Más de 32 mil familias no cuentan con vivienda propia y unas 47 mil viviendas deben ser reemplazadas por una nueva

16/04/2013 | Revista Norte

/ Salta / 

No dan los números ni la calidad

   El escándalo en Lomas de Medeiros y la pésima calidad de los Monoambientes de El Huaico, desnudan un problema grave y aún irresuelto según el Censo 2010: más de 32 mil familias no cuentan con vivienda propia y unas 47 mil viviendas deben ser reemplazadas por una nueva. Gonzalo Teruel

De 2008 a la fecha, en efecto, la planificación de nuevas urbanizaciones quedó prácticamente paralizada y las sucesivas conducciones del IPV -Adriana Krumpholz, Sergio Zorpudes y Fernando Alessanco- se limitaron a concluir los barrios proyectados anteriormente. Las pocas iniciativas urbanísticas del “urtubeycismo”, mientras tanto, fueron desastrosas.

El caso emblemático es el de los Monoambientes. “Los monoblocks atravesaron un zigzagueante camino antes de levantarse en la zona norte de la ciudad”, rememoró Cuarto Poder hace algunas semanas. Hoy, a poco de haber sido entregados a sus propietarios, los departamentos siguen siendo un dolor de cabeza para el gobierno. Esta semana, el martes, una surrealista reunión tuvo lugar en Mitre 23. De un lado y en representación del gobierno, Evita Isa y Santiaguito Godoy, Secretarios de la Juventud y Defensa del Consumidor, y abogados e ingenieros del IPV; del otro, 84 jóvenes “delegados” de los propietarios de los monoambientes -uno por torre- discutieron sobre el estado de los monoblocks y los espacios circundantes. Fue una reunión tensa. Las autoridades exigen que se remuevan las cocheras construidas de manera precaria y sin autorización y quieren establecer un consorcio y su correspondiente “reglamento de convivencia”. Esos planteos causaron indignación en los jóvenes que reclamaron a viva voz que “antes, se arreglen todas las deficiencias de los edificios”.

En efecto, los monoambientes siguen con evidentes fallas de construcción: decenas de pérdidas en las cañerías de agua, termotanques apagados por el riesgo de explosiones, techos rajados y suelos en desnivel. Al respecto no hubo respuesta por parte de los funcionarios. El anuncio de construcción de cocheras adecuadas -la obra demoraría 2 años- y la promesa de nuevas reuniones no calmaron los ánimos y la amenaza de presentaciones judiciales sigue latente. “Después de la reunión me quedó la sensación de hostigamiento y presión por parte del IPV. Nos corren con las cocheras y no nos dan ninguna solución a los reales problemas que tenemos”, dijo una de las jóvenes que participó del cónclave. Los monoambientes siguen en falta y sus consorcios no pueden ser constituidos legalmente porque no hay planos aprobados en cede municipal.

Aunque no lo veamos, Romero siempre está

“Cómo será de grande Romero que 6 años después de dejar el gobierno sigue entregando casas”, le dijo entre risas un diputado a otro mientras la Legislatura se sumía en un acalorado debate por las adjudicaciones de las viviendas en Lomas de Medeiros.

En efecto, en la cerrada defensa que el oficialismo hizo de su gestión al frente del IPV terminó reconociendo que las viviendas entregadas en los últimos años corresponden a la planificación -y primeras tramitaciones- del denostado gobierno anterior.

La urbanización de Lomas de Medeiros, por ejemplo, fue proyectada en 2007 con Rubén Fortuny como presidente del IPV. Las obras comenzaron en 2009. Casi 5 años tardó el gobierno en terminarlas pero aún no puede entregarlas por el malestar que generó la revelación de los adjudicatarios de esas casas. De hecho, el gobernador tomó la polémica determinación de “desadjudicar” a 39 beneficiarios de su gestión y sostener a los 25 de la gestión de Romero. Esos mismos que fueron “desadjudicados” analizan por estas horas presentarse a la justicia y reclamar por sus “derechos adquiridos”.

Lomas de Medeiros y Monoambientes son los ejemplos exponenciales de la ineficiencia y la corrupción en la construcción de casas en Salta. El Huaico y Mirasoles, en el la zona norte de la ciudad, han recibido críticas pero menores.

Un techo para mi provincia

De acuerdo a un documento elaborado un equipo técnico cercano al romerismo, pero rigurosamente elaborado (Fundara) en base a estadísticas del Censo 2010, Salta registra déficit habitacional cuantitativo y cualitativo. “El primero tiene que ver con la necesidad de unidades de viviendas en condiciones de dar respuesta a las necesidades de la población, mientras que el segundo, tiene que ver con la carencia en aspectos materiales o funcionales con los que cuentan algunas de las viviendas para resultar aptas”, explica el documento al que tuvo acceso Cuarto Poder. Dicho más claro: el déficit cuantitativo hace referencia a aquellas familias que no tienen vivienda propia y el cualitativo a aquellas viviendas que no reúnen las condiciones básicas para contener dignamente a sus ocupantes. Ambos déficits están presentes en Salta.

Siempre de acuerdo a los números del Censo 2010, hay más de 32 mil familias sin vivienda propia y unas 47 mil viviendas que por su precariedad deben ser reemplazadas por una nueva. El dato es alarmante. Faltan en la provincia que se disputan Urtubey y Romero casi 80 mil casas nuevas.

Algunos datos adicionales exponen la gravedad del problema: el 39% de la población no cuenta con servicio de cloacas, el 11% no vive ni en casa ni departamento sino en otras formas de habitación más precaria, y el 5% de las viviendas no tiene acceso al agua potable. Los promedios a nivel nacional se encuentran muy por debajo de los números de Salta aunque ante la Asamblea Legislativa, Urtubey aseguró que “el Censo de 2010 muestra que las viviendas con disponibilidad de agua potable representan el 91,6% cuando la media nacional es del 82,6%; la cobertura del sistema de cloacas es del 60,6% y a nivel nacional es del 48,8%”.

La problemática, sin embargo, no es estadística sino política. El correcto debate político debe hacer foco en los recursos que destina el Estado a la construcción de casas y los planes de ejecución de esas obras que lleva adelante. En Salta, lamentablemente, la discusión se reduce a cuántas viviendas construyó Romero en su gestión y cuántas entregó Urtubey en su primer mandato.

Como sea. En su último periodo en Las Costas, de 2004 a 2007, Romero entregó 1.242, 1.457, 2.193, 2.324 viviendas nuevas. En síntesis, el actual senador construyó 7.216 casas en su tercer mandato como gobernador. Por su parte, Urtubey en sus 3 primeros años como gobernador -los datos llegan a 2010, justo antes del último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas- construyó 1.613 casas en 2008, 3.168 en 2009 y 1.982 en 2010. Apenas 6.763 casas. Eso sí, agregó como política pública las “soluciones habitacionales” y anotó en las estadísticas 2.515, 1.541, 1.310 pequeñas obras como viviendas nuevas. En total llegó a 12.129 viviendas.

En ningún caso, entre 2004 y 2010, se construyeron más de 4.800 techos por año. En ese mismo periodo de tiempo la demanda habitacional, es decir la cantidad de gente que necesita una vivienda, fue muy superior.

Engaños

Al sumar viviendas nuevas y soluciones habitacionales, la gestión de Urtubey se presenta como superior a la de Romero pero no lo es tanto. “Si bien existe un incremento en el número de viviendas entregadas este dato resulta engañoso, ya que el mismo no refleja el esfuerzo fiscal de un periodo sino las viviendas que se entregaron en dicho periodo”, advierte el documento del que ya se habla en despachos oficiales. “Si se espera reflejar mejor la realidad en cuanto a la importancia que ha dado la administración pública en el periodo, se deben considerar el dato de viviendas terminadas y el de viviendas iniciadas, no disponibles en fuentes provinciales pero sí en nacionales”, añade el escrito.

Además, debe consignarse que la provincia recibió en esos años el significativo aporte del Poder Ejecutivo Nacional. De las 1.613 nuevas viviendas construidas en 2008, por ejemplo, 1.313 o el 81,4% correspondieron a Planes Federales. En 2009 fueron 2.943 sobre 3.168 y en 2010 1.873 o el 94,5% de las 1.982. La operatoria federal para las soluciones habitacionales en Salta tuvo un pico en el año 2008 cuando la Nación se hizo cargo de la totalidad de las 2.515 obras de mejora en viviendas humildes. El porcentaje cayó a 45% y 37% en 2009 y 2010. En esos años la administración de Cristina Kirchner se hizo cargo de 681 de 1.541 y 495 de 1.310 obras.

El informe de Fundara, Fundación para el Análisis y Reflexión de la Argentina, también arroja otro dato preocupante: la inflación de precios de viviendas sociales. Si bien el lector puede aducir que es normal a que exista un incremento, dado el contexto inflacionario, se tiene que tener en cuenta que esta inflación ya está captada por el incremento en los costos ya mencionado. A partir del año 2008, con la gestión del gobernador Urtubey, la brecha entre el precio y el costo promedio de las viviendas aumentó drásticamente. Mientras los costos aumentaron solamente un 18%, los precios se incrementaron en un 39%. La brecha por su parte, ha ido in crescendo en todo el periodo, siendo la misma del 42,44% en el 2008, de un 68,93% en el 2009 y de 67,62% en el 2010.

Con estos números el “paper” consultado señala “una mayor disposición por el gobierno provincial de atender las emergencias devenidas del déficit cualitativo antes que del cuantitativo, que se corresponden a menores inversiones”.

Viviendas construidas y entregadas, más engaños

El dato de viviendas entregadas no refleja necesariamente erogación ni aplicación de recursos porque las terminadas en un periodo pueden ser entregadas en otro. Los casos emblemáticos son los de 2008 y 2009 donde se entregaron 2.515 y 3.168 módulos pero se construyeron sólo 1.330 y 1.577, respectivamente. De acuerdo a información nacional complementaria, no existió una mayor creación de viviendas si se comparan los últimos 3 años de Romero y los primeros 3 de Urtubey. Entre 2005 y 2007 el promedio de creación de viviendas fue de 2.262 por año y entre 2008 y 2010 fue de 1.927 por año. “El indicador más importante para comprobar la importancia con la que cada gobierno toma la política habitacional tendrá que ver con el de viviendas iniciadas en la gestión, dado a que toda obra relacionada tiene ejecución plurianual”, aclara el informe técnico.

En este rubro que revela la importancia que una gestión da a la cuestión habitacional, al igual que con las viviendas terminadas y entregadas, los datos de la gestión Romero se encuentran por encima de los de la de Urtubey. La información contenida en las Auditorías FONAVI consultada ante la ausencia de datos locales, indica que entre 2004 y 2007 fueron iniciadas 9.820 viviendas y 3.922 soluciones habitacionales, mientras que entre 2008 y 2010 -un año menos de medición- fueron 4.354 viviendas y 2.516 respectivamente.

El propio gobernador reconoció las dificultades y habló poco, muy poco, de la construcción cuando se dirigió a la Asamblea Legislativa. Se limitó a contar que “son 10.299 las casas que se hicieron en 5 años, con un promedio de 2.060 por año, superando por más del 40% el promedio anterior”. Esos datos, como la mayoría de los expresados por el mandatario en su alocución, fueron puestos en duda por la oposición.

La ya alarmante situación en materia de política habitacional entrega, en definitiva, un dato más: la pobre construcción de viviendas en la provincia ha sufrido un marcado deterioro en la gestión de Juan Manuel Urtubey.-

 

Cuarto Poder

 

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