Una pareja de rusos eran espías en Alemania. La nueva guerra fría

16/01/2013 | Revista Norte

Alemania: juicio con clima de Guerra Fría

Una pareja de espías, acusada. Él tiene pasaporte argentino.

Él era un ingeniero que trabajaba en el suministro de autopartes, mientras su mujer se ocupaba de la casa. Una familia como tantas, discreta y trabajadora, que criaba con esmero a su única hija si no fuera porque eran espías al servicio de Moscú y filtraban secretos militares.

Más de un año después de ser arrestados, los dos agentes empezaron a ser juzgados ayer en un tribunal de Stuttgart, en el mayor juicio por espionaje ruso desde la Guerra Fría en Alemania. En caso de ser condenados, les esperan diez años de cárcel.

La máscara cayó el 18 de octubre de 2011, cuando la unidad antiterrorista GSG9 del ejército alemán irrumpió en la casa de Andreas Anschlag, un ruso que se hacía pasar por austríaco y que además viajaba con un falso pasaporte argentino.

Al mismo tiempo, otra unidad del ejército hacía lo mismo en Earburg, en el estado de Hesse, con su mujer Heidrun. Ella también era una falsa austríaca y alegaba una segunda ciudadanía, en este caso peruana. Fue sorprendida in fraganti mientras escuchaba con una radio de onda corta un mensaje desde Moscú: así lo hizo cientos de veces, cada martes por la madrugada, durante casi dos décadas.

Se trata de un caso que recuerda los años más oscuros del conflicto que dividió el mundo en dos bloques e incluye duplicidades, diplomáticos corruptos, reuniones secretas y mensajes codificados. Según las autoridades alemanas, la pareja trabajaba para el Sluschba Wneschnei Raswedki (SWR), los servicios secretos rusos derivados de una antigua sección de la KGB.

Los acusados fueron presentados ayer ante el Tribunal Regional Superior de Stuttgart, ambos de unos 50 años y sin la menor intención de hablar. Así lo había anticipado el abogado del marido, Horst-Dieter Pötschke: «Ni mi cliente ni su mujer se expresarán acerca de los hechos. Tampoco ofrecerán detalles de nombres de otras personas».

Según el acta de acusación, la pareja coordinaba una red de espionaje a nivel europeo para obtener documentos militares de la Unión Europea y la OTAN. Con su ciudadanía latinoamericana, justificaban viajes frecuentes fuera de Europa que habrían aprovechado para encontrarse con sus jefes o sus fuentes. Fueron desenmascarados después de que el FBI desmanteló una red de agentes del SWR en Estados Unidos.

Gracias a los documentos que se encontraron en las redadas a los Anschlag, se pudo comprobar, por ejemplo, que en 2011 la pareja obtuvo un documento de la OTAN sobre la situación de las tropas desplegadas en Afganistán, Libia y Kosovo.

¿Y la hija? Al parecer no sabía nada de esta enrevesada trama ni de las múltiples identidades de sus padres. Para ella eran dos buenos burgueses, como cualquier familia de barrio.-

 

La Nación

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