INVESTIGACIÓN.
Un documento que obtuvo en exclusivo Revista Norte, prueba que el trabajador del hospital de Orán fallecido hace pocos días murió por tuberculosis. Los empleados del nosocomio vienen durante años denunciando las precarias condiciones de trabajo.
REVISTA NORTE
La muerte de un trabajador del Hospital de Orán que padecía tuberculosis, cuestiona al sistema de salud y a las autoridades de la provincia. Tras conocer el caso, REVISTA NORTE inició una investigación por el fuerte impacto que produjo la publicación de este medio.
El fallecimiento ocurrió el pasado 3 de mayo. Impactó fuertemente la denuncia de trabajadores de ATE de la salud pública en Orán que dieron a conocer que la ART (Aseguradora de Riesgo de Trabajo) contratada por la Provincia no reconoció y, por tanto, no brindó la cobertura obligada al empleado fallecido por considerar que la función en la que estaba declarado por el empleador no constituía un factor de riesgo que indicara que se contagió cumpliendo con su trabajo.
Según fuentes consultadas por Revista Norte, el empleado que perdió la vida trabajaba hacía más de 30 años en el Hospital de Orán y estaba registrado como personal de mantenimiento pero cumplía funciones de chofer de ambulancias, por lo que su contacto con pacientes era diario y permanente tanto en el nosocomio como en las emergencias y traslados. Sea como fuere, todas las funciones en un servicio de salud son vulnerables a los tipos de contagios tanto virales como bacterianas. Esto no debería estar en discusión, sin embargo la ART no lo cubrió.
Mucho se ha hablado por estos días en los medio locales y provinciales sobre la Tuberculosis y los niveles de infección que existe en la ciudad y zonas que comprenden el radio de influencia del hospital San Vicente de Paul. La médico especialista Adriana Virga hizo pública su preocupación por la cantidad de casos que se registran. La especialista dio a conocer que, solo en abril, se registraron en el hospital 18 nuevos casos de tuberculosis; y explicó que «ese número es realmente preocupante y debería encender todas las alarmas».
LA CULPA SIEMPRE ES DEL OTRO
Autoridades de la provincia también reconocieron los altos niveles de contagio, 34 casos en los primeros 4 meses del año, pero pusieron gran énfasis en señalar que «la población» debe «dar importancia a los síntomas y acudir con urgencia al médico ante una tos severa de 15 días», dijo el jefe del Programa de Tuberculosis de Salta, Mario Cisneros. Esta verdad dicha en medio de empalagosos autoelogios queda opacada por la intencionalidad manifiesta de trasladar la culpa a la vecindad, desconociendo todo lo observado por los organismos internacionales como la OMS, la OPS, las Universidades y hasta la episteme de epidemiología básica que debe primar para las autoridades de todo sistema de salud pública.
Así que, cualquiera que ingrese al hospital de Orán y observe las condiciones higiénica-sanitarias en que se encuentra y en las que deben convivir los trabajadores de la salud y los pacientes, enfermos o no, echa por tierra los discursos oficiales y permite entender que las rimbombantes declaraciones de los funcionarios sobre los constantes `operativos´y `supervisiones de tareas´ en este `área operativa´, con todo el `equipo de salud´ en las ya famosas `reuniones de trabajo´ de los `grupos técnicos´ y sus `programas de vigilancia´ más sus `líneas de acción´ para `fortalecer el control epidemiológico´, y sus eternas `provisión de medicamentos´ con su`optimización de la estructura de diagnóstico con la que cuenta la provincia´ y los `refuerzos de las medidas de prevención´ que `fortalece el trabajo´en todo el `territorio del departamento´ blá blá blá, todo queda en mero discurso cuando se sabe sobre los fuertes vínculos entre la tuberculosis y la pobreza por un lado, y sobre las prolongadas miserias para el sistema de salud local. Sin embargo, en las declaraciones de todas las autoridades de salud es gravemente omitido el análisis sobre este cuadro de situación económico-social de la población, así como también son omitidos los reclamos de los trabajadores y profesionales del hospital que llevan años visibilizando las carencias de insumos y la falta de condiciones laborales dignas; mientras que, siempre está presente la matriz persecutoria que utiliza, sí, eficientemente el aparato de poder para acallar.-
REVISTA NORTE
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