El dilema del dólar barato en Argenti- na

27/02/2025 | Revista Norte

COMPARACIÓN ENTRE ARGENTINA Y BRASIL 

¿Estamos realmente ante un dólar artificialmente barato que encarece la producción y pone en jaque las cuentas externas y la producción interna? La comparación de precios entre Argentina y Brasil no deja lugar a dudas.

Publicado por Guillermo Oglietti / CELAG

Mantener el tipo de cambio bajo como instrumento para combatir la inflación tiene un costo: los precios en dólares de bienes y servicios suben y la economía pierde competitividad frente a nuestros vecinos y socios comerciales. ¿Estamos realmente ante un dólar artificialmente barato que encarece la producción y pone en jaque las cuentas externas y la producción interna? La comparación de precios entre Argentina y Brasil no deja lugar a dudas.

Hasta un estudiante de secundaria sabe que los precios no se bajan reduciendo la oferta.

Nuestro análisis, comparando precios entre Argentina y Brasil, es contundente: en promedio, Argentina es un 85% más cara que Brasil en dólares y se necesitaría un dólar a 1.671 pesos para igualar los precios de los dos países. Este desajuste explica, en gran parte, el derrumbe del comercio exterior. En enero de 2025, las exportaciones argentinas al país vecino cayeron un 10% mientras que las importaciones desde Brasil aumentaron un 40%. El déficit comercial con Brasil se quintuplicó en un mes, pasando de -87 millones de dólares en diciembre a -441 millones en enero. Y esto no afecta solo a Brasil: el superávit comercial con el mundo se desplomó de 1.666 millones de dólares en diciembre a apenas 142 millones en enero.

¿Qué productos son más caros?

El estudio comparó 36 bienes y servicios entre ambos países y las diferencias de precios son impactantes (tabla 1):

  • Alimentos: en Argentina, la sal cuesta un 500% más que en Brasil. Otros productos con diferencias abismales son los huevos, el pollo, las cebollas y los porotos; con precios casi al doble. En el otro extremo, la harina de trigo es solo un 15% más cara.
  • Bebidas: éste es el rubro con las diferencias más notables. Una botella de Pepsi cuesta 4 veces más en Argentina, el agua embotellada el doble y la cerveza casi triplica su precio.
  • Electrónica: aquí la brecha es menor, aunque sigue siendo significativa. Una cámara GoPro cuesta casi el doble, mientras que una tableta iPad apenas un 2% más cara.
  • Construcción: el cemento cuesta más del doble en Argentina, mientras que la arena mantiene precios similares en ambos países.
  • Entretenimiento: una suscripción a Netflix es un 50% más cara y una consola PlayStation un 70% más.
  • Combustibles: la nafta y el diésel son entre 22% y 26% más caros en Argentina.

¿Cuánto debería devaluarse el peso para igualar precios con Brasil?

Si el objetivo fuera equilibrar los precios en dólares con Brasil, el tipo de cambio debería ser mucho más alto. Según el promedio de los 36 productos analizados, Argentina necesitaría una devaluación del 59%; llevando el dólar a 1.671 pesos (Tabla 2).

Atendiendo a las diferencias de precios por ramas, las devaluaciones necesarias para equiparar precios con Brasil serían las siguientes:

  • En alimentos, somos un 89% más caros y se necesitaría una devaluación del 63% que deje el tipo de cambio en 1.718 pesos por dólar.
  • En bebidas, somos un 162% más caros y se necesitaría una devaluación del 144% que lleve el tipo de cambio a 2.572 pesos por dólar.
  • En electrónica, somos un 35% más caros y sería necesario devaluar un 26% para que el tipo de cambio suba a 1.326 pesos.
  • En hamburguesas, la devaluación debería ser del 71% y el tipo de cambio que equipararía los precios con Brasil debería subir a 1.803 pesos por dólar.
  • En combustibles líquidos, la devaluación debería ser del 24% y necesitaríamos un tipo de cambio de 1.310 pesos.

Reflexiones finales

La comparación con Brasil es clave porque ambos países tienen economías industrializadas y un comercio bilateral intenso, facilitado por la integración aduanera y la proximidad geográfica. Cuando los precios divergen significativamente se generan flujos comerciales que pueden derivar en la deslocalización de la producción, el cierre de empresas y la pérdida de empleos.

Estos datos confirman lo que muchos argentinos perciben día a día: vivir en el país es cada vez más caro en dólares. Mientras el Gobierno insiste en mantener un tipo de cambio bajo para contener la inflación los efectos colaterales son innegables: la producción nacional pierde competitividad, las empresas se achican, los empleos se pierden y el comercio exterior se desbalancea.

El problema de fondo es que esta política antiinflacionaria basada en un dólar barato genera costos ocultos que suelen ser subestimados. La estabilidad momentánea puede ser atractiva pero, a largo plazo, la pérdida de capacidad productiva y el deterioro del empleo terminan siendo un precio demasiado alto a pagar. En definitiva, combatir la inflación sacrificando la producción es una estrategia que no cierra porque hasta un estudiante de secundaria sabe que los precios no se bajan reduciendo la oferta.

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