cortedad relativa de los plazos de vencimiento afectan fuertemente la capacidad de repago de estas obligaciones. Esto es particularmente grave para varias provincias que han colocado así deuda en moneda extranjera (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Chaco, Mendoza, etc.) y también para Empresas del Estado (caso YPF) y Privadas.

l) Existe un acuerdo de pago con Repsol por la expropiación de las acciones de YPF que se mantiene en secreto (lo mismo que el convenio Chevron-YPF) pero ha trascendido que el monto a pagar por la Argentina sería del orden de los 5 o 6.000 MD. Los detalles acerca de la forma de pago habrían quedado parados en este momento por la crisis de Deuda Argentina aunque no cambiarían los compromisos asumidos.

m) El pago de cupones PBI – producto del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 – implicaría abonar este año entre 3.500 y 4.000 MD o más. Esto sería, en gran parte, consecuencia de la sobre-estimación del PBI realizada por el INDEC al sub-estimar la Inflación del año 2013.

n) Por último, los compromisos de la Hoja de Ruta Boudou estarían entrando en su recta final: liquidación del tema de los holdouts y arreglo con el Club de París para volver al Mercado Internacional de Capitales, esto es, para volver a endeudarse. Las presiones a este respecto parecen haberse potenciado y se sabe que existen varias iniciativas de paquetes de nuevos préstamos para obtener ulteriores refinanciaciones y/o proveerse de un “blindaje” bajo swaps de moneda para apuntalar las reservas.

La venta de títulos públicos en cartera de la ANSES – y presumiblemente también del BCRA y del BNA – es vista, en este sentido, como un preludio o ensayo de recolocación de deuda en el mercado, desprendiéndose el Estado de una parte de la Deuda acumulada intra-Sector Público que sirvió para traspasarle deuda con terceros. Con la particularidad que estos bonos se habrían comprado “caros” y ahora se estarían vendiendo “baratos”, para frenar el alza del dólar Bolsa.

La actual Crisis de Deuda desatada en Enero del corriente año no retrasa sino que acelera los tiempos de definición de todo este esquema de re-endeudamiento generalizado y aumento sustancial de toma de nuevas deudas por parte del gobierno.

En conclusión

La administración Kirchner se encuentra hoy en medio de una tormenta financiera provocada por una nueva Crisis de Deuda Pública derivada de su adscripción al sistema de Deuda Perpetua.

Las autoridades, en complicidad con la oposición política y los grandes medios de comunicación, ocultan la naturaleza y gravedad del verdadero problema argentino que es la Deuda.

En otras palabras, que la causa de la crisis financiera que vivimos no es la Inflación-Devaluación, no es el Déficit Fiscal, no es el desequilibrio de la Balanza de Pagos, sino que la causa es la Deuda.

El gobierno trataría hoy, contra-reloj, de lograr un “blindaje” y/o un “salvataje” parciales que le permitan “pasar el Verano” pero su debilidad lo lleva a contradicciones flagrantes con su discurso oficial pasado (no Devaluación, no Inflación, no problema de Deuda), a desprolijidades abiertas en sus decisiones políticas y administrativas (acuerdos de precios, cepo cambiario, aumento de tarifas), y a concesiones mayúsculas en sus decisiones de gobierno (Chevron-YPF, pago a Repsol, acuerdos con fondos buitre y Club de París, re-endeudamiento generalizado).

Es el momento más peligroso en que una administración fracasada, para salvar su propia existencia, termina comprometiendo en forma más irreversible todavía las finanzas del Estado.

Y lo hace al amparo de una Clase Política – Oficialismo y Oposición – que se guarda de denunciar las cosas como son, y que por eso calla en la cuestión de la Deuda.

Todas las informaciones sobre lo que se está negociando en materia de Deuda son absolutamente secretas: no se informa a la opinión pública, a los organismos de contralor del Estado ni al Congreso.

Por eso el establishment financiero está relativamente tranquilo frente a los hechos, a la espera de definiciones que, como “pera madura”, van cayendo en sus manos por el simple “acomodamiento de los hechos”.

Es otro caso de aplicación de la regla básica de todas las crisis de Deuda y que hoy amenaza repetirse en la experiencia histórica argentina: la paradoja de salir de una crisis de Deuda con más endeudamiento.-

 

NOTAS RELACIONADAS:

DOLAR Y CRISIS DE LA DEUDA PÚBLICA

Por Hector Giuliano

24.01.2014

La crisis cambiaria que se está dando en estos días se encuentra directamente relacionada con el agravamiento de la crisis de Deuda Pública.

El gobierno Kirchner, seriamente debilitado por la pérdida de reservas internacionales y por el fin de los superávits gemelos – fiscal y externo – tiene que definir su capacidad de pago frente a los acreedores y para ello tiene que garantizar un tipo de cambio estable – alto o retrasado, pero estable – más carece de divisas para poder hacerlo.

En el marco de las negociaciones secretas que se llevan a cabo con holdouts, reclamantes ante el CIADI, Repsol, Club de París y bonistas en general se trata de un requisito indispensable para la continuidad de pago de sus obligaciones vigentes y de los nuevos compromisos a contraer según la hoja de ruta Boudou (1), que pone tales arreglos como requisitos previos para volver a colocar deuda en el mercado internacional de capitales.

Las reservas del BCRA

La posición de reservas netas del Banco Central (BCRA) ha llegado a un punto crítico después de la sangría de divisas por la política de pago de deuda externa con reservas internacionales, la cobertura de los desequilibrios de la balanza de pagos derivados del retraso cambiario y la “fuga” legal de capitales por salida masiva de divisas bajo la supervisión del gobierno (90.000 MD-Millones de Dólares durante la “década ganada” 2003-2012).

Hoy el stock de reservas brutas es menor a los 30.000 MD pero, a los fines de poder determinar la solvencia del banco, hay que restarle 10.700 MD de Depósitos en Moneda Extranjera y 2.200 MD de Otros Pasivos (que son préstamos de otros bancos), por lo que el saldo de reservas netas o propias del BCRA – según datos al 31.12.2013 – queda reducido a 17.700 MD.

A este importe – si se hace un cálculo más fino – cabría descontarle además la deuda cuasi-fiscal del BCRA por Lebac/Nobac, que a esa fecha sumaba unos 110.500 M$ (Millones de Pesos), equivalentes a 17.000 MD, porque se trata de una masa de dinero que si el banco no renueva semanalmente y/o no remunera con una tasa de interés cada vez más elevada esos fondos irían a presionar sobre el mercado del dólar.

Como agravante, el Presupuesto 2014 contempla destinar este año unos 10.000 MD de las reservas (9.855) para el pago de deuda externa a través del llamado Fondo de Desendeudamiento Argentino.

El vaciamiento de las reservas del BCRA tiene así tres consecuencias directas:

1. El banco ya no dispone de divisas para atender los pagos de la deuda externa argentina, pública ni privada.

2. Las reservas no pueden garantizar la toma de nuevas deudas en el mercado internacional de capitales.

3. La suba del interés que se paga por las letras/notas del BCRA es creciente y ello determina un piso cada vez más elevado de las tasas de interés del mercado local.

La combinación explosiva de estas tres variables expone simultáneamente al Tesoro y al BCRA: no es sólo un problema liquidez o disponibilidad de divisas sino un problema de solvencia del Estado.

La nueva tablita cambiaria

Entendemos por “nueva tablita” el intento del gobierno Kirchner de lograr una relación estable entre tipo de cambio e inflación.

Este esquema tiene por antecedentes notorios la Convertibilidad menemista de la década del ´90 y la “tablita cambiaria” durante la gestión Martínez de Hoz.

Dada la disparidad entre inflación oficial (10.9 %) e inflación real (25-30 %) y dada la existencia de distintos tipos de cambio de referencia (dólar oficial, blue, contado con liquidación, etc.) pudiera conjeturarse que la nueva tablita trate de empalmar la evolución de la inflación real con el dólar bolsa o MEP.

Pero independientemente de sus valores absolutos lo importante de una tabla de este tipo frente a los acreedores no son sus importes – tipo de cambio alto o retrasado, inflación más alta o más baja – sino la estabilidad de su relación porque es la única forma de poder llegar a cifras, en pesos y en moneda extranjera, que permitan cuantificar los nuevos números del endeudamiento cuya negociación está en curso.

Como la relación entre reservas y base monetaria es prácticamente 1 a 2 (30.600/57.900 M$) y la Ley de Convertibilidad 23.928 ya no rige como garantía de respaldo del peso una tabla que marque la convergencia entre inflación y devaluación deviene necesaria para fijar el cuadro de situación ante la nueva deuda.

En este sentido la crisis cambiaria y el paralelo descontrol de precios que estamos viviendo pueden interpretarse como manifestaciones de posicionamiento – por aproximaciones sucesivas – para la definición de tales valores de tabla, como producto de un ataque especulativo para forzarla o como ambas cosas a la vez.

Deuda externa y tasas de interés

La clave de los negociados institucionales dentro del sistema de la deuda pública reside en la ecuación de rentabilidad más conveniente para los inversores financieros en función del arbitraje entre tasas de interés y tipos de cambio.

Para ello es requisito que, en un marco de libertad de movimiento de capitales, las tasas de interés locales sean superiores a las tasas internacionales y que la relación peso-dólar sea estable, con preferente retraso cambiario.

De esta manera, se puede producir más rápidamente el ingreso de divisas por capitales golondrina que refuerzan artificialmente la posición de reservas netas del BCRA y esos capitales financieros, a su vez, pueden optimizar sus márgenes de ganancia.

Uno de los aspectos poco comentados de la actual crisis de deuda es el fuerte aumento que vienen teniendo las tasas de interés, que constituye precisamente uno de los dos términos de esta vinculación con el tipo de cambio.

La tasa Badlar Bancos Privados que se toma como referencia – tasa de interés mayorista por depósitos a 30 días superiores a 1.0 M$ – está hoy por encima del 21 % anual y su tendencia es ascendente porque, por una parte, está empujada por la inflación, pero por otra es utilizada para ofrecer una alternativa contra la corrida hacia el dólar.

El logro de una tablita cambiaria que estabilice la relación entre inflación y tipo de cambio es entonces el paso faltante para cerrar este esquema; y es el dilema en que parece debatirse hoy el gobierno.

El objetivo final de este aumento progresivo hacia tasas de interés positivas y de mayores márgenes sería la tercera pata de la tablita.

Teniendo previsibilidad en las tres variables – inflación, devaluación y tasas de interés – pueden manejarse las condiciones del re-endeudamiento argentino.

Esto facilitaría la vuelta argentina al mercado internacional de capitales y permitiría abandonar paulatinamente la modalidad provisoria de bonos dólar linked, es decir, títulos públicos dolarizados que se pagan en pesos ajustados por tipo de cambio.

De esta manera se destrabarían las negociaciones en curso para poder llegar a nuevos arreglos con los acreedores que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (holdouts), con las empresas reclamantes ante el CIADI, con Repsol por el pago por las acciones de YPF y con los países del Club de París.

A la vez, se abriría la posibilidad de una serie de mini-canjes de deuda frente a los próximos vencimientos, cuyo cumplimiento deviene cada vez más difícil y, sobre todo, se habilitaría la posibilidad que la Argentina vuelva a colocar deuda externa, conforme la hoja de ruta Boudou.

No deja de ser notable que – si bien se mantiene dentro de elevados niveles, entre 900 y casi 1.000 puntos básicos (PB) – la tasa de interés riesgo-país (EMBI+ de JP Morgan) no haya subido fuertemente en las últimas semanas pese a la crisis argentina.

Conclusiones

La política de pagos de la deuda externa con reservas internacionales fue una de las principales causas del vaciamiento de divisas del BCRA, del consiguiente debilitamiento de la relación reservas-base monetaria y de la actual crisis cambiaria.

Habiendo comprometido así en forma crítica la posición de reservas netas del BCRA, habiendo batido récords de pagos externos de deuda con terceros (organismos financieros internacionales y acreedores privados) traspasando los compromisos a la Deuda intra-Estado y habiendo agotado ahora este expediente que le sirviera como “préstamo-puente” para descargar deuda que no tiene capacidad demostrada de repago, reaparece la alternativa de “volver al mercado de capitales”.

Es la teoría de la “pera madura”, que se da con el simple acomodamiento de los hechos, por la cual los miembros del “Club de la Deuda” administran los ciclos de endeudamiento a mediano y largo plazo de modo que los países deudores, como el nuestro, tengan que caer periódica y regularmente en sus manos.

Y esto es importante porque define la naturaleza de la trampa de Deuda Perpetua o deuda impagable que se refinancia sistemáticamente, dentro de cuyo proceso las crisis son parte del ciclo, para “barajar y dar de nuevo” cuando la situación puede escaparse de las manos.

Hoy las dificultades en las negociaciones secretas de reestructuración que lleva el secretario Lorenzino son probablemente más importantes que la crisis financiera interna que vive el país y que está provocada justamente por esa deuda, ya que la crisis monetaria y cambiaria argentina es un derivado de la crisis de deuda.

Agotada la política de pagos de deuda externa con reservas del BCRA y llegado a un límite o tope la Deuda intra-Estado, nuevamente se replantea como “salida” la aceleración de la vuelta a colocar bonos en los mercados de capitales.

Un gobierno debilitado conviene a las estructuras de poder económico-financieras porque está más dispuesto a realizar concesiones: caso contrato Chevron-YPF, negocios bilaterales entre empresas y Estado, privilegios y subsidios, acuerdos sectoriales, contrataciones directas, garantías de rentabilidad bancaria, convenios externos, programas con organismos financieros internacionales (Banco Mundial, BID, CAF, BIS de Basilea), arreglos con el Club de París y acreedores del Estado para conversión de juicios en bonos (holdouts, CIADI, Repsol), etc.

La nueva Crisis de Deuda precipita los acontecimientos nacionales y va remodelando el panorama de “salida” o desemboque de la misma, para lo cual el gobierno debe cumplir con algunos pasos clave:

1. Definir y garantizar el cumplimiento de una tablita cambiaria que fije una relación estable entre inflación y tipo de cambio.

2. Aumentar las tasas de interés locales para asegurar que, en condiciones de estabilidad o previsibilidad cambiaria, se asegure la rentabilidad de los capitales financieros por arbitraje y se produzca así un rápido ingreso de divisas externas.

3. Arreglar el paquete de problemas pendientes por deudas con holdouts, reclamos ante el CIADI, acreedores especiales (caso Repsol) y Club de París, en línea con la hoja de ruta Boudou.

El “premio” por observar debidamente estos pasos sería la vuelta al mercado internacional de Deuda, que vendría saludada por el establishment financiero como una forma de reinserción de la Argentina en el mundo y un retorno de la “confianza externa” en el país.

Lo que todavía no estaría claro es si esta secuencia la cumplimentará la propia administración Kirchner o la que la suceda.-

Nota:
1) La Hoja de Ruta del ministro Boudou – entonces al frente de Economía y hoy a cargo de la vicepresidencia de la Nación – cuando asumiera en el año 2009 formulando los tres pasos clave de dicha agenda: 1. Liquidación del problema de los Holdouts, 2. Arreglo de la Deuda Externa con el Club de París, y 3. Regreso de la Argentina al Mercado Internacional de Capitales, precisamente para volver a tomar Deuda Externa (que tal era el objetivo – hasta hoy frustrado – del Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005).

 

LA CRISIS DE DEUDA DEL VERANO 2014

Por Héctor GIULIANO 
20.1.2014
El agravamiento de la Crisis de Deuda Pública que vive la Argentina amenaza la estabilidad financiera y política del gobierno Kirchner.
Es probable que, ante el peligro de un default técnico, estemos frente a un nuevo proceso de refinanciación de deuda y que pueda estar próxima así la correspondiente reapertura de una nueva etapa de macro-endeudamiento público (interno y externo) dado que los hechos se precipitan como producto de la gravedad objetiva de la situación financiera fiscal provocada por el problema insoluble de la Deuda.
Pese a la falta de informaciones oficiales completas y actualizadas , pese a la imposibilidad de acceso a las fuentes de datos  y pese a la carencia de noticias     independientes o confiables,  lo que sigue es un intento de interpretación de lo que está pasando actualmente en nuestro país en materia de endeudamiento.
LA NUEVA CRISIS DE DEUDA.
Nuestro país se encuentra otra vez al borde de una cesación de pagos debido a la falta de fondos y divisas para poder atender los servicios de la Deuda Pública.
El fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 llevó sucesivamente a la estatización de los fondos de las AFJP, al retraso cambiario y al aumento de la inflación:
–           La apropiación de los recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES implicó el traspaso de una masa de deuda pública impagable – que estaba en manos de las AFJP – a la responsabilidad interna del propio Fisco y significó la habilitación del mismo como caja de mayores préstamos para el pago de servicios del resto de la deuda del Estado.
–           El retraso cambiario relativo ha sido sostenido por el gobierno como ancla anti-inflacionaria y también como forma de ayuda para el pago de la Deuda Externa, dado que el Estado recauda fundamentalmente en pesos y gran parte de esos recursos tienen que ser convertidos a moneda extranjera.
–           La inflación se ha potenciado – pese a las manipulaciones estadísticas del gobierno – por la sobre-emisión de dinero del BCRA destinada a comprar reservas que luego se usan para pagar Deuda Externa, por la emisión directa para otorgar Adelantos Transitorios al Tesoro y por el costo financiero de las tasas de interés, cuyo piso de mercado es determinado por la tasa de la deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac.
La política de pagos de la Deuda Externa con Reservas Internacionales llevó a un vaciamiento de las reservas del BCRA, a un exceso de emisión monetaria para la reposición de dichas reservas y a un desequilibrio de las cuentas del BCRA, que por eso pasó a tener en la práctica un Patrimonio Neto negativo.
Dentro de este contexto el Tesoro le debe actualmente al Banco Central 46.300 MD por Letras intransferibles entregadas contra retiro de reservas y 183.000 M$ (equivalentes a 28.000 MD) por Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional: en total, unos 74.300 MD.
El Tesoro no tiene capacidad de repago demostrada para poder cumplir con estas obligaciones.
DEUDA Y DESEQUILIBRIO ESTRUCTURAL.
El problema de la Deuda ha introducido un doble desequilibrio en las cuentas del Estado: el desequilibrio de la estructura financiera y el desequilibrio de las decisiones de coyuntura frente a la crisis.
El Estado tiene tres fuentes básicas de financiamiento: 1. La recaudación tributaria, 2. La emisión de dinero y 3. La colocación de Deuda Pública.
Esta última fuente – la Deuda – no debiera ser un mecanismo regular de sostén de las Finanzas Públicas sino un procedimiento de excepción, en la medida que el ingreso de recursos por vía de préstamos conlleva un aumento de los gastos por servicios de devolución de capital y pago de intereses.
Cuando los niveles de endeudamiento suben a montos impagables, como en el caso argentino, se da la paradoja que la atención de los costos financieros de la fuente Deuda (3) tienen que ser cubiertos a costa de aumentar las otras dos fuentes: Presión Tributaria (1) y Emisión inflacionaria de dinero (2).
La Hacienda Pública pasa entonces a desarrollar una patología estructural, que es el problema de su subordinación a un Sistema de Deuda Perpetua o esquema de refinanciamiento permanente y de continua toma de nuevas deudas.
Periódicamente estos procesos hacen crisis por imposibilidad de pago y la alternativa ofrecida para permanecer dentro del Sistema es la refinanciación de las obligaciones.
El país vive así dentro de una trampa de Deuda Perpetua porque una deuda que no puede pagarse y tiene que ser refinanciada permanentemente es una deuda eterna.
ENCERRONA FINANCIERA FISCAL.
El desequilibrio de estructura lleva al condicionamiento de las decisiones de coyuntura relacionadas con el problema de la Deuda.
La administración Kirchner se encuentra hoy frente a tres cuestiones concretas que resolver desde el punto de vista de las finanzas del Estado: a) la extrema debilidad de la posición neta de reservas del Banco Central (BCRA), b) el Déficit Fiscal creciente, y c) el desequilibrio negativo de la Balanza de Pagos.
Los tres problemas – de los cuales la inflación y el retraso cambiario relativo son un derivado – provienen de una causa central: el dilema de una Deuda Pública impagable, cuyos servicios por intereses y capital provocan el desequilibrio estructural citado de las cuentas fiscales y del sector externo.
Con una particularidad: que las tres cuestiones – derivadas de una Deuda que la administración Kirchner decía haber solucionado gracias a un supuesto des-endeudamiento – son producto de la gestión del actual gobierno y no problemas heredados de administraciones anteriores.
– LAS RESERVAS DEL BCRA.
La crisis por falta de reservas internacionales proviene principalmente de la salida de divisas por el retraso cambiario y del uso de las mismas para la política de pagos de Deuda Externa con reservas del BCRA, lo que condujo a un vaciamiento del stock de dichas divisas del Estado.
En la actualidad – mediados de Enero – el monto de Reservas Brutas está por debajo de los 30.000 MD y la posición de Reservas Netas es mucho peor todavía.
Al 31.12.2013 las Reservas Brutas del BCRA eran de 30.600 MD. Si a este total se le restan 10.700 MD de Depósitos en Moneda Extranjera y 2.200 MD de Otros Pasivos por préstamos de bancos extranjeros el stock de Reservas Netas queda reducido a 17.700 MD.
Esto, sin descontar la deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac, que era de 110.500 M$ (equivalentes a 17.000 MD) y que constituye potencialmente una masa de dinero que si no es remunerada con altos intereses por el BCRA (hoy superiores al 18 % anual) se derivan al mercado del dólar.
Si se computasen estas letras – que son de muy corto plazo – las reservas estarían prácticamente a nivel cero.
Pero aunque esta variante no se verifique, los compromisos anticipados por el propio gobierno empeoran las proyecciones porque el Presupuesto Nacional aprobado para el 2014 prevé utilizar 9.855 MD de las reservas internacionales para el pago de Deuda Externa a través del Fondo de Desendeudamiento Argentino (FDA), lo que bajaría el saldo de divisas a menos de 8.000 MD .
Con el agravante que existen además dos interrogantes de procedimiento que están abiertos con respecto a la verdadera situación del stock real de reservas brutas del BCRA:
– Uno es que se desconoce la integración exacta de las reservas internacionales, dado que el monto de las mismas pudiera incluir títulos públicos argentinos en moneda extranjera y en una proporción que se desconoce, cosa que hoy está permitido al BCRA.
– La otra duda es que las cifras del Balance resumido 2013 pueden no reflejar los saldos normales del BCRA acumulados a fin del año, como producto de asientos contables coyunturales o transitorios realizados con el cierre del Ejercicio.
Cualquiera sea la combinación de variantes que se pueden dar en este campo, la única realidad es que la posición de reservas netas del BCRA es más que delicada y que el gobierno no puede seguir sosteniendo con procedimientos “normales” su política de pagos de Deuda Externa con Reservas Internacionales.
– EL DEFICIT FISCAL.
El gobierno Kirchner ya no tiene superávit gemelos – fiscal y externo – sino déficit en ambos casos.
El Déficit Fiscal fue de 31.700 M$ en 2011 y ascendió a 55.600 M$ en 2012. No se tienen todavía los datos correspondientes al 2013 pero se especula que el déficit pudiera llegar a los 70-80.000 M$ o sobrepasar incluso los 100.000 M$
Y estos déficits fiscales se cubren con más deuda pública, ya sea en forma directa o con emisión monetaria, emisión que luego se rescata en gran medida con deuda cuasi-fiscal (Lebac/Nobac del BCRA).
Ello implica que el Tesoro no cuenta con los recursos genuinos para atender los servicios de pago de la Deuda Pública – por Capital, Intereses y Cupones PBI – y tampoco puede disponer de fondos para la compra de divisas a los fines del pago de deuda externa.
El gobierno central pide entonces divisas prestadas al BCRA contra entrega de Letras intransferibles a 10 años de plazo (letras que pasan a tener un futuro de cumplimiento incierto) y el Banco las saca de las reservas.
Luego el BCRA repone las reservas comprando divisas con emisión de pesos, lo que presiona sobre el nivel de los precios, y por eso una gran parte de estas emisiones el propio Banco Central las rescata colocando letras/notas por las que paga hoy arriba de un 18 % anual de interés.
Por ende, el stock de deuda del Gobierno no baja porque lo que paga de esta forma – con reservas – a Acreedores Privados y Organismos Multilaterales de Crédito (OMC) lo queda debiendo al BCRA; y este último aumenta para ello la emisión de moneda y rescata la mayor parte de la misma con deuda de Lebac/Nobac, con lo que aumenta a su vez la deuda cuasi-fiscal o propia del Banco.
Con el agravante que el ritmo de aumento del stock de la deuda en cabeza del Tesoro es fuertemente creciente  y se retro-alimenta a la vez que se toma más deuda.
Ésta es la forma en que el déficit fiscal está fuertemente determinado por el problema de los servicios de la Deuda Pública, interna y externa.
– EL DESEQUILIBRIO DE LA BALANZA DEPAGOS.
También la Balanza de Pagos de la Argentina se encuentra cada vez más comprometida por el problema de la Deuda Externa y por las complicaciones sobrevenidas por un retraso cambiario mantenido para poder pagar sus servicios.
Según el Balance Cambiario del BCRA – total acumulado al 30.9.2013 (última información disponible) – el saldo de la Balanza de Pagos era negativo de unos 7.900 MD: 6.000 MD de Cuenta Corriente y 1.900 MD de Cuenta Capital/Financiera.
El año anterior – en todo el ejercicio 2012 – el saldo deficitario había sido de 3.300 MD; y en el 2011 fue de 6.100 MD.
Los resultados negativos se deben fundamentalmente a tres rubros: servicios económicos, intereses de la deuda externa y giro de utilidades/Dividendos al exterior.
El aumento de las importaciones de energía y las salidas de divisas por el turismo de argentinos al exterior han agravado este panorama pero el problema de fondo del desequilibrio del Sector Externo de la Argentina es hoy que el saldo positivo de la Balanza Comercial se neutraliza totalmente con las salidas por servicios económicos (fletes, seguros, etc.), servicios financieros de la Deuda Externa y giro de utilidades/dividendos privados a sus casas matrices.
De este modo, la Cuenta Corriente de la Balanzade Pagos ha pasado a ser estructuralmente negativa y la Cuenta Capital/Financiera también.
LA DEUDA COMO FACTOR DE INFLACIÓN.
El descontrol de la actual inflación interna argentina tiene como factor causal más un componente financiero que económico:
a)        El BCRA emite dinero para comprar reservas internacionales que aumenta la Base Monetaria sin contraprestación del aumento de Bienes y Servicios en la Economía.
b)        Luego esteriliza gran parte de este dinero emitido colocando letras/notas por las que hoy paga tasas de interés del 19-20 % anual.
c)         Estas tasas pagadas por Lebac/Nobac determinan un piso de tasas mayoristas de mercado actualmente superiores al 21 %, que es la tasa de referencia correspondiente a la Badlar Bancos Privados (la tasa promedio que se paga por depósitos superiores a un millón de pesos colocados a 30 días de plazo).
d)        El aumento del circulante por necesidades financieras y no económicas del Estado, unido al aumento de la tasa de interés – como costo financiero – se trasladan al sistema de precios.
e)        Como agravante, el fuerte aumento del crédito orientado al Consumo frente a las restricciones existentes en la Oferta por un lado y la existencia de un mercado argentino oligopólico concentrado en pocas grandes empresas formadoras de precios por otro, son factores que tienden ambos a la elevación del nivel de los precios.
f)          La sistemática colocación de obligaciones para renovar vencimientos y tomar nueva deuda pública alimenta permanentemente esta tendencia al aumento de las tasas de interés.
El aumento de las Tasas de Interés constituye así uno de los principales  factores inflacionarios y su piso está determinado por las tasas reales del endeudamiento público fiscal – letras y bonos del Tesoro Nacional – y sobre todo por el endeudamiento cuasi-fiscal (Lebac/Nobac del BCRA), que es de muy corto plazo.
DEUDA, INFLACIÓN Y TIPO DE CAMBIO.
No está claro lo que quiere hacer el gobierno frente a esta nueva Crisis de Deuda.
Puede suponerse que el esfuerzo de la administración Kirchner tenga la finalidad de lograr una suerte de “tablita cambiaria” para tratar de estabilizar la relación Inflación-Tipo de Cambio: una paridad estable entre el ritmo de aumento de los precios (la Inflación Real, no la inflación oficial del INDEC) y el ritmo de devaluación del dólar (presumiblemente, el “dólar Bolsa” (MEP) o Contado con liquidación, intermedio entre el dólar oficial y el dólar paralelo o “blue”).
Para ello, por un lado las autoridades debieran conseguir el cumplimiento de los nuevos acuerdos de precios con supermercados, de modo de contener el nivel de los aumentos y, a la vez, los consiguientes reclamos salariales. Y por otro lado debieran frenar la carrera alcista del dólar paralelo, para lo cual – según la hipótesis antes citada – se estaría tomando aparentemente como referencia el dólar Bolsa.
Pero para bajar este dólar, dada la falta de reservas, el gobierno debe apelar a desprenderse de bonos dolarizados que están hoy dentro de la Deuda intra-Estado, fundamentalmente en ANSES y BNA, ofreciendo una alternativa rentable a los acreedores que puede constituir un mal negocio para los entes vendedores.
Esto es muy importante porque implica una probable inversión – al menos parcial – del rol que esta deuda intra-Sector Público ha tenido hasta el presente.
EL FIN DE LA DEUDA INTRA-ESTADO.
En la actualidad casi un 60 % de la Deuda Pública– 59 % según los datos del MECON al 30.6.2013 – está en manos de agencias del propio Estado: son 115.800 MD sobre el total oficial de 196.100 MD (sin contar los 11.500 MD de deuda con holdouts).
Este altísimo endeudamiento intra-Sector Público es presentado como un logro por parte del gobierno Kirchner, desde el punto de vista de la menor dependencia externa, a diferencia de la deuda con terceros: 25.000 MD de deuda con Organismos Multilaterales de Crédito (OMC, el 12.7 % del total) y 55.400 MD de Deuda con el Sector Privado (el 28.2 % del total.
La Deuda intra-Estado está fuertemente concentrada en tres entes públicos: la ANSES, el BCRA y el BNA.
En las últimas semanas se sabe que la ANSESespecialmente ha estado vendiendo parte de sus títulos dolarizados en cartera para tratar de bajar el Dólar Bolsa, aunque se desconoce a qué compradores y a qué precios, ya que no se suministra información al respecto.
Con esto, empero, no ha conseguido una verdadera contención del aumento del dólar, que se ha seguido registrando tanto en su cotización oficial (6.80 $/US$), como Dólar Bolsa (9.60 $) y como dólar blue o paralelo (casi 12 $).
De este modo puede sospecharse que la ANSES – y eventualmente otros entes del Estado – vayan a seguir vendiendo sus títulos dolarizados para tratar de bajar el Dólar Bolsa o MEP, que sería el tomado como referencia de la Tablita cambiaria.
La venta de estos bonos – que involucrarían montos relevantes – deviene una forma de volver a poner deuda en moneda extranjera en manos de Acreedores Privados (la operación inversa a lo que el gobierno venía ponderando como “des-endeudamiento”) y es considerada en la práctica como una variante de colocación de nueva deuda externa, ya que conlleva asumir compromisos crecientes de servicios por intereses y por capital frente a los nuevos tenedores.
La venta de Deuda intra-Estado parece un paso preliminar para desprenderse de obligaciones fiscales en cartera mientras el gobierno avanza en la liquidación del problema de la deuda por juicios contra el Estado ante tribunales extranjeros – fundamentalmente causas ante los Tribunales de Nueva York y reclamos ante el CIADI – y mientras acelera los pasos para un nuevo acuerdo sobre la Deuda Externa con los países del Club de París.
Estas dos condiciones – solución de los temas holdouts y Club de París – son los requisitos planteados en la Hoja de Ruta Boudou para que la Argentina retorne  al Mercado Internacional de Capitales, esto es, para que el país vuelva a colocar más Deuda Externa.
La Deuda intra-Estado, sin embargo, sólo sería parte de un ensayo o variante parcial y de coyuntura, porque una de sus finalidades presuntas es haber pasado al Fisco obligaciones con terceros para descongestionar o “desagotar” parte de las que estaban en manos de acreedores externos disponiendo así de nuevos márgenes de endeudamiento para volver a colocar deuda con los mismos.
EN CONCLUSIÓN:
La nueva crisis de Deuda del Verano 2014 parece haber terminado con el discurso del des-endeudamiento, con el mito del Modelo y con el relato de la década ganada.
Los cambios de gabinete posteriores a la derrota electoral del oficialismo de Octubre pasado, el receso de Enero y el “silencio de radio”  sobre las negociaciones secretas que lleva adelante el ex ministro Lorenzino tratarían de paliar esta situación para poder “pasar el Verano” sin que la crisis de Deuda – como hemos dicho – termine con la estabilidad financiera y política del gobierno K.
La instauración de la nueva experiencia de un gabinete aparentemente “descentralizado” inaugurada en Noviembre de 2013 pareciera tener tres facetas de cumplimiento complementario:
a)        Un Jefe de Gabinete – Capitanich – prevalentemente a cargo de coordinar el grave problema de los déficits fiscales y las deudas públicas de las provincias.
b)        Un Ministro de Economía – Kicillof – tratando de lograr una Tablita Cambiaria  que permita estabilizar la relación peso-dólar que permita garantizar cálculos manejables para las proyecciones económicas y financieras; y para cuantificar la capacidad de respuesta ante la toma de más deuda pública.
c)         Un Secretario especial a cargo de la Reestructuración de Deuda Externa – Lorenzino – que abarca el paquete de relaciones con Holdouts, denunciantes ante el CIADI, Club de París y Organismos Financieros Internacionales (empezando por la normalización de relaciones con el FMI).
De las gestiones de este tercer funcionario – sobre el que poco o nada se habla, a diferencia de cierta sobre-actuación de los otros dos – depende en realidad el destino de la salida buscada a la encerrona fiscal de coyuntura para mantenerse dentro del Sistema de la Deuda.
Es probable que la finalidad buscada sea contar con un “blindaje” o masa de maniobra dolarizada para poder atender el pago de los servicios de deuda, actuales y futuros, que comprenderían la conversión de la mayor parte de las deudas por juicios contra el Estado en Bonos a mediano plazo (una nueva deuda formal que puede ir desde los 10.000 a los 20.000 MD), la refinanciación de las deudas con el Club de París (al que se le deberían en total unos 9.500 MD) y la colocación de nuevos bonos en el mercado externo, contra garantía del “blindaje” mencionado (una masa de divisas que pudiera ser negociada con el FMI o ser respaldada en los swaps firmados con China) y contra seguridades de funcionamiento de la Tablita Cambiaria.
Esto permitiría llegar a una nueva reestructuración de Deuda – posiblemente armada sobre un esquema parecido al Megacanje 2005 – y/o una serie de mini-canjes de deuda, como los que actualmente se están negociando para los títulos Bonar/Bocan de vencimiento próximos, cosa esto último que parece más probable para sobrellevar la transición hasta el 2015.
En contraprestación, la administración Kirchner debiera mantener el plan de ajuste encubierto que se encuentra aplicando para poder hacer frente a esta crisis de Deuda, que no se percibe adecuadamente porque el gobierno maneja el ajuste más por vía de los Ingresos – presión tributaria, emisión monetaria y aumento de la deuda pública – que por vía de los Gastos – limitación de subsidios, freno de aumentos salariales y restricciones a la inversión pública (que se cubre con más financiación y no con recursos tributarios) – pero que constituye un procedimiento cuya continuidad estaría llegando a un límite que le requiere atacar ahora el problema también por el lado de los gastos y además, conforme al acomodamiento de los hechos, por el lado de tomar deuda adicional.
Mientras tanto, como decíamos al inicio, el gobierno Kirchner ha cerrado casi todas las fuentes de información oficial, mantiene el silencio sobre el tema Deuda y deja que – como siempre, con la complicidad y ayuda de la prensa – trasciendan sólo mínimas e irrelevantes noticias sobre las negociaciones secretas en curso, como si el problema no tuviera la acuciante gravedad que tiene y sobre el cual las autoridades debieran hablar claro.
Pero en este sentido a los funcionarios superiores intervinientes, y a la presidenta en particular, pareciera caberle la frase del cómico Groucho Marx que decía que a veces es mejor quedarse callado y parecer tonto antes que hablar y despejar la incógnita.-

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Maximum one link per comment. Do not use BBCode.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.