La urgencia de las y los trabajadores más allá de la agenda electoral.
Ayer se dieron a conocer todos los frentes electorales que disputarán las próximas elecciones que comenzarán con las PASO en el mes agosto. Ahora la tensión se traslada a los inminentes anuncios de las fórmulas presidenciales. Mientras tanto, en todo el país, crecen los reclamos de una clase trabajadora que observa de costado esta ingeniería electoral.
Durante el Gobierno de Alberto Fernández una porción importante del sindicalismo mostró su disconformismo porque los salarios no alcanzan, porque la mayoría de las paritarias se ajustan al límite de la inflación y porque el Salario Mínimo expone como nunca su insólito nombre. Por todo ello el descontento fue tomando fuerza ante un bolsillo cada vez más agujereado.
La injerencia del Fondo Monetario Internacional en la vida cotidiana es cada vez más descarnada bajo la complicidad de la Casa Rosada y de Sergio Massa. La implementación de concesiones permanentes y ajustes traspasan esa idea que se quiso instalar del ministro de economía que evitó el helicóptero. Si bien bajó la inflación, no hay nada para festejar como sí lo hicieron ayer en el Palacio de Hacienda. Es como ponerse contento porque en el primer tiempo te hicieron 5 goles y en el segundo apenas 2.
En el medio de ese contexto, se acrecentaron los conflictos que se fueron forjando durante toda esta semana. Docentes, estatales, ferroviarios, trabajadores del transporte y del subte y los movimientos sociales extremaron sus luchas hasta lograr triunfos, en otros casos se extendieron los reclamos y algunos fueron llamados a conciliación obligatoria.
Ante esos escenarios, la CTA Autónoma fue la única Central que no dudó en convocar a un Paro Nacional con la intención de unificar estas luchas anteponiendo la grave situación económica y social ante el sosiego que se autoimponen otras terminales sindicales mientras se diagrama la ingeniería electoral.
Por eso se participó de las históricas movilizaciones que se realizaron durante estas últimas semanas en Jujuy contra los miserables salarios que paga el gobernador Gerardo Morales, para oponerse al decreto con fines persecutorios y para defender sus derechos y a la propia democracia.
El rechazo del movimiento obrero y la manifestación de las y los trabajadores en las calles de Jujuy tuvieron como resultante la derogación del decreto que buscaba criminalizar la protesta social pero que no deja de ser un laboratorio para la reforma de la constitución que se quiere implementar en la provincia. En Salta, con una norma contravencional, también intentan limitar el derecho de protesta. Mientras que en Misiones, trabajadores del sector educativo se manifiestan en calles y rutas en reclamo de una recomposición salarial y denuncian acciones violentas de parte de la policía y falta de diálogo con el Ejecutivo provincial. Y así, con mayor o menor medida, los conflictos recrudecen en las provincias.
La CTA Autónoma alienta estas instancias de conflicto y con el Paro Nacional acompaña y contiene todos los reclamos que se realizarán mañana viernes y en las próximas semanas. Esta iniciativa forma parte de un plan de lucha iniciado en marzo y con un fuerte respaldo e impacto internacional. La ofensiva es la misma en todas partes.-