El monitoreo de deforestación que realiza Greenpeace mediante la comparación de imágenes satelitales reveló que, a pesar de las restricciones por la pandemia de COVID-19, entre el 15 de marzo y el 31 de octubre en la provincia de Salta se desmontaron 12.863 hectáreas.

Más desmonte significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades. Destruir bosques es un crimen que debe prohibirse y penalizarse”, declaró Giardini.–

Nota:

1) Carta de Greenpeace a Gustavo Sáenz y Juan Cabandié