Escándalo de corrupción en España con la finca La Moraleja (Salta)

21/01/2013 | Revista Norte

La empresa de citrus La Moraleja y un escándalo de corrupción en España

Dos ex tesoreros del Partido Popular (PP) de España tenían riquezas ocultas en Suiza y en Salta que habrían financiado con dinero público.

LOS ESCÁNDALOS QUE AFECTAN AL PP

Diario El País

El extesorero del PP Luis Bárcenas y su esposa, Rosalía Iglesias Villar, son socios desde hace más de 20 años (en empresas distintas, pero vinculadas entre sí en cuanto a accionistas) de Ángel Sanchís, extesorero del PP hasta 1988 y hombre con gran poder en el partido en la época de Manuel Fraga. Sanchís fue procesado por financiación ilegal del PP en el marco del llamado caso Naseiro (en alusión a Rosendo Naseiro, también extesorero nacional del PP). Naseiro y Sanchís (el hombre que introdujo en las finanzas del PP a Bárcenas) quedaron absueltos de este asunto en 1990 por una cuestión puramente procesal.

Bárcenas reconoció ante la entidad bancaria de Suiza en la que tenía ocultos los 22 millones de euros, que dispone de participaciones en una megafinca de cítricos que ocupa una extensión de 30.000 hectáreas (como 30.000 veces el estadio Santiago Bernabéu o tres veces la extensión de Barcelona capital) y que está situada en la provincia de Salta (Argentina). Al frente de la misma se hallan el propio Sanchís y tres de sus hijos. Es un imperio agrícola que exporta cítricos a la Unión Europea y que se llama La Moraleja. Ha llegado a tener hasta 1.700 empleados, con viviendas para muchos braceros dentro de la finca. Y con beneficios millonarios. Esta explotación, según medios argentinos, es uno de los mayores productores de limones del país austral, un gigante mundial del sector.

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La esposa de Bárcenas declaró que los negocios los llevaba su marido

En 1997, un año después de la llegada del PP al poder, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) otorgó para esta finca un crédito de 18 millones de euros. La devolución del dinero al ICO estuvo rodeada de polémica.

El extesorero Bárcenas no explicó al banco suizo si su participación en La Moraleja es directa o a través de su esposa, Rosalía Iglesias. Ya que esta, al menos hasta 2002, también figuró como socia de otra de las firmas de Sanchís. En concreto, de Hidronorte, SA, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid el 21 de enero de 1988 ante el notario Gerardo Muñoz de Dios. Según el Registro Mercantil, esta empresa está extinguida, aunque, dentro de la maraña societaria de Sanchís, es posible que se haya fusionado con otras o vendida a terceros, sospechan fuentes de la investigación. La relación entre Rosalía Iglesias, quien suscribió 8.000 acciones de Hidronorte, y Sanchís, fue descubierta a raíz de una investigación de una agencia de detectives de Madrid a la que un despacho de abogados de Miami (EE UU) pidió información sobre este extesorero para ver si una entidad bancaria accedía a darle un importante préstamo para su finca de Argentina.

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La finca argentina es una de las grandes en la exportación de cítricos

Entre los socios de Hidronorte figuran también altos cargos del PP como Joaquín Xiso, quien entre 1994 y 1997 fue vicepresidente de la delegación para las relaciones con China del Parlamento Europeo, del que fue diputado. En su declaración como imputada ante el juez Antonio Pedreira, tras hallársele una cuenta bancaria con más de un millón de euros no declarada al fisco, Rosalía Iglesias explicó que era su marido quien gestionaba todos los negocios familiares.

Bárcenas sostiene que la fortuna que se le ha descubierto en Suiza, los 22 millones de euros, son fruto de sus actividades inmobiliarias y de compraventa de obras de arte anteriores a la época en que el cabecilla de la red Gürtel, Francisco Correa, campaba a sus anchas por la sede de Génova y pagaba y recibía comisiones por conseguir contratas públicas. Y también siempre ha salido en defensa de su esposa alegando que ella no intervenía en las operaciones aunque figure su nombre en algunas de ellas. La esposa de Bárcenas sigue imputada en la Audiencia Nacional.-

 

El estallido del ‘caso Bárcenas’

Bárcenas y el ‘caso Gürtel’. Fue a mediados de 2007 cuando el cabecilla de la red Gürtel, Francisco Correa, en la mesa que habitualmente tenía reservada para él en el bar del hotel Fénix de Madrid, sacó a relucir su turbia relación con el extesorero del PP Luis Bárcenas. Su interlocutor era José Luis Peñas, exconcejal del PP de Majadahonda. Peñas, uno de sus hombres de confianza, llevaba tiempo grabándole. Esa grabadora hizo estallar el caso Gürtel. En ella, Correa se jacta, entre otras cosas, de haber llevado a Bárcenas “1.000 millones de pesetas”, tanto a su “casa” como a “Génova”.

Investigado por el Supremo. Bárcenas siempre mantuvo que Correa mentía y que nunca había recibido dinero del cabecilla de la trama. Aun así, y dado que se trataba de un aforado (porque además de tesorero era senador por Cantabria), su caso fue desglosado del tronco principal del caso Gürtel y remitido al Tribunal Supremo.

“Luis el Cabrón” o “L. B.” Tras investigarle durante un año, el Supremo remitió las diligencias al juez del Tribunal Superior de Madrid Antonio Pedreira después de que Bárcenas, en abril de 201o, abandonara su acta de diputado. Bárcenas llegó a sembrar dudas en Pedreira alegando que las iniciales de “Luis el Cabrón” o “L. B.” que aparecían en la caja B de Correa como destinatarios de comisiones no le pertenecían a él.

Su esposa, Rosalía Iglesias Villar, también fue investigada por delito fiscal, ya que se les descubrió una cuenta no declarada al fisco de un millón de euros. Pedreira acabó exculpándoles a ambos, pero la Audiencia Nacional volvió a imputarles.

22 millones en Suiza. El actual instructor de Gürtel, el juez Pablo Ruz, activó la comisión rogatoria a Suiza que le pidió la Fiscalía Anticorrupción para indagar el patrimonio del extesorero en el país helvético. El escándalo (que dejó helado al PP de Génova) llegó esta pasada semana, cuando trascendió el contenido del informe enviado a Ruz por las autoridades suizas. Bárcenas sí tenía dinero en Suiza. Llegó a disponer de un saldo de 22 millones de euros a finales de 2007. Nada más estallar Gürtel, en 2009, vació la cuenta para que los jueces no las bloquearan, como sí hicieron con otras cuentas de Correa.

Sobresueldos y despacho en Génova. Después de la revelación sobre los millones en Suiza, el diario El Mundo publica que la cúpula del PP cobró durante años complementos de sueldo en efectivo y en sobres que se repartían de una contabilidad B del partido. Ese mismo día, EL PAÍS publica que Luis Bárcenas dispone aún de un despacho en Génova al que acude habitualmente y en el que guarda documentos. El caso Bárcenas ha provocado desde entonces un vendaval interno en el PP que ha obligado a sus dirigentes a asegurar, tras muchos vaivenes, que se revisarán todas las cuentas presentes y pasadas del partido.-

 

Un exdiputado denuncia el pago de sobresueldos en la cúpula del PP

Jorge Trías Sagnier asegura que el partido entregaba sobres con dinero en efectivo, de hasta 10.000 euros al mes, como complemento de sueldo para algunos dirigentes

Jorge Trías Sagnier, diputado del Partido Popular en la legislatura 1996-2000 y actualmente abogado en ejercicio, denuncia en un artículo que hoy publica EL PAÍS la existencia de sobresueldos de hasta 10.000 euros al mes que se repartían en la cúpula del PP. El dinero, según esta versión, se entregaba “en efectivo y en sobres”, y la cantidad variaba en función de los “cargos y las responsabilidades”. El relato de Trías Sagnier, el primero avalado con nombre y apellidos desde que estalló el escándalo de los sobresueldos opacos, sostiene que los extesoreros del PP Álvaro Lapuerta (de 1993 a 2008) y Luis Bárcenas “llevaban una contabilidad B tanto de las donaciones personificadas como de las anónimas, y de a quiénes o a qué menesteres se destinaba ese dinero” —esto es, “una lista de donantes y receptores”—.

El exgerente y extesorero nacional del PP Luis Bárcenas, con quien Trías Sagnier declara tener amistad, ha sido el hombre clave en las finanzas del PP durante 20 años. Apartado de los cargos por su imputación en el caso Gürtel, la investigación judicial ha destapado que llegó a ocultar hasta 22 millones de euros en cuentas suizas junto con otros socios aún no identificados; una parte importante de este dinero ha sido regularizado gracias a la amnistía fiscal.

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Las cantidades variaban en función de los cargos y las responsabilidades

Tras conocerse esta semana su fortuna oculta en Suiza, saltaron a la luz las acusaciones vertidas por el entorno de Bárcenas de que la cúpula del PP recibía los citados sobresueldos, extremo negado por los máximos dirigentes populares. El abogado y exdiputado del PP señala que la recepción de este dinero, en caso de no haber sido declarado, no implica necesariamente un delito, debido a que la cuota defraudada quedaría por debajo del umbral delictivo.

Trías Sagnier, cuya mediación en el caso Gürtel entre el juez Pedreira y Rajoy generó polémica hace un año, reconoce en Luis Bárcenas un amigo con quien ha recorrido “montañas y tenido larguísimas conversaciones”.

El exdiputado popular pide tanto a Dolores de Cospedal como a Mariano Rajoy que, aunque ellos hayan acabado con la práctica del reparto de sobres para la cúpula del partido, den explicaciones en detalle a los ciudadanos y a los propios afiliados y miembros del PP. Que aporten toda la información de la que disponen para despejar las dudas que han surgido sobre lo sucedido en el seno del Partido Popular. “Si no creemos en quienes gobiernan la nación, ¿cómo podrán soportar los ciudadanos tantos sacrificios como se les están exigiendo?”, concluye.

 

¿Sombras o certezas?

JORGE TRÍAS SAGNIER

Todo son lugares comunes pero nadie, ni desde el Gobierno o los partidos afectados, ha dado una explicación convincente de lo que está ocurriendo. Quizás, la vicepresidenta Santamaría: “A mí, que me registren”. Porque ella, y algún otro u otra ministra o ministro, sí que están limpios de polvo y paja. Este asunto viene de lejos y no se ha querido —porque se pudo— resolver. Ahora ya no es tiempo de lamentos sino de explicaciones. Y rápidas.

En la primera legislatura de Aznar, la VI, había una Comisión o Subcomisión en el Congreso a la que yo pertenecí en la que estaban el diputado socialista Fernández Marugán, Jaime Ignacio del Burgo y alguien más que no recuerdo. El escándalo Filesa, que tanto azuzó el PP —y Rato especialmente—, era aún un asunto muy cercano. Los socialistas lo habían pagado caro y Marugán, hombre cabal, barbado y honesto, era muy consciente de ello. Decidimos que había que modificar el sistema de financiación de los partidos políticos y la ley que lo regulaba.

Recuérdese que estaban permitidas entonces las donaciones anónimas. Así se financiaban, además de las asignaciones públicas, prácticamente todos los partidos, lo cual daba lugar a todo tipo de corruptelas, enjuagues y corrupciones. No fue posible entonces acabar con ese sistema. No se quiso poner el cascabel al gato. Y, desde luego, había gato encerrado. CiU, de quien dependía el PP para poder gobernar, se opuso rotundamente. Si mi memoria no me falla, las donaciones anónimas terminaron en la etapa de Zapatero, que no todo lo hizo mal, ni mucho menos.

Ahora el PP, y especialmente su extesorero Luis Bárcenas —con quien he recorrido montañas, he tenido larguísimas conversaciones y a cuya amistad no renuncio sea cual sea su futuro—, están sometidos a un escrutinio lógico. Deben, pues, aclarar y explicar el sistema de financiación para que podamos creerles. Y la oposición, toda ella, debe también contar públicamente —el Partido Socialista especialmente— si usaban, así mismo, de esas malas prácticas.

Hace aproximadamente un año publiqué un artículo en este diario que tuvo una enorme repercusión en el que contaba algunas cosas que sabía por haber intentado ayudar al juez Pedreira, enfermo y sin medios materiales en el juzgado, que intentó realizar una investigación clara. Pudo a medias. En el PP sentó muy mal ese artículo mío. Afortunadamente, ahora, el juez número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, siguiendo la estela de lo que había iniciado su antecesor Baltasar Garzón, intenta aclarar el escándalo de la financiación del Partido Popular. Confiamos muchos en que ni la Fiscalía Anticorrupción ni el juez se arredrarán ante las presumibles presiones que van a sufrir. El fiscal general es hombre cabal y con arrestos, y el juez es hombre lento, pero seguro.

¡Vaya historia!: el juez que inició la investigación, honrado en toda Hispanoamérica y en la Corte Penal Internacional, Baltasar Garzón, fue apartado y condenado por unas escuchas que, a mi juicio, fueron muy limitadas y estaban más que justificadas. Y el juez del Tribunal Superior de Justicia, Antonio Pedreira, quedó postrado en el lecho del dolor y olvidado. La dignidad tiene su precio. Pero la verdad se va abriendo paso.

Sigamos, pues, con lo que quiero decir. Al margen de lo que hagan los fiscales y jueces, el Partido Popular tiene que explicar con pelos y señales los medios con los que se financiaban. Francisco Álvarez-Cascos, ex secretario general; Ángel Acebes, excoordinador general;Javier Arenas y María Dolores de Cospedal, sucesivos secretarios generales del PP; líderes autonómicos afectados por este caso u otros; y, por supuesto, José María Aznar y Mariano Rajoy, presidentes sucesivos del PP, deben dar una explicación convincente. Por supuesto, también deben hacerlo Álvaro Lapuerta, Luis Bárcenas, otro tesorero cuyo nombre no recuerdo que le sucedió interinamente, Romay y la actual tesorera.

No podemos tener esa desagradable sensación de que fuimos ingenuamente engañados quienes les defendimos en medio del tornado. Ellos tienen los documentos o información suficiente. Llevaban esa contabilidad B, cuando la hubo, de las donaciones personificadas y de las anónimas —legales hasta hace unos cuatro o cinco años— y de a quiénes o a qué menesteres se destinaba ese dinero. No pueden esconderse ni mentir.

Y todos los destinatarios deberían hacer públicas sus declaraciones de renta para que la Agencia Tributaria determine si estaban declaradas. Y en el caso de que no lo hubiesen sido, y si incurrieron en un posible delito fiscal, que la Agencia Tributaria envíe el asunto al Juzgado numero 5 que, según parece, es indiscutiblemente el competente.

Por lo que yo pude saber, y ya conté en estas páginas de forma sucinta, sí se entregaban sobres con dinero en efectivo que servían como complemento del sueldo que percibían algunos dirigentes. Creo que la cantidad máxima eran unos 10.000 euros al mes o su equivalente en pesetas antes de la moneda única. De ahí hacia abajo se percibían cantidades menores, según los cargos y responsabilidad. La mayoría de diputados y dirigentes del PP no percibía nada de esas cantidades. Y es por ellos, y especialmente por quienes les votaron, por lo que deberían dar una explicación, tanto Cospedal como Rajoy, que son quienes ahora dirigen el partido.

Es posible que ellos acabasen con esas malas prácticas, es posible, pero también deberían explicar si al principio de sus mandatos respectivos percibieron alguna cantidad de esa opaca procedencia. En resumen: queremos saber la lista de donantes y la de receptores. Nos la deben quienes fueron nuestros dirigentes, amigos algunos de ellos, e incluso aquellos que, pase lo que pase, lo seguirán siendo.

Es posible que ninguno de los perceptores, si no hubiese declarado esas cantidades que recibían en metálico, haya incurrido en delito fiscal, pues la cuota posiblemente defraudada, por lo que yo conozco, no llega al límite del delito. Pero en cualquier caso el escándalo está servido y España y los españoles, tenemos derecho a conocer lo que se hizo con ese dinero público. Y Bárcenas, que tiene un buen abogado, debería explicar de dónde salía ese dinero y si las empresas que se acogieron a la amnistía fiscal eran suyas o de más personas, pues probablemente, y como consecuencia del generoso sueldo que cobraba, pueda tener una explicación que le aparte definitivamente del delito. Callar, a veces, es complicidad. Otra cosa son las responsabilidades políticas, que el PSOE, con Rubalcaba a la cabeza, debe pedir con firmeza y no con la boca chica como lo viene haciendo hasta ahora, pues da la sensación de que ellos también tienen algo que ocultar.

El sistema constitucional español es lo suficientemente fuerte para soportar una crisis política de esta magnitud. Hay personas muy cualificadas, tanto en el Gobierno, en el PP, y en el PSOE, para sustituir a quienes deban caer, con delito o sin delito, por este monumental escándalo. “Que cada palo aguante su vela”, afirmó la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Efectivamente, y ella la segunda. Pues el primero que nos debe una explicación es el jefe del PP, Mariano Rajoy. Es una cuestión de patriotismo y de ejemplaridad, como diría el filósofo Javier Gomá. Y de honor. Si no creemos en quienes gobiernan la nación, ¿cómo podrán soportar los ciudadanos tantos sacrificios como se les están exigiendo?

Jorge Trías Sagnier es exdiputado del Partido Popular.

 

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