El último dato del INDEC, referido al segundo trimestre de 2022, da cuenta de un aumento del empleo; aunque se consolida un proceso previo: precariedad y bajos salarios. Desafíos del mundo laboral argentino.
En su ciclo en vivo (lunes a viernes, a las 19 horas), AGENCIA PACO URONDO dialogó con Luis Campos, coordinador del Observatorio Social de la CTA Autónoma.
Luces rojas, amarillas y verdes en el empleo argentino
APU: ¿Qué muestra el último dato del Indec sobre empleo en Argentina?
Luis Campos: El dato que vamos a buscar cuando sale el informe de INDEC es la tasa de desempleo. Pero hay otros elementos. Se vio un crecimiento muy fuerte de la tasa de actividad y en la tasa de empleo, mientras que la tasa de desocupación cayó al 6,9 %, el dato más bajo desde la normalización institucional del INDEC en 2016.Todos esperábamos un dato en estos niveles, básicamente porque en el primer tramo del año la desocupación había sido del 7%. Se trata de datos del segundo trimestre del año, donde la economía creció mucho. Era lógico que impactara sobre la creación del empleo.
APU: Los datos son previos a la crisis cambiaria por la salida de Martín Guzmán. Pero más allá de eso: ¿el empleo ya recuperó el terreno perdido durante la pandemia y el macrismo?
LC. Recuperó todo pandemia, esto ya lo había recuperado hace un tiempo. Y está recuperando parte de la caída del macrismo. Acá hay que distinguir empleo formal, de empleo informal o cuentapropista. En términos de empleo formal, hablando de números absolutos, ya estamos recuperando gran parte de la caída del 2019, no todavía la caída del 2018. En términos absolutos estamos recuperando el número hay que tomarlo con cuidado porque hay considerar el crecimiento vegetativo de la población, no es lo mismo 6 millones de personas trabajando en el sector privado registrado hoy que hace diez años. Con respecto a la tasa de desocupación, cayó muy fuerte en comparación con el segundo trimestre del 2021 pero también en relación con 2019, el último año de Macri. Tanto la foto como la película muestran una situación más holgada. Después hay que ver la calidad del empleo.
APU: En relación al trabajo privado registrado, ¿la película tiene una lógica de v corta, cae desde 2017 hasta 2020 y desde 2021 empieza a recuperarse y ya está en el pico superior?
LC: Es así. Desde fines del 2020 y principios del 2021 empezó un proceso de creación de empleo formal. El primer sector que impulsó esto fue la industria manufacturera, ya desde mediados del 2020. La industria empieza a generar nuevos puestos de trabajo, de hecho es la que más recuperó. Era el sector que más había caído entre 2016 y 2019. Después, crecieron mucho hotelería, gastronomía y construcción, que fueron muy afectados por la pandemia.
APU: ¿La recuperación del empleo es pareja en todas las provincias?
LC: Es un proceso que alcanza a todo el país, aunque hay provincias que creen más que otras. Neuquén y Jujuy, por ejemplo, vienen con procesos de crecimiento de empleo hace años. Los grandes centros urbanos vienen con tasas de crecimiento muy altas. Hacía mucho tiempo que todos los aglomerados no tenían una tasa de desempleo por abajo de los dos dígitos.
APU: Vamos a las luces amarillas o rojas. ¿Cada 10 empleos que se crean, cómo es su composición?
LC: No hice esa cuenta pero si te puedo decir lo siguiente: cómo es la composición del empleo en la Argentina, según sus características. Cada 100 empleos, 22 son trabajadores por cuenta propia. Alrededor de 28, son asalariados en sector privado no registrados. De la otra mitad, 35 trabajan en el sector privado y están registrados y 15 en el sector público. Lo que más crece en los últimos años, son, en primer lugar, el trabajo por cuenta propia. Después, los asalariados no registrados, luego, los empleados en el sector público y por último el empleo privado formal, que está estancado en los últimos 7 o 10 años. Los trabajadores en el sector público crecen en relación al crecimiento demográfico del país. No hay un boom de empleados públicos como suele decirse.
APU: ¿Qué pasa con la informalidad en el sector privado?
LC: Está estable hace muchos años, una década. Entre 2003 y 2011, bajó mucho por la creación del empleo y por la fuerte formalización. Pasamos de una tasa de no registro del 50% al 35%. Si vemos la película más larga, ese momento que se dio entre 2003 y 2011, es una excepción en un proceso más largo que empezó en la segunda parte de 1970. Hasta ahí, Argentina era un país caracterizado por el empleo formal. Eso se quebró y empezó otra tendencia.
APU: Mientras el empleo crece, no impacta sobre el salario, que está por debajo de la inflación.
LC: En 2016, 2018 y 2019, tuviste una caída del ingreso del 25% en términos reales. Es una caída muy fuerte. Con la llegada de Alberto ese proceso no se modificó. La pandemia tuvo un impacto muy fuerte. Si bien deja de caer el poder adquisitivo, nunca revierte la tendencia de los años de gobierno macrista. Por eso vemos los niveles de pobreza que vemos, aunque haya bajo desempleo. Y después vemos otro proceso: que en los grupos familiares ya no alcanza con uno o dos ingresos. Y entonces, personas que figuraban como inactivas tengan que salir a buscar un ingreso complementario. Y esas personas se insertan en sectores que tienen niveles con muy poco registro (pequeño comercio, gastronomía, casas de familia). Hoy es relativamente fácil conseguir un empleo, tenés una bicicleta y un teléfono y ya sos ocupado. Independientemente del ingreso que te genere o la calidad del empleo. Se consiguen empleos fáciles pero de mucha precariedad.