Este dato surge de la síntesis legislativa realizada por la Cámara Baja para el año legislativo que finalizó hace dos semanas con la aprobación del presupuesto.
Es llamativo el dato de que la mayoría de los cuestionamientos de los legisladores hayan quedado sin respuesta, considerando que el artículo 116 de la Constitución salteña señala que “los ministros, secretarios de Estado y las máximas autoridades de los entes descentralizados deben comparecer ante la Cámara o sus comisiones, cuando son citados a fin de suministrar informes”.
Igualmente en la mayoría de los casos la información solicitada puede ser mediante un escrito, lo que los exime a los funcionarios de ir presencialmente.
Sin embargo los ministros de Educación, Roberto Dib Ashur, y de Ambiente y Producción Sustentable, Baltazar Saravia, aprovecharon la invitación a reunirse con los diputados para evacuar dudas de informes pendientes.
Este porcentaje es similar, aunque inferior, al del año pasado cuando se presentaron 210 pedidos de informe y se respondieron 102.
Durante el 2014, fue otra vez el ministro de Economía, Carlos Parodi el más requerido por información, con 26 solicitudes, de las cuales sólo 7 fueron respondidas.
El siguiente en el ranking es el titular de Salud y otrora diputado, Oscar Villa Nougués, quien de los 20 pedidos que llegaron a su cartera dio contestación a 5.
A Dib Ashur le presentaron 14 peticiones, y respondió 6, en tanto el ministro de Cultura y Turismo, Mariano Ovejero, hizo caso omiso a las cuatro solicitudes.
En el otro extremo se encuentra el titular de Seguridad, Alejandro Cornejo, que respondió a los 11 pedidos de informe que le hicieron los diputados.
Curioso es el caso del ministro de Gobierno, Eduardo Sylvester, al cual el año pasado le pidieron informe por 18 cuestiones, mientras que en el 2104 sólo hubo uno, el cual respondió sobre el legajo de la Fundación Trabajo y Solidaridad.-
