Los gobiernos deben garantizar las condiciones sanitarias, edilicias, salariales, de cargos y presupuestarias
Transitamos una pandemia a escala mundial, que continúa con nuevos picos y olas, llegando a casi 100 millones de contagios y más de 2.1 millones de personas fallecidas por COVID-19, lo que implica familiares, trabajadores de la educación, niñas, niños y adolescentes muertos.
Argentina encabeza este ranking, al estar 12 entre los países más afectados y en los 15 con mayores muertes por millón de habitantes, de los 192 países del mundo. Se trata de una catástrofe humanitaria, sin antecedentes en la historia contemporánea.
La pandemia develó la profunda crisis social por la que venía atravesando la sociedad mundial, con crecientes niveles de pobreza, precarización laboral, desmantelamiento de los presupuestos sociales como los de salud y educación públicas. Esas políticas de ajuste de los gobiernos a escala global, llevaron a que las propias potencias mundiales se vieran superadas por la lógica del sistema capitalista que tanto pregonan. A su vez, en esas regiones, el impacto recayó en los sectores vulnerables, trabajadores y pueblos.
¿Abran las escuelas…? Si las mantuvimos abiertas todo el año
Desde la FND, Federación Nacional Docente, señalamos la gravedad de la crisis para resaltar la banalidad con la que toman el tema del inicio de clases 2021, en el actual contexto de pandemia, tanto el gobierno de Alberto Fernández y su ministro de Educación, Nicolás Trotta, como del gobierno porteño de Larreta y los gobernadores provinciales.
Venimos alertando y puede observarse la fuerte caída de los presupuestos educativos, tanto a nivel nacional como en la Ciudad y las provincias. Política que ha llevado al deterioro de la infraestructura escolar y la falta de refacción y construcción de aulas y escuelas para responder a las necesidades sociales. Al faltante de vacantes y hacinamiento de 30, 35, 40 o más estudiantes por aula o la falta de nombramiento de docentes reemplazantes, suplentes, provisionales y de más auxiliares para atender la demanda de seguridad e higiene en pandemia.
Por eso queremos responder a ciertas construcciones de “sentido común”, operaciones comunicacionales y falsedades que buscan descalificar a la docencia. Como la campaña “abran las escuelas”, cuando la escuela estuvo abierta todo el año, ante la emergencia sanitaria. Y como docentes trabajamos junto con la comunidad en el reparto de alimentos y diversas tareas que imponía la emergencia sanitaria, en todo el país.
Defendemos la educación presencial y alertamos cuando, desde el gobierno nacional y las provincias, los grandes medios o intelectuales oficialistas elogiaban la educación a distancia, haciendo votos para que se adoptara como modalidad, más allá de la pandemia. Desde la FND denunciamos ese discurso por su velada intencionalidad de querer suplantar la presenciabilidad en el aula. Y, en el largo plazo, apuntar a desmantelar la escuela como espacio de construcción colectiva del conocimiento.
Además, las y los docentes, con nuestros recursos y bajos salarios, tratamos de mantener la conectividad virtual junto al estudiantado y las familias, a lo largo del 2020. A pesar de los gobiernos, que dejaron sin conectividad y no entregaron dispositivos a los sectores más vulnerables. Ni reconocieron los gastos que implicó.
Argentina: Mueren 14 niñas, niños o adolescentes al mes, 1 cada 2 días por COVID
Es falso afirmar que niñas y niños no contagian o no son transmisores del virus. También decir que no queremos volver al aula o no pensamos en las pibas y pibes. Es una falacia comparar y justificar que se abran hasta los bares y no las escuelas. Es una deformación interesada decir que las escuelas son lugares seguros a secas, que no hay ningún motivo para mantener las aulas cerradas o que “el mundo” definió abrir las escuelas. Y citar para eso a organismos internacionales o la Sociedad de Pediatría que dicen lo contrario.
Según los CDC, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los casos de COVID-19 en niñas, niños y adolescentes aumentan en EEUU y Europa. A esto se suma que, aun siendo asintomáticos, pueden transmitir el coronavirus. Mientras la Sociedad de Pediatría (SAP) afirma que “los niños mayores de 10 años pueden transmitir el SARS- CoV-2 tan eficientemente como los adultos, y esta información debe ser parte de las consideraciones tomadas para determinar cómo abrir escuelas de manera segura y efectiva”.
Por eso la SAP reconoce que “hasta el 08 de setiembre se confirmaron en nuestro país 38.430 casos de COVID-19 en menores de 18 años, que corresponde al 7.8% del total de casos del país, con un porcentaje de positividad del 29.3%. La mediana de edad de los casos fue de 12 años. Asimismo, el 5,1% de estos casos se observaron en menores de 1 año”. A la vez, aclara que este “porcentaje de afectación pediátrica difiere entre distintos países; en Argentina la alta proporción se debe fundamentalmente al programa DETECTAR”. Siendo el país uno de los que menos testeos realiza, por lo que las cifras reales son muchos mayores.
Por eso incluso, días atrás, el ministerio de Salud informó que “subió la curva de contagios en la niñez y en la adolescencia, pero por sobre todo entre los jóvenes de entre 15 y 19 años” en Argentina. Que al 18 de enero “los casos de coronavirus en menores de 20 años fueron 157.052, lo que representa un 9,2% del total”. Y se confirma desde el ministerio que “los fallecidos por coronavirus en el grupo de niños y adolescentes fueron 138 con una edad mediana de 11 años, 33 de esas muertes fueron en menores de 1 año” (Ámbito, 18/1/2021). Esto quiere decir, un promedio de 14 menores muertos por mes en estos 10 meses que llevamos de pandemia. O dicho de otra forma, 1 niña, niño o adolescente muerto cada 2 días.
Nacionalizar y democratizar las decisiones y el sistema educativo en el país
Ahora bien, ante el inicio de este ciclo lectivo y desconociendo la gravedad de la pandemia y el estado de precariedad edilicia provocada por sus políticas de ajuste presupuestario, los gobiernos plantean que hay que volver a las escuelas en forma presencial a cualquier costo. O incluso, como el gobierno porteño, hablan de respetar un “protocolo” que nadie conoce, con un 100% de presencialidad criminal e irresponsable.
Sería difícil, casi imposible redactar un protocolo universal, en un panorama edilicio y educativo totalmente heterogéneo, desigual y fragmentado. En las provincias y en CABA, existen muchas escuelas cuyas dimensiones no soportan ningún parámetro de seguridad sanitaria: Distanciamiento, aulas aireadas, ventilación, entre otras condiciones. Con aulas superpobladas, sin espacios abiertos.
La situación de precariedad presupuestaria también erosionó las condiciones laborales y salariales de la docencia que, en el caso de Secundaria, debe viajar a varias escuelas para lograr un salario digno. O la docencia de Primaria que debe tomar 2 cargos (y hasta tres) para lograr dicho salario. Esto también agrava la situación de riesgo docente. Resolver el tema salarial hace también a la cuestión de higiene y bioseguridad ya que una docente de Secundaria tiene 300 y hasta 500 estudiantes por día, a causa de esas condiciones salariales de pobreza, con lo que la exposición sería mucho más fuerte. Esto tiene que ser también modificado para atender realmente a una escuela segura.
Pero el gobierno nacional desliga en Larreta y en los gobernadores la responsabilidad del inicio de clases con presenciabilidad, y éstos descargan esa decisión en los equipos directivos y las escuelas. Esta grave derivación de responsabilidades pone de relieve la necesaria renacionalización del sistema educativo del país, como venimos reclamando desde la FND.
10 puntos que los gobiernos deben garantizar urgente para una presencialidad segura
La FND defiende la vuelta al aula, pero la misma debe garantizar la seguridad sanitaria de docentes y estudiantes. Y verificar la situación epidemiológica del país y cada distrito. Para ello, el gobierno de Alberto Fernández y Trotta, junto a los gobiernos de la Ciudad y cada provincia, deben asegurar de inmediato los recursos financieros y concretar todas las acciones que garanticen una educación segura y de calidad para las mayorías sociales, con el fortalecimiento edilicio y sanitario de las escuelas. Presentamos estos 10 puntos, algunos para la emergencia y otros más de fondo, para lograrlo:
Si persisten las actuales condiciones, no es posible el inicio de clases 2021
Si estas condiciones no están garantizadas, la FND considera que no es posible el inicio de clases. Rechazamos todo intento de limitar o cercenar el derecho de huelga como la amenaza del gobierno porteño de descontar los días a quienes realicen medidas en febrero.
Por todo ello llamamos a construir la mayor unidad posible, al conjunto de las organizaciones docentes de todo el país. Para impulsar y resistir cualquier intento de poner en riesgo la vida y salud de la docencia, estudiantes y familias. En tal sentido proponemos evaluar la auto-convocatoria a un Encuentro Nacional de los sectores combativos, democráticos, clasistas, multicolor, hacia la primera quincena de febrero.-
FND, FEDERACIÓN NACIONAL DOCENTE:
Federación Sindicato Trabajadores de la Educación del Chaco (SITECH) / Movimiento Pedagógico de Liberación (MPL) Misiones / Alternativa Docente, Nacional ANCLA / Ademys (CABA), Lista Violeta / Sindicato de Trabajadores de la Educación Pampeana (SITEP) / Asociación Docentes Unidos de Catamarca (ADUCA) / Unión de Trabajadores de la Educación Misiones (UTEM) / Asociación Tucumana de Profesores y Educadores de Adultos (ATPEA) / Sindicato Docentes Unidos, San Juan.