Los errores en las proyecciones del FMI para América Latina

18/11/2018 | Revista Norte

Ejemplos puntuales en la región. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú, Colombia y México. La experiencia de la región en los últimos años lo deja en claro.

Por Federico Kucher | CELAG

Las predicciones nunca son sencillas. Los presentadores del clima son el centro de los chistes cuando se habla de los pronósticos fallidos. Pero existen otras disciplinas en que las consecuencias de un pronóstico desatinado provocan problemas mayores que la equivocación sobre la temperatura o la humedad.

La Economía es, posiblemente, la ciencia con los errores de proyección más escandalosos. En muchos casos estas fallas no se producen sólo por problemas de diagnóstico sino que se mezclan y confunden los deseos de los especialistas con la realidad.

Los conflictos de intereses terminan sesgando los modelos usados para predecir y provocan las distorsiones entre el resultado augurado y el resultado observado. El problema es que las proyecciones equivocadas tienen impacto para los países (y su población) porque afectan las expectativas de consumo e inversión.

Los errores de predicción en Latinoamérica

Los economistas pocas veces se toman el trabajo de revisar la falla de la proyección sobre las distintas variables macro. Las consultoras, los bancos y los organismos internacionales siguen realizando sus pronósticos sin mea culpa.

En la región latinoamericana, en los últimos años, se hicieron pronósticos poco acertados sobre la evolución de las variables. Principalmente, hubo importantes fallas de estimación sobre el Producto Interno Bruto (PIB), el desempleo y la inflación.

La sorpresa es que algunas economías con recetarios no ortodoxos, lo que para los economistas conservadores provoca falta de optimismo en las proyecciones, terminaron por anotar tasas de crecimiento mucho mayores a las estimadas.

Ejemplos puntuales en la región

En este informe se decidió hacer la tarea de comparar pronóstico contra realidad. Se seleccionaron siete casos puntuales: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú, Colombia y México. Se emplearon los pronósticos del Fondo Monetario Internacional para cada año entre 2010 y 2018 para las 3 variables claves de la macro (PIB, inflación y desempleo) y se los comparó con el resultado obtenido ese mismo año.

En otras palabras: se contrastó, por ejemplo, qué dijo en 2015 el organismo sobre lo que iba a pasar en 2016 con la inflación en Brasil frente a lo que efectivamente ocurrió.

Los resultados muestran| las fuertes dificultades para predecir. Se observaron diferencias de más de 23 puntos porcentuales entre lo estimado y lo observado.

Argentina

En el caso de la Argentina destaca en 2010 la estimación sobre PIB. Se pronosticó una suba del Producto del 1,5% pero el crecimiento ese año fue de 10,2%. En el país se aplicó una batería de políticas de estímulo para intentar potenciar el mercado interno y recuperar el dinamismo económico tras la crisis financiera internacional.

Otro error de pronóstico que llama la atención es el de la inflación para 2018. Se estimó una suba de precios del 16,7%, pero ya en el cierre del año se puede asegurar que los precios subirán por arriba del 40%. Se trata de una falla notable: hay 23 puntos de diferencia entre la estimación y el dato observado.

Predicciones del FMI para Argentina

 

Bolivia

Los errores para el caso boliviano no son tan desproporcionados como los encontrados para Argentina debido a que la estabilidad de precios ayuda con las estimaciones realizadas. Esto mismo aplica para el resto de los países bajo estudio.

Una de las fallas importantes que se encontró fue en el pronóstico de inflación para 2017. Se estimó en 5,0%, pero en el dato duro terminó siendo la mitad.

Las predicciones del FMI para Bolivia

 

Brasil

Para el caso de Brasil sorprende también el error de proyección tras la salida de la crisis financiera internacional. El Fondo Monetario Internacional dijo que la economía iba a crecer al 3,5% pero terminó avanzando al doble (7,5%). Se subestimaron las capacidades de las políticas públicas para ampliar el mercado interno.

Otra de las fallas de pronóstico que sorprende fue en 2015, cuando se auguró que la economía iba a crecer 1,5% y la inflación iba a ser del 5%. En los hechos, el PBI cayó 3,5% y los precios subieron 10,6%.

Predicciones del FMI para Brasil

 

Chile

En el caso de Chile sobresalen los errores registrados en 2014, un año electoral, donde los pronósticos tienen influencia más potente sobre las expectativas. El organismo aseguró en las proyecciones que la economía chilena iba a crecer un 4,5% y que la inflación iba a ser del 3%. La realidad no fue tan optimista. El PBI cerró con un crecimiento de 2,7 puntos menos (el PBI observado fue de 1,8%), en tanto que la inflación fue casi un 50% mayor a la estimada (la inflación cerró en 4,7%).

Predicciones del FMI para Chile

 

Perú

El caso de Perú es muy interesante. Los programas conservadores aplicados en el país fueron un elemento clave para explicar la buena predisposición de los consultores cada vez que se realizan pronósticos para un nuevo año. Este exceso de optimismo no siempre terminó dando buenos resultados.

Se destaca en el ejemplo peruano el error sobre el crecimiento del Producto Bruto en 2014. Se estimó que iba a crecer un 5,7% pero terminó aumentando la mitad. Una situación casi idéntica ocurrió en 2017. En el caso de la inflación hubo un error llamativo en 2015, cuando se la proyectó en 2,3% y terminó siendo casi el doble.

Predicciones del FMI para Perú

Colombia y México

Los casos colombiano y mexicano muestran algunas equivocaciones de pronósticos importantes en los últimos años. En Colombia, por caso, se esperaba una inflación de 3,3% en 2015 y terminó siendo de 5,4%. Para México, en 2017 se proyectó un aumento de precios del 3,3% pero el dato duro finalizó en 6,7%.

Predicciones del FMI para Colombia

Predicciones del FMI para México

Observaciones finales

El equilibrio de las variables macroeconómicas, en muchos casos, es importante para los países latinoamericanos. Estas economías no pueden mantenerse en forma indefinida con desajustes fiscales o de las cuentas externas sin terminar, crisis en distintos frentes como el cambiario o los precios.

Pero esto no implica que siempre haya que seguir los recetarios de ajuste, redistribución regresiva y prudencia ortodoxa para encauzar las economías. La experiencia de la región en los últimos años lo deja en claro.

Los pronósticos de los economistas de la corriente dominante muchas veces subestiman las capacidades del Estado para tomar medidas pragmáticas. Estas herramientas no forman parte de los programas convencionales pero permiten sostener crecimiento sin afectar los intereses de las mayorías.

El uso de estos instrumentos no convencionales, entre los que pueden mencionarse los controles de la cuenta capital y el impulso de las políticas de ingreso, entre otros, explicó, en muchos casos, datos macro de manera más certera que los pronosticados.-

Revista Norte publica este artículo con el permiso de CELAG

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