Salta. El Dr. Leiva contó cómo fueron los hechos de violencia que sufrió en ciudad judicial

14/12/2020 | Revista Norte

El abogado de organismos y familiares de Derechos Humanos de Salta, David Leiva, contó lo ocurrido el pasado 10 de diciembre en el edificio central del poder judicial de la provincia cuando fue brutalmente agredido por los efectivos de seguridad privada y luego intentaron llevarlo detenido los policías de la provincia.

El Dr. David Leiva actúa en las causas de lesa humanidad contra los represores del gobierno de facto de la última dictadura cívico militar. Es uno de los abogados argentinos más reconocidos a nivel internacional por la defensa a las víctimas y a familiares de las víctimas en Salta. Como especificó en su relato que subió a su red social, el 10 de diciembre -Día Internacional de los Derechos Humanos- debía cumplir labores en la Justicia Federal por la causa de la desaparición forzada de una estudiante secundaria en agosto de 1976; y antes fue a la Ciudad Judicial de la justicia ordinaria, donde ocurrieron los hechos que el mismo Leiva cuenta:

Amigos y compañeros les quiero contar que sufrí violencia institucional en fecha 10-12-2020. Ese día viaje desde Orán, mi pueblo, hacia Salta, ya que a las 11 horas debía firmar una querella por la desaparición forzada de Graciela Beatriz Juárez, ocurrida el 12-08-1976, estudiante secundario, en el Juzgado Federal 1 de Salta. Llegue a Salta a las 8.20 aproximadamente y como me quedaban un par de horas, decidí ir a la ciudad judicial, a la que no iba desde el inicio de la pandemia, a ver algunos expedientes. Aclaro para los que no son de Salta que en la ciudad judicial esta la Corte de Justicia, las cámaras de apelaciones, los juzgados de todos fueros y penales de juicio, ministerio publico y demás dependencias, o sea el poder judicial.
Había dos puertas de acceso, entre por una donde entraba mas gente y allí un vigilador de la agencia de seguridad «Guardian SRL» me advierte que los abogados entraban por la otra puerta, luego de identificarme como tal, salí de esa fila, fui hacia la otra, entre como entraban los abogados y abogas vestidos formalmente, como en general suelen hacerlo los abogados, a los que no se le pedía que exhiban carnet de abogados, yo estaba vestido con vaquero y remera, como ejerce en mi pueblo que hace 40 grados de calor o mas, ya esta pasando y me pregunta quien era, le dije soy abogado, me dice adonde voy, le respondo a juzgados laborales (a que puede ir un abogado a la ciudad judicial si no es a trabaja?) y allí me pide que le exhiba el carnet, respondiéndole que no era autoridad publica para que le exhiba el carnet, que lo exhibiría en los juzgados si me lo requerían para mostrarme expedientes que tramito. Entre al hall de la planta baja y este vigilador viene corriendo para exigirme que salga de esta institución del estado !la justicia!¡;como no obedecí sus ordenes, aparecieron dos vigiladores mas, uno era un ropero, 1,90 metros de altura mas o menos, se puso delante mío y los otros dos al costado, formando una C conmigo al medio y de allí, cerca de las barandillas de las oficinas ubicadas frente a la puerta de acceso, me llevaron cuerpeándome y a los empujones hasta arrojarme en la vereda de la principal institución justicia de Salta.
Decidí entrar nuevamente, ¿!como era posible que no pudiera ejercer mi profesión¿?, cuando las leyes dicen que el abogado en ejercicio de su profesión, debe ser asimilado en el trato a un magistrado; llegue a la puerta, le reclame al vigilador por haberme sacado a los empujones, no recuerdo si me empujo nuevamente, yo reaccione y lo empuje, cuando se acerco nuevamente, ya había empezado a perder mis convicciones y saque el carnet que me exigía sin tener potestades y ya humillado en el trato que me dieron en el lugar que debiera ser la casa de los que requieren los servicios de justicia y operan con ella,, luego de 40 años de profesión , recibí un golpe de a traición, por la espalda, de otro vigilador, al que no vi, y me arrojo nuevamente a la vereda, cayendo pesadamente sobre mi rodilla izquierda y el cuerpo sobre mi mano izquierda, la que me quebré. Me hicieron reducción en la misma y hoy estoy enyesado, me dijo el medico que no recuperaría ya las flexiones con esa mano, aunque si podre escribir¡¡¡ Gracias….
En la vereda estuve tirado varios minutos de espalda, ningún colega de los que se acartonan para trabajar en ese jugar se acerco para preguntar o ayudarme a levantar, mas vistiendo yo canas en mi barba y con 64 años de edad…
NO acaba ahí la historia, entro nuevamente al hall de planta baja y allí entre tres policías de la provincia de Salta me dicen que estaba demorado que me llevarían a la comisaria, me pide que me identifique, le exhibo mi DNI, cuando el policía literato ve, observa que nací en Tucumán, me pregunta que hacia allí, le digo que soy abogado y me advierte que aun siendo abogado, como había nacido en Tucumán y no era de la ciudad de salta, debía retirarme, mientras seguían amenazándome en llevarme a la comisaria.. Mis convicciones de abogado liberal seguían esfumándose, solo me dejaron entrar cuando el vigilador que esta en la puerta de acceso se lo indico..
Intente que me atendiera primeramente en la secretaria de superintendencia, su secretaria, no lo logre. fui a hablar con los ministros de la corte, y allí me informaban que no estaban, luego entro el Dr. Catalano, presidente de la Corte, me reconoció como un abogado de la matricula y me dijo sorprendido ¡¿David¿? que haces tras esa planta, veni pasa, ¡Supongo que ya había sido advertido… Me atendió amablemente en su despacho, allí subió la dra. Russo, secretaria de superintendencia, un medico quien me dijo que posiblemente estaba quebrado, un enfermero que me tomo los signos vitales, tenia la presión arterial al máximo, 250 de azúcar y como estaba emocionalmente acongojado por el destrato, no podía hablar, hacia esfuerzo para que las lagrimas reprimidas no rompieran en llanto. Permanecí mas o menos 45 minutos en el despacho mas importante del poder judicial.
Esa fue la historia. Fui al juzgado federal y llegue a tiempo para cumplir con los compañeros de DDHH y con la mama de nuestra compañera desaparecida, quien esta en la puerta del juzgado federal, quien luego de escuchar lo ocurrido, le agarro nuevamente miedo, no firmo la querella, así estaba convenido, su presencia en ese momento fue importante, lo mas importante.
La próxima escribiré algunas reflexiones.
Desde la APDH exigieron el esclarecimiento de los hechos:
En el Día de Internacional de los Derechos Humanos fue agredido en la Ciudad Judicial por la agencia de seguridad privada “Guardián SRL” el abogado de derechos humanos David Leiva. Cuando ingresaba a la Ciudad Judicial personal de seguridad privada le exigió la identificación, cuando no es su potestad, luego es rodeado y empujado hasta la puerta, cuando ingresa y le muestra el carnet es agredido nuevamente desde atrás cayendo a la calle, sufriendo lesiones en su muñecas y antebrazo, suba de la presión arterial, glucosa elevada y ruptura del celular personal. Al ingresar tres policías de la provincia de Salta lo acorralan y le vuelven a pedir identificación amenazando con deterlo. David Leiva tiene 40 años de labor profesional, entre los juicios se destacan la Mega Causa de la UNSa y la causa de Miguel Ragone que se desarrollaron en dicho edificio, por lo cual no es un desconocido. Finalmente el Juez Guillermo Catalano presidente de la Corte de Justicia de Salta intervino y la situación se modificó.
Exigimos la investigación de los autores de estas repudiables y aberrantes prácticas y que se le rescinda la concesión a la empresa “Guardian SRL” por no contar con personal capacitado y formado para la democracia.
Dr. Guillermo Torremare, Presidente de la APDH.

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