Organizaciones internacionales visibilizan el autoritarismo de Macri y Morales

01/11/2016 | Revista Norte

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“Tropezar con la misma piedra”: El gran dilema de los gobiernos argentinos

Existe un viejo proverbio que vaticina que es acaso el hombre, el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Sera el político argentino acaso el mejor ejemplo de ello. Tiende en lo particular a dejarse llevar por una nebulosa de existimos aparente que lo deja, casi siempre, al borde de las cuerdas. Pocos son los que, asestado el golpe en la mandíbula, pueden reacomodarse.

Milagro Sala. La ONU realizó la declaración tras la presentación de Amnistía Internacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la organización Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes).

Durante los últimos 12 años del Kirchnerismo se sucedieron dos conflictos sociales interesantes, que fueron manejados de manera diversa. El primero fue en el 2004. Néstor Kirchner transitaba los primeros años de su Gobierno cuando sintió mover la sólida base que supo construir frente irrupción de la figura de Juan Carlos Blumberg. El empresario devenido en político llenó la plaza de mayo en demanda de una seguridad inexistente que, entre otras, se había llevado la vida de su hijo Axel. Pero el presidente entonces movió ágilmente su muñeca, sumó su voluntad al pedido, y si bien aquel reclamo esta en veras (aun hoy) de ser saciado, políticamente no dejó que Blumberg lo corriera del rol del líder.
Años más tarde, cuando Cristina Fernández comandaba el “Sillón de Rivadavia” emergía el denominado “Conflicto con el Campo”. En aquel entonces las cuatro organizaciones del sector empresario de la producción agro-ganadera en la Argentina (Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, CONINAGRO y Federación Agraria Argentina), tomaron medidas de acción directa contra la Resolución nº 125/2008 del Ministro de Economía Martín Lousteau, que establecía un sistema móvil para las retenciones impositivas a la soja, el trigo y el maíz.
La maniobra política fue diferente: Careció el gobierno de tacto al imponer restricciones sin antes palpar el ánimo, las reacciones posibles y el pensamiento de los productores con un dialogo previo. Sufrió, mas tarde, de lentitud para aplacar un estado de situación que se prevenía denso, demorando el “stand bay” de las medidas y llamando a una mesa de negociación. Aplicó desmesurada e innecesariamente bravura en un discurso que, antes de apaciguar, avivo las aguas. Recién cuando el “repicar de cacerolas” en las marchas de protestas y el vacío de góndolas tocaron fondo el gobierno pareció comprender los errores y se prestó a la charla con las entidades agrarias. Tarde se logró comprender en las esferas del poder que “negociar” la aplicación de las restricciones era un signo de habilidad política y no de enflaquecimiento de poder.
Entusiasmado quizás con la mayoría que lo catapultó a la presidencia, el actual mandatario Mauricio Macri, pone en evidencia el ejemplo con el que inicia este relato y amaga con caer de bruces al suelo. Apenas tomo posesión del poder, se sucedió en la provincia de Jujuy la detención de la Dirigente Social Milagro Sala, acusada de instigar a cometer delitos de sedición, supuestamente por organizar una protesta (un acampe de manifestantes) en la Plaza Belgrano de esa provincia que habría entorpecido la circulación.

Bajo el políticamente correcto discurso de que el Gobierno Nacional no tiene intenciones de afectar la independencia del Poder Judicial de Jujuy, pero dejando un claro trasfondo político, Macri ha impuesto su voluntad reacia a “ceder” y mostrar acaso “debilidad” ante un referente que siempre estuvo bajo la bandera del Frente para La Victoria.

Éste acto activó de manera inmediata el descontento en gran parte de la sociedad, organismos de Derechos Humanos, Organizaciones Sociales e incluso el Papa Francisco dejó un claro mensaje al mandarle de regalo a la cárcel un rosario.
Bajo el políticamente correcto discurso de que el Gobierno Nacional no tiene intenciones de afectar la independencia del Poder Judicial de Jujuy, pero dejando un claro trasfondo político, Macri ha impuesto su voluntad reacia a “ceder” y mostrar acaso “debilidad” ante un referente que siempre estuvo bajo la bandera del Frente para La Victoria.
La dirigente de la organización Túpac Amaru y también diputada del Parlasur lleva más de 200 días presas y una huelga de hambre en medio del proceso.
En los últimos días se dio a conocer un reclamo por parte del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU en donde refiere un “llamamiento urgente” para que el gobierno de Mauricio Macri tome posición sobre la detención Milagro Sala.
El organismo manifestó que “no existen elementos legales para justificar la prisión preventiva” y a su vez insta al gobierno argentino a optar por dos opciones: o libera a la dirigente detenida o justifica por escrito su negativa a hacerlo. Si se inclina por la segunda opción, habilitaría a que el Grupo de Trabajo se expida sobre el caso.
La ONU realizó la declaración tras la presentación de Amnistía Internacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la organización Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes).
Las organizaciones acusan a las autoridades argentinas de no garantizar a Sala un juicio justo e imparcial. También denuncian irregularidades en el proceso penal, así como violación de la presunción de inocencia y de la libertad personal.
Como contrapartida desde la presidencia desoyen este pedido dejando a la luz acaso una sensación de que esta puja sobrepasa el tema Sala y se encasilla en una “pelea personal” de ostentación de poder.
En esta línea desde el gobierno de Jujuy, a cargo de Gerardo Morales, se trató de desacreditar el dictamen: el fiscal de Estado de esa provincia, Mariano Miranda, dijo que ese pedido “no es vinculante” y “ni siquiera es una recomendación” de la ONU, sino la “opinión de un organismo técnico dentro de un procedimiento especial del Consejo de Derechos Humanos”.
Desde la ONU el Grupo de Trabajo fue contundente: no solo solicitó que sea inmediatamente liberada, sino que además refirió a que se investigue la violación de sus derechos y que el Estado informe como va a asegurar que estos hechos no vuelvan a repetirse.
En contrapartida el Gobierno local argumenta que Sala ya no está detenida por el acampe en la plaza sino por otro tipo de hechos de corrupción graves. E incluso se argumenta que existen razones como para considerar que la dirigente tiene que continuar detenida, dado que era líder de una organización que manejó políticamente una provincia, lo que hace suponer que pueda entorpecer los procesos judiciales.
Sin dudas el litigio continuará y estará en la “muñeca política” de Mauricio Macri el saber distinguir hasta que punto será conveniente mantenerse firme en esta postura que, intuye, denota seguridad y firmeza. Sera su labor poder leer los “ánimos sociales” a tiempo para no hacer de este accionar un boomerang que se vuelva “enemigo” y amenace con talar parte de la solidez que le dieron los votos de Diciembre. Sera, en otras palabras, su olfato político el que le permita actuar y bien sobrepasar el litigio como supo hacerlo Néstor Kirchner, o acaso ser preso de ese obstinado orgullo que alguna vez padeció Cristina Fernández. Sólo él tiene la respuesta y ser la excepción a la regla general, o un simple humano más que tropieza con la misma piedra en forma reiterada.-

 

 

Por Postararo Juan Jose / NCN

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