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“Los recursos no existieron en esta gestión para mi secretaría”, contó el ex secretario de seguridad de la ciudad de Orán; y reveló que se opuso a la presión para hacer ‘favores’ a ‘influyentes’ porque incumplía el protocolo.
El ex secretario de seguridad del municipio, el Dr. Cristian Illesca, habló en exclusiva con Revista Norte luego de ser desplazado por el intendente Pablo Gonzalez. Con impactantes revelaciones contó sobre la falta de coordinación y capacitación del COE para enfrentar la pandemia.
Hoy el intendente posicionó en su reemplazo a un comisario retirado de la policía de Salta, Ramón Ayala, que ya se había desempeñado como jefe del 911 en Orán durante el gobierno de Urtubey.
AUDIO DE LA ENTREVISTA COMPLETA:
LAS REVELACIONES DEL DR. ILLESCA:
El ex funcionario contó que por «celos políticos» le vaciaron la secretaría para forzar que se vaya. El Secretario resistió en su cargo hasta que el mismo intendente le pidió que renuncie, pero Illesca le dijo «que no iba a renunciar» y que se iría con un despido. Finalmente así fue.
Al principio comenzó con poco pero cuando inició la cuarentena por la pandemia, pidió varias veces recursos. Le habían dado muy escaso personal mal pagos y en negro, nada de elementos de seguridad ni uniformes, hasta tuvo que contratar ‘voluntarios’ por propinas; y apenas le proveyeron una computadora, pero sin monitor. Luego empezaron ya a sacarle lo poco que había conseguido. Le quitaron personal, le sacaron los vehículos, ya no disponía ni de los primeros 5.000 pesos de caja chica que le daban al principio, relató en la entrevista.
El ex funcionario contó que los roces con el intendente empezaron cuando no hacía lugar a los pedidos de ‘favores’ para beneficiar a gente influyente en los controles, pedidos de no cumplir con el protocolo ‘rigurosamente’.
También molestó su activismo impidiendo ingresos a la ciudad por pasos no autorizados. Le pidieron que no controle tanto, que ‘flexibilice’ los operativos, aún cuando interceptaba a extranjeros que intentaban burlar los controles por el Río Blanco, por ejemplo.
Más represalias le llegaron cuando se negó a pedir autorización para atender y/o dar información a la prensa. Contó que el mismo intendente Pablo Gonzalez le ordenó que requiera su autorización para salir en los medios, a lo que Illesca se negó.
El abogado reconoció que hubo descoordinaciones en el COE Municipal y lamentó que, al día de hoy y habiendo pasado casi cinco meses de cuarentena, esas falencias no se hayan resuelto. “Esos problemas siguen de la misma manera, y lamentablemente ya la situación se está volviendo bastante crítica en Orán”. Reconoció que esto fue uno de los motivos de conflicto dentro del COE.
El ex secretario contó que la situación de la gente es crítica, que la gente pedía ayuda del intendente pero que el Ejecutivo municipal está ausente. “Y yo se lo dije a Pablo Gonzalez, se lo dije de frente. Le dije que vivía en una burbuja, que la gente tiene hambre y necesita que los funcionarios salgan; que la sociedad está pidiendo que el Estado esté presente, pero ni el intendente ni el secretario de gobierno estaban presentes”, sentenció.
“El tema es que se da la flexibilización del aislamiento pero no se mejora nada en cuanto a la coordinación del Covid, y esto va a continuar agudizándose”.
“Hay vecinos a los que los ponen en cuarentena en sus casas cuando supuestamente la cuarentena es controlada”. “Así está la situación en Orán”, sostuvo. Habló de una falta de preparación y de concientización sobre la pandemia, lo que es un grave problema, consideró.
Jamás el intendente le dio recursos para destinar a capacitación específica sobre seguridad para el personal
Sobre los recursos que maneja el municipio para enfrentar la pandemia dijo que solo recibió 5.000 pesos que tuvo que repartir entre los empleados de la secretaría “porque el sueldo que cobran no les alcanza ni para comer” y “algunos cobraban nada”, contó.
Como le habían asignado apenas 4, 6 personas para hacer todo el trabajo que se propuso la secretaría, tuvo que llamar a voluntarios a los que les destinaba esos 5.000 pesos, casi como propinas. Así Illesca reveló la precariedad laboral, los magros salarios de 8.000 pesos mensuales ‘los más privilegiados’, la falta de elementos de seguridad para el personal; y esto a pesar de que trabajaban más de 14 horas diarias para contener la pandemia y hacer respetar las medidas que ordenaban los gobiernos nacional, provincial y municipal.
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