La Policía de Jujuy reprimió hoy con gases, balas de goma y golpes a pobladores que rechazan obras y la instalación de una planta transformadora de energía por temor a que genere contaminación y daños a su salud, tras lo cual hubo 49 arrestos y 60 personas resultaron heridas.
Los choques se produjeron en el barrio Islas Malvinas, en el sur de la capital jujeña, donde los vecinos impidieron el inicio de un cableado de media tensión subterránea por parte de la empresa EJESA.
Los pobladores, junto a vecinos del barrio Los Naranjos, resisten la instalación del cableado y una planta transformadora de energía porque sostienen que hace diez años hubo un emprendimiento similar y «empezaron graves problemas de salud«, como cáncer, leucemia y déficit de crecimiento en niños.
Fuentes policiales informaron que, tras los incidentes, «49 personas fueron detenidas y alojadas en cuatro comisarías» de los barrios Centro, Malvinas, Coronel Arias y San Pedrito.
Organizaciones sociales dijeron que entre los apresados se encontraban los periodistas José Tolaba y Guillermo Ramos de la radio Pueblo, que integran la Red Nacional de Medios Alternativos.
Los cronistas realizaban la cobertura periodística de los incidentes y «les secuestraron sus equipos», denunció la ONG. Tras la represión, los pobladores salieron a la calle nuevamente para repudiar el accionar policial e impedir que los obreros de la empresa de energía provincial EJESA pudieran iniciar el cableado. Pero la Policía volvió a contener las acciones de los vecinos e incluso dispuso que los agentes del grupo de élite GEOP cubrieran con sus escudos plásticos a los obreros en los pozos.
El gerente general de EJESA, Ricardo Aversano, denunció que al mediodía fue agredido por uno de los manifestantes de Los Naranjos que acampa frente a la empresa, quien, dijo, lo «agarró de la corbata y pegó tres trompadas», tras lo cual el hombre fue detenido.
Aversano explicó que en el barrio Malvinas se colocaba «un tendido de cien metros de línea de media tensión subterránea» para poder alimentar un nuevo distribuidor y otros barrios. El gerente aseguró que «hubo un sabotaje durante el fin de semana en Malvinas. Pudimos detectar que se cortaron los cables que habíamos tendido el día jueves pasado».
Los malvinenses, en tanto, se quejaron porque los policías no exhibieron una orden judicial para desalojar el lugar y los sometieron a «burlas y maltrato»cuando iniciaron el operativo.
Liliana Alvarez, vecina de la zona, dijo que «unos cien policías con perros y caballos llegaron temprano junto a obreros de la empresa» y «dispersaron» con gases a los manifestantes que intentaban impedir los trabajos. «Los vecinos autoconvocados no queremos más instalaciones de alta tensión en el barrio, ya que desde hace años se nos mueren las personas de cáncer, leucemia y otras enfermedades y los chicos tienen graves problemas de crecimiento», aseguró.
Alvarez explicó que «ante el aumento de la población y la creación de nuevos barrios, EJESA quiere instalar un nuevo transformador para aumentar la potencia y dar energía a esos lugares».
El jefe de Comunicación Institucional de la Policía, Guillermo Corro, admitió que «en principio hubo oposición de los vecinos» a las obras «pero la empresa está realizando los trabajos». Corro acusó a los vecinos de «agredir a los empleados» de EJESA y justificó el avance de los policías sobre la gente al indicar que su función fue «impedir la agresión».
En tanto, pobladores del barrio Los Naranjos, próximo a la Casa de Gobierno, mantenían un campamento desde hace dos meses en el ingreso a la empresa EJESA, en rechazo a la planta eléctrica.
Este grupo está conformado por docentes universitarios de la facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy, maestros de la escuela Pucarita, alumnos y otros vecinos, informó la agencia DyN.-