AUMENTOS QUE VAN DEL 200 AL 1.000%
Se trató en la sesión del Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza que envió el intendente Lara Gros para aumentar las tasas municipales entre un 200% a un 1.000%. La ciudad es un desastre y Lara pretende que los vecinos paguen más.
REVISTA NORTE
En la sesión del Concejo Deliberante de ayer jueves, se trató el aumento de tasas que pretende el ejecutivo municipal.
En años de crisis económica para las familias y con una gestión municipal sospechada y cuestionada por la falta de prestaciones en los servicios básicos, como arreglo de calles o recolección de residuos, Lara Gros sin ruborizarse envió al Concejo un proyecto para aplicar un nuevo tarifazo.
Las subas irían desde un 200 a un 1.000 por ciento, según explicaron concejales que se opusieron. Como Lara supo «convencer» a los «fáciles» para que apoyaran este proyecto pero sin que le dieran los números necesarios para aprobarlo, el Presidente del Cuerpo, el antes opositor Rubén Carabajal, intentó una maniobra ilegal votando para que le den los números a favor del intendente cuando por su calidad de presidente no podía esta vez votar. Es decir, Carabajal votó a favor de una Ordenanza cuando su voto no cuenta; y buscan hacerlo valer.
Según la Carta Orgánica Municipal y el Reglamento Interno del Concejo Deliberante, el Presidente del Cuerpo solo vota en caso de empate o cuando una Ordenanza requiera la mayoría especial de dos tercios de los votos; pero no era éste el caso. Según la norma vigente los aumentos requieren mayoría absoluta, es decir la mitad más uno, lo que significa 7 votos -dado que en Orán son 12 los concejales-. Como solo votaron a favor del impuestazo seis concejales (Victor Petrello, Ucucha Franco, Jaime Quispe, Lino Cano, Lorena Taborga y Eduardo Ruiz) y no llegaban a los siete votos que necesitaban, y como tampoco se produjo empate ya que los votos en contra fueron solo 4, el Presidente del Concejo desesperado se precipitó y votó a favor sin que le correspondiera. Ya que su voto no es válido, Rubén Carabajal terminó exhibiendo su más desacarada obsecuencia y haciendo uso de su presidencia dijo «Aprobado» para dar por válido su voto, y se desató el escándalo.
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