Salta. Detrás de la pandemia: Las necesidades no dan tregua en las poblaciones del norte

14/06/2020 | Revista Norte

La respuesta de siempre por parte de los Poderes, Ejecutivo y Judicial, ante la crisis de viviendas. Represión policial en un asentamiento por terrenos y viviendas.

Por Alcira Figueroa*

El covid 19 nos está volviendo más vulnerables de lo que estábamos. En la localidad de Hipólito Yrigoyen, segunda ciudad de la provincia con mayor índice de hacinamiento luego de Salta Capital, se han producido desalojos a familias que estaban alquilando y ya no podían sostener el pago mensual a raíz del confinamiento que les impide trabajar y contar con recursos económicos para sustentarse y pagar un lugar donde vivir.

Esos desalojos son moneda corriente en la zona, donde se hizo caso omiso al DNU 320 Presidencial que impide ejecutarlos por 6 meses. En este caso son desposeídas las familias del barrio conocido como las 62 hectáreas (un barrio populoso asentado sobre tierras fiscales) donde algunos terrenos baldíos y otros con medias construcciones fueron ocupados por familias sin techo, generándose conflictos entre quienes tenían asignados terrenos y quienes buscan en el presente dónde vivir.

Nuevamente se trata de enfrentamientos de pobres contra pobres, porque las familias que por favoritismo recibieron en su oportunidad dos terrenos y más -sin necesitarlos, hoy desocupados- no son fuentes de conflicto; ya que se trata de personas con algún poder adquisitivo y con ciertas protecciones.

Se calcula que son mas de 300 las familias que no tienen tierra ni vivienda, que se ven obligadas a alquilar. Hay muchas otras que tampoco tienen dónde vivir, pero se las arreglan para compartir con familiares o allegados.

La angustia de estos mas de tres meses de confinamiento, que implica a su vez impedimento para conseguir recursos económicos, los ha obligado a asentarse en terrenos que no están habitados; y lo que han tenido como respuesta fue una fuerte represión policial con la infantería, acontecida la semana pasada; lo cual ha empeorado aún más la situación de vulnerabilidad, inestabilidad, angustia e incertidumbre. La situación no distingue a adultos ni a niños pequeños, siempre los más afectados.

Si bien las autoridades locales anunciaron en los medios que procurarían una respuesta a los vecinos, hasta el momento se avanzó muy poco en alguna solución que satisfaga la urgente demanda de viviendas.

El nuevo orden, luego de la pandemia, traerá aparejado quizá una mayor diligencia de los gobiernos para resolver necesidades urgentes o la imposición de una mayor violencia para acallar las demandas.-

 

*Alcira Figueroa es Licenciada en Antropología Especializada en Desarrollo Humano Sustentable y Magister en Políticas Sociales

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