El caso de la joven de La Quiaca desaparecida

13/12/2012 | Revista Norte

«Los jueces son clientes; y si hay clientes, hay trata», dice otra madre desesperada

Carina Ramos es la madre de Antonela, que desapareció en La Quiaca hace tres meses; viajó a Buenos Aires a pedirle ayuda a la presidenta Cristina Kirchner y no la recibió; el apoyo de Trimarco

Susana Trimarco y Carina Ramos se movilizan por el mismo dolor. Con diez años de diferencia, ambas madres se dedican a buscar a sus hijas desaparecidas. Trimarco comenzó en 2002, y diez años después, se topó con la decisión de la justicia de absolver a todos los imputados por la desaparición de Marita Verón.

Carina Ramos comenzó la misma cruzada hace casi tres meses. Viajó desde La Quiaca a Buenos Aires para » buscar ayuda » , porque su hija Antonela, de 14 años y su amiga Gloria Mendoza, de 16, desaparecieron a la salida de la Escuela Normal del la ciudad jujeña el 20 de septiembre último.

«No nos dan pelota», dice en referencia a las autoridades provinciales. La otra sentencia es aún peor: «Todavía no sé nada de mi hija». Por eso, viajó a Capital Federal con el objetivo de reunirse con Cristina Kirchner en busca de ayuda. Pero, la Presidenta no la recibió.

La mujer contó a LA NACION que le mandan mensajes al celular, supuestamente son de Antonela. «Me dicen: `Mami, soy tu hija, tengo miedo, estoy con dos hombres que me quieren violar´, lo que me desespera aún más».

Foto: A la izquierda, Ramos exhibe un cartel que pide por la aparición de su hija y la amiga, en la puerta de Tribunales de Tucumán. Foto: DyN / Analia Jaramillo

-¿Cómo tomó la decisión de la justicia tucumana de absolver a todos los imputados en el caso por la desaparición de Marita Verón? 

-Como madre, me dio mucha bronca, se me caían las lagrimas. Fue una estafa, los jueces recibieron dinero, se vendieron. Pero que sepan que esta mujer, así negrita, quiaqueña, y humilde como me ven, no va a bajar los brazos hasta encontrar a Antonela. No tienen idea con la madre que se metieron.

-¿Cómo piensa que tendría que haber fallado la justicia tucumana? 

-Pensaba que les iban a dar las penas que pedía el fiscal , que de hecho me parecía muy poco. Pero no, es sorprendente. Los jueces se vendieron. No se entiende tanta injusticia después de diez años de lucha. Para mí, como madre, fue un dolor desesperante.

-¿Y ahora cómo sigue?

-Evidentemente es una red con mucho poder, trafican drogas, armas y mujeres. Tienen mucho poder y hay mucha gente prendida, de otra manera no se explica que hayan absuelto a todos los imputados. Todos lloraban, como si festejaban que no van a prisión; estos malditos lloraban de alegría. Seguro que están festejando que ahora tienen el poder y la impunidad.

Se veía venir que algo raro estaba por pasar. Susana estuvo cuatro horas esperando afuera de tribunales. No la dejaban entrar, como si fuera ella la delincuente. Toda la banda estaba sentada con aire acondicionado, tranquilos, aguardando para ser absueltos. Vergonzoso. Le habían mandado una carta anónima unas horas antes anticipandole la absolución. Estaba todo armado.

Los jueces son clientes de las redes de trata. Y mientras haya clientes, habrá trata de personas. A ellos no les convenía meter en cárcel a nadie, porque también están metidos, y si caía uno, caían todos.

– ¿Qué novedades tuvo en la búsqueda de su hija Antonela y su amiga Gloria Mendoza?

-Hasta hoy, absolutamente nada. Continuaron los llamados agresivos e intimidatorios, como venimos denunciando, pero aún no sabemos de quiénes son. Me llegaron mensajes de mi hija en donde supuestamente me dice que me extraña y me ama. Por un momento me llene de alegría, pero después me llené de desilusión, porque sé que no es ella.

-¿Para qué viajó a Buenos Aires y por qué?

-Viajé dos veces desde que mi hija desapareció (hace casi tres meses). Lo hice porque en Jujuy conseguimos muy poco apoyo. En Buenos Aires todos nos dicen que tenemos que esperar a que lo resuelva el Juzgado Federal N°2 de Jujuy. Pero miren lo que le pasó a Susana Trimarco por esperar a la Justicia: consiguió cientos de víctimas, las mismas chicas que fueron violadas y maltratadas se presentaron y contaron que vieron a Marita en prostíbulos. Hasta se lo dijeron en la cara a los imputados. Y la Justicia los absolvió. Imagínense, ¿a dónde podemos llegar nosotros

-¿Con quién se reunió?

-La primera vez hicimos la denuncia en la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas Ufase y en la Oficina de Derechos Humanos de la Nación , pero no nos dieron mucha pelota.

La segunda vez fui directamente a la Casa Rosada, en dos oportunidades. La primera me dijeron que la Presidenta no estaba, y la segunda que no podía atendernos. Me siento indignada porque en todo momento apoyé a Cristina y a Alicia Kirchner, y hoy ni nos atiende.

-¿Y qué hizo?

-Dejamos dos cartas dirigidas especialmente a la Presidenta pidiéndole ayuda, pero nos sacaron volando. Nos dijeron que ella las iba a leer después. Queremos que vea que en La Quiaca, la otra punta de la Argentina, estamos viviendo desesperadamente la situación de desaparición y trata de menores . No solo por Antonela y Gloria, sino por muchísimos chicos que desaparecen.

Cristina a Susana Trimarco: «No sé cómo podés aguantar tanto. Contá conmigo»

Después nos reunimos con el ministro de Justicia, Julio Alak. Nos recibió, se sentó en su despacho, y ordenó a algunos funcionarios a que se movilizaran. Pensábamos que habíamos logrado que se mueva la Justicia Federal, pero nunca más volvimos a saber nada.

Los funcionarios nos dicen que tienen otras cosas importantes para hacer, pero el dolor que mi familia tiene en el alma es también muy importante. Me volví con una tristeza profundísima.

-¿Qué pasa con las autoridades jujeñas? 

-Lamentablemente acá todos dicen que trabajan pero no vemos ningún avance. Ningún político habló. La policía esta prendida. Gustavo Flores, el jefe de la policía en La Quiaca, niega todo. Para mí, el forma parte de esa red de tratantes y traficantes, ¿y si no por qué sale a defenderlos?

Las autoridades nos dicen que nos quedemos tranquilos. Pero cómo puedo estar tranquila dejando a mis otros chicos solos en La Quiaca. En Tucumán quedo clarísimo que estamos hablando de una red grande, poderosa, y con muchísima plata.

-¿Y la Justicia?

La actitud de la jueza de Menores, Pilar Medina, deja mucho que desear, se cree que como es jueza puede presionarnos. Para ella es fácil decir que se está trabajando pero no entienden que hace dos meses y veinte días desaparecieron las niñas, y todavía no hicieron nada.

-Dicen que rastrean las llamadas y los mensajes. Nosotros mismos nos presentamos a pedir que lo hicieran. Pero no nos dicen nada, ni nos dan informes; nos dicen que trabajan, pero mientras, a mi me siguen amenazando.

-En el último tiempo en La Quiaca se ven autos polarizados que sacan fotos a mujeres embarazadas y a los chicos que juegan en las plazas. Esto no es normal. Que se den cuenta que algo está pasando. Aunque me vean morocha, negrita, del norte, sepan que voy a tocar mil puertas, las que sean necesarias, y voy a encontrar a Antonela. No me voy a morir sin ver a mi hija con vida.

LA DESAPARICIÓN DE MENORES EN LA QUIACA

«Reina Sotillo es la única funcionaria que nos ayuda», asegura Carina Ramos. Sotillo es la titular del Consulado de la Argentina en Potosí, Bolivia. «Justamente el día que fuimos a plantearle nuestra situación, ella se encontraba devolviendo dos nenitas que habían desaparecido, una hace un año y otra hace unos meses. Eso nos dio mucha esperanza».

La desaparición de personas en La Quiaca y Villazón tomó estado público cuando se descubrió el primer caso, en septiembre de 2007, que fue denunciado por Sotillo, quien adoptó desde entonces un rol activo en la recuperación de víctimas.

«Nos acompaña, pero no le alcanza; ella es una mujer que lucha como madre y como Cónsul, pero no alcanza porque no tiene apoyo. Es una persona excelente que tiene gente a su cargo que trabaja desde el corazón, pero está sola», contó Carina Ramos.

Aunque Sotillo se niegue a dar números oficiales, LA NACION pudo contar, desde 2007, la recuperación de más de 1500 personas , de los cuales cerca de 500 tenían menos de cinco años. En 2012, la recuperación y restitución «no bajó de tres personas cada dos semanas, a veces más», afirmaron las fuentes consultadas. Es el único consulado argentino en todo el mundo que realiza este tipo de actividad. Actualmente hay más de 60 denuncias de menores desaparecidos .-

 

 

La Nación

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