La 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) realizada en 2018, informó que afortunadamente la tasa de fumadores en la Argentina descendió de un 25,1% a un 22,2% del 2013 al 2018[3], dando cuenta de una disminución ininterrumpida del tabaquismo en el país en los últimos 10 años. Sin embargo, a pesar de las alentadoras cifras, el tabaquismo constituye la primera causa prevenible de muerte en el país [4]y la morbimortalidad vinculada a este factor de riesgo continúa siendo una de las más elevadas de la región.
Muchos de los fumadores, prueban distintos métodos sin éxito hasta lograr efectivamente dejar de fumar. Según los datos arrojados en la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos (EMTA) realizada en 2012, un 89,9% de fumadores que intentaron dejar de fumar en los últimos 12 meses o que estuvieron menos de 1 año sin fumar, hicieron el intento sin ayuda y volvieron a fumar.
En este sentido, Raúl Guillermo Espinosa, Presidente de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT) explica que, para iniciar un proceso efectivo, es recomendable combinar estrategias conjuntas de consejería profesional de salud y una terapia de reemplazo de nicotina.
“El papel de los médicos es muy importante a la hora de motivar y derivar a los fumadores para abandonar definitivamente el tabaco. Utilizando estas dos estrategias conjuntas, aumenta cerca de un 40% las posibilidades de cesación comparada con el uso de medicación sola[5]”, advierte.
En Argentina solo un 10% busca ayuda y de ese porcentaje solo un 2,5% consulta a un médico especialista a la hora de encarar el proceso de dejar de fumar a pesar de que en el país hay 378 centros[6] para dejar fumar a los que se puede recurrir para realizar distintos tipos de tratamientos y recibir asesoramiento sobre el uso apropiado de productos de reemplazo de nicotina u otros medicamentos. 268 de estos centros son gratuitos.
La terapia de reemplazo de nicotina (TRN) es una forma probada y efectiva en el tratamiento para abandonar el hábito de fumar, que alivia los síntomas de abstinencia durante el período de cesación, sin incorporar los 7.000 compuestos[7]tóxicos de los cigarrillos.
Por su parte, el Dr. Espinosa explica que la TRN permite reemplazar la nicotina faltante, de manera segura desde el punto de vista de la salud y brindar una sensación de alivio de los síntomas de abstinencia para que la persona pueda, en primera instancia, desprenderse del cigarrillo y, posteriormente, de la nicotina.
“La mayoría de los pacientes que abandonan el tabaco sin estas estrategias, recaen en las primeras semanas, justamente a causa de los síntomas de abstinencia. El uso de sustitutos de nicotina en sus distintos formatos como parches o chicles o el uso de fármacos como el Bupropion o la Vareniclina, duplica o hasta triplica el porcentaje de éxito[8] de cualquier intervención para dejar de fumar pero para que esto realmente sea efectivo es necesario del soporte de un equipo médico multidisciplinario con atención y seguimiento sostenido que aborde los problemas de cada fumador desde distintos enfoques”, concluye el especialista.
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