El Dr. Leiva denunció a los guardias privados y policías de ciudad judicial solicitando detenciones

16/12/2020 | Revista Norte

SALTA 

El abogado de los organismos de Derechos Humanos fue brutalmente agredido en el edificio judicial de la provincia. La denuncia.

El doctor David Arnaldo Leiva formalizó la denuncia penal contra «el personal de seguridad de la empresa GUARDIAN SRL que prestaba servicios en la Planta Baja de la ciudad judicial – Distrito Judicial del Centro Salta y contra policías de la Provincia de Salta, en fecha 10-12-2020, aproximadamente entre las 8:20 a 9:20 horas», especificó el abogado en el escrito y pidió que sean investigados «por los delitos de lesiones graves art. 90 agravado por la participación de dos o más personas art. 92 contra el personal de vigilancia de la empresa GUARDIA SRL y por amenazas y abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes del funcionario público contra el personal policial, conforme a los siguientes hechos».

Leiva detalló en la denuncia cómo ocurrió el hecho:

«Que en fecha 10-12-2020 viaje desde la ciudad de Orán, donde resido, hacia Salta, pues ese día de conmemoración a la declaración de UNIVERSAL DERECHOS HUMANOS, los integrantes de las ONG de Salta (Nora Leonard, María José Castillo, Martin Plaza entre Otros), iban a presentar una querella por la desaparición forzada de Graciela Beatriz Juárez, hecho ocurrido el 12 de agosto de 1976, a horas 11 en el Juzgado Federal de Salta nº 1, querella esta que debía firmar como presidente del Encuentro Memoria Verdad y Justicia (Personería jurídica nº 320).-
Llegué a la ciudad de Salta a horas 8.20 aproximadamente y como me quedaban un par de horas hasta la actividad que debía hacer en la justicia federal, decidí ir a la ciudad judicial, a la que no iba desde el inicio de la pandemia (Marzo 2020), a ver algunos expedientes.
Por la entrada principal había dos puertas de acceso, entre por una donde entraba más ciudadanos y allí un vigilador de la agencia de seguridad «Guardian SRL» me advierte que los abogados entraban por la otra puerta, luego de identificarme como tal, salí de esa fila, fui hacia la otra, entre como entraban los abogados y abogas de Salta, quienes los veía vestidos formalmente, como en general suelen hacerlo, a los que no se les requería que exhiban carnet de abogados, yo estaba vestido con vaquero y remera, como lo hago habitualmente en mi pueblo que hace 40 grados de calor o más, y cuando ya estaba pasando, el vigilador que estaba en esa puerta, me pregunta quien era, le dije soy abogado, me interroga hacia donde voy, le respondo a juzgados laborales (a que puede ir un abogado a la ciudad judicial si no es a trabaja?) y allí me pide que le exhiba el carnet, a lo que me niego y le respondo que no era autoridad pública para que le exhiba el carnet, que lo exhibiría en los juzgados si me lo requerían para mostrarme expedientes que tramito. Entre al hall de la planta baja y este vigilador viene corriendo para exigirme que salga de esta institución del estado !la justicia!¡;como no obedecí sus órdenes, aparecieron dos vigiladores mas, uno era un ropero, 1,90 metros de altura más o menos, pelado creo, se puso delante mío y los otros dos al costado, formando una C conmigo al medio y de allí, cerca de las barandillas de las oficinas ubicadas frente a la puerta de acceso, me llevaron cuerpeándome y a los empujones hasta arrojarme en la vereda de la principal institución de la justicia de Salta.
Decidí entrar nuevamente, ¿!como era posible que no pudiera ejercer mi profesión¿?, cuando las leyes dicen que el abogado en ejercicio de su profesión, debe ser asimilado en el trato a un magistrado; llegue a la puerta, le reclame al vigilador por haberme sacado a los empujones, no recuerdo si me empujo nuevamente, yo reaccione y lo empuje, cuando se acercó nuevamente, ya había empezado a perder mis convicciones y saque el carnet que me exigía sin tener potestades y ya humillado y maltratado en el trato que me dieron en el lugar que debiera ser la casa de los que requieren los servicios de justicia y operan con ella,, luego de 40 años de profesión, recibí un golpe de a traición, por la espalda, de otro vigilador, al que no vi, y me arrojo nuevamente a la vereda, cayendo pesadamente sobre mi rodilla izquierda y el cuerpo sobre mi mano izquierda, la que me quebré y sufrí lesiones en el dedo meñique de la mano izquierda y en la rodilla de la mano izquierda .
En la vereda estuve tirado varios minutos de espalda, ningún colega de los que se acartonan para trabajar en ese jugar se acercó para preguntar o ayudarme a levantar, mas vistiendo yo canas en mi barba y con 64 años de edad. Tampoco el vigilador que se encontraba en la puerta de acceso por donde entran os abogados. Este me dijo que el que me golpeo de atrás se apellida Díaz y el Burgos, si no me falla la memoria.
Me ayudaron a levantarme y como quería hablar de lo sucedido con los ministros de la Corte, entre nuevamente al hall de planta baja y allí entre tres policías de la provincia de Salta me dicen que estaba demorado que me llevarían a la comisaria, me pide que me identifique, le exhibo mi DNI, cuando uno de los policías medio gordito, de un metro setenta aproximadamente, observa en el DNI que nací en Tucumán, me pregunta que hacia allí, le digo que soy abogado y me advierte que aun siendo abogado, como había nacido en Tucumán y no era de la ciudad de salta, debía retirarme, mientras seguían amenazándome en llevarme a la comisaria. Solo me dejaron entrar cuando el vigilador que estaba en la puerta de acceso se lo indico.
Intente que me atendieran primeramente en la Secretaria de superintendencia, su secretaria, no lo logre. Fui a hablar con los ministros de la Corte, y allí me informaban que no estaban, luego entro el Dr. Catalano, presidente de la Corte, me reconoció como un abogado de la matrícula y me dijo sorprendido ¡¿David¿? que haces tras esa planta, pasa, ¡Supongo que ya había sido advertido… Me atendió amablemente en su despacho, allí subió la Dra. Russo, secretaria de superintendencia, un médico quien me dijo que posiblemente estaba  quebrado, un enfermero que me tomo los signos vitales, tenía la presión arterial al limite, 250 de azúcar y como estaba emocionalmente acongojado por el destrato, no podía hablar, hacia esfuerzo para que las lágrimas reprimidas no rompieran en llanto. Permanecí más o menos 45 minutos en el despacho más importante del poder judicial.
No me quede a formular la denuncia penal porque debía ir al juzgado federal y llegue a tiempo para cumplir con los compañeros de DDHH y con la mama de nuestra compañera desaparecida.-
Regrese a Oran y el día 11 de Diciembre, me saque una radiografía de la mano izquierda con el medico Torres González, Gonzalo cuyo centro de diagnóstico por imágenes se encuentra en la calle España y O`Higgins, allí surgía con claridad la quebradura de la muñeca izquierda. A partir de allí fui a verlo al Dr. Misael Antelo Cortez quien me diagnosticó un traumatismo de mano izquierda, fractura articular de radio que necesita reducción con días de reposo y certificaron además que tenía lesiones en la rodilla izquierda. El día de Diciembre me anestesiaron en el Sanatorio Güemes SRL sito en calle López y Planes y Uriburu de la ciudad de Orán, y allí me practicaron una reducción, me enyesaron mi mano y antebrazo y izquierdo y parte del brazo. El Dr. Antelo Cortez, medico traumatólogo, me dijo que no iba a recuperar la funcionalidad completa de la muñeca, por cuanto a la edad que tengo, es difícil esa recuperación. Que después de los días si evolucionaba bien me sacarían el yeso y debía hacer por otro tiempo fisioterapia para recuperar lo mejor que pueda las funciones de la mano.
La Dra. Carina Ayala del CIF Orán también me ha revisado y ha detallado escoriaciones en el dedo meñique de la mano izquierda amen de las que tenía en la rodilla izquierda y de la quebradura antes detallada.
Que las lesiones se produjeron por un actuar doloso e intencional de dos o más personas que se arrogaron potestades que no tenían dándome un trato vejatorio, posiblemente ante instrucciones recibidas por los superiores de los mimos, vía telefónica, con la complicidad del personal policial que se encontraba en el acceso inmediato a la puerta por donde entran los abogados, quienes continuaron con ese abuso de autoridad impidiéndome el ingreso al edificio de tribunales, seguramente sospechando que daría cuenta de lo ocurrido a los ministros de la corte, como finalmente lo hice.
Solicito se tomen los recaudos legales, se requieran las filmaciones, de las puertas de entrada y lo ocurrido en el hall de entrada a la ciudad judicial y se secuestren los libros de novedades del personal de seguridad, de sus celulares y los libros que la policía de Salta lleva en ese lugar o asienta lo ocurrido. Se tome declaración testimonial al presidente de la corte de Justicia sobre lo relatado por mi parte en su presencia, a la Dra. Russo, Secretaria de Superintendencia, al médico que me reviso en la oficina del Dr. Catalano y a los enfermeros que me midieron signos vitales, secuestrándose las planillas donde se asentaron los mismos, en atención a la gravedad de los delitos imputados, solicito la detención de los autores y de quienes los instruyeron para actuar de tal manera».-

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