EL LITIO TEÑIDO DE ROJO

15/11/2019 | Revista Norte

Hemos visto de cerca cómo Bolivia crecía año tras año desde el 2006; especialmente sus principales ciudades y la zona rural. Agua, gas, electricidad, carreteras, complejos y estadios deportivos, escuelas, hospitales, plazas. Alimentos, prendas, calzados de industria nacional. Lo último que vimos fue el primer auto a batería. Evo estaba industrializando el litio. Esto último es lo que aceleró el golpe cívico-policial-militar-religioso-racista. EEUU no lo iba a permitir.

Por Alcira Figueroa p/RN

En Bolivia, el país vecino del cual nos dividen las fronteras políticas administrativas desde hace pocos años y con quien junto con el resto de los países latinoamericanos nos une una historia común, hoy un baño de sangre brota de sus venas morenas.

Una vez más, luego de 189 golpes militares, otro golpe de estado truncó un proceso revolucionario de la mano de un líder aymara, Evo Morales Ayma. Dictadura instaurada con nuevos métodos, técnicas, otros actores, pero dictadura al fin.

Son los dueños de siempre, asociados ahora con otros personeros de la muerte y el odio.

El macho Camacho, es el macho herido diríamos; porque desde que Evo nacionalizó el gas, se le acabó la millonaria ganancia de su empresa privada de trasporte de gas. Se la tenía jurada.

La elite boliviana, blanca o negra pero mayoritariamente blanca -o negra de alma blanca-, no pudo soportar que una chola de polleras y trenzas fuera autoridad, estuviera en las sedes partidarias, en el congreso, en el edificio del quemado, pero ante todo, que tenga voz y votos.

Miraban atónitos, agazapados y elucubrando hasta cuándo, hasta cuándo debían soportar a un indio Presidente, hasta cuándo debían mandar los indios.

Al odiar al indio también debían odiar y profanar a sus símbolos, sus ritos sagrados. La wiphala debía ser extirpada de raíz, de todo espacio público, debía ser quemada y pizoteada. En ella estarían las creencias, la espiritualidad, la representación de lo más sagrado del ser originario. En ella está plasmado su antepasado, su presente y su futuro. Solo así se entiende la quema de la wiphala cuando arremetieron junto a la biblia y la bandera de Bolivia desplazando a la wiphala.

El imperio con dominio de los medios hegemónicos, se encargó día tras día desde el primer mandato de gobierno de Evo de burlarse, de ridiculizar y minar la figura de su Presidente. Decían, miren le gusta salir en TV jugando a la pelota… tiene hijos y no se hace cargo…. es un indio narcotraficante… entre otros miles de descalificativos que fueron llevando al rechazo y odio de los pobladores.

Y en esta semana, la del golpe, acallaron ocultando la matanza, la represión, la persecución, la quema y la violencia. A su vez, hostigaron a los medios alternativos de comunicación comunitaria.

El imperio Norteamericano, a pesar de tener clausuradas su embajada y sus sedes, operaron año tras año desde la iglesia universal y las pentecostales, colonizando mentes, corazones y voluntades. Decían ser apolíticos, pero odiaban el gobierno de Evo. Les hicieron ver que Evo Morales y Lineras son ‘el mismo demonio’ contra el cual tenían que luchar para desterrar el mal. Que la guerra que debían emprender era celestial, de legiones de ángeles del bien que estaban con ellos y debían desterrar por las buenas o malas a esos demonios encarnados. Los ejércitos debían estar preparados y armados para cuando llegue el momento.

Si podemos entender esto podremos entender por qué entraron a la casa de gobierno en La Paz con la biblia en la mano y en nombre de Dios se autoproclamaron como las nuevas autoridades, luego de la renuncia obligada de Evo al Gobierno.

Nosotros, familiares de sangre y de historia de los hermanos bolivianos, hemos visto de cerca cómo Bolivia crecía año tras año desde el 2006; especialmente sus principales ciudades y la zona rural. Agua, gas, electricidad, carreteras, complejos y estadios deportivos, escuelas, hospitales, plazas. Alimentos, prendas, calzados de industria nacional. Lo último que vimos fue el primer auto a batería. Evo estaba industrializando el litio con todo tipo de baterías.

Esto último es lo que aceleró el golpe cívico-policial-militar-religioso-racista. EEUU no lo iba a permitir. Ellos necesitan el litio para seguir siendo potencia mundial. Por eso ese litio solo lo podrán sacar tiñéndolo de rojo, con sangre y fuego.

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