Vergüenza mundial: La Justicia en Tucumán a favor de las Redes de Trata

12/12/2012 | Revista Norte

Cómo reflejaron los medios del país el vergonzozo fallo del Tribunal tucumano  en el juicio por Marita Verón.

 

EL SEGUNDO SECUESTRO DE MARITA VERON

Tras diez meses de juicio, que dejaron al descubierto cómo funcionan las redes de trata, los tres jueces absolvieron a todos los acusados por la desaparición de la joven tucumana. “No lo puedo creer, contá conmigo”, le dijo CFK a la madre, Susana Trimarco, que calificó de “estafadores” a los jueces y reclamó su juicio político.

 

Trece absoluciones para que festejen las redes de trata

EL TRIBUNAL DEJO LIBRES DE CULPA A TODOS LOS ACUSADOS POR LA DESAPARICION Y REDUCCION A LA PROSTITUCION DE LA JOVEN TUCUMANA

Los jueces consideraron que no había pruebas y dejaron sin condena el caso Marita Verón. La madre, Susana Trimarco, dijo que pedirá su juicio político. Llamado de Cristina Kirchner.

Página 12

Absueltos. Anoche un tribunal tucumano resolvió, “por unanimidad”, que ninguno de los trece imputados por el secuestro y la promoción de la prostitución de Marita Verón debía ser condenado. Cuatro horas después de lo anunciado inicialmente, tras esperar bajo el calor espeso del fin de la tarde en las escaleras del Palacio de Justicia, Susana Trimarco escuchó que la Sala II de la Cámara en lo Penal absolvía a los acusados para quienes la fiscalía había pedido entre 25 y 12 años y medio de prisión, en función de las responsabilidades adjudicadas. La lectura de la resolución no llevó más de diez minutos. La secretaria del juzgado leyó: no se hacía lugar a la acción civil, todos resultaban absueltos. Antes de que se terminara de escuchar el veredicto, la sala donde se realizaba la audiencia estalló: Gonzalo “Chenguita” Gómez gritó “¡mamá!”; Irma Medina quiso abrazarlo; Fernando “Chenga” Gómez rompió en llanto. Los familiares y amigos del resto de los imputados sollozaron entre gritos. La lectura de quiénes quedaban absueltos debió recomenzar. Eran todos. Hubo un instante de silencio. Susana Trimarco permaneció mirando al frente, en silencio. Desde un banco detrás de ella, Rosa Schonfeld, madre del estudiante Miguel Bru, no contuvo un sonoro “¡hijos de puta!”. Y la sala estalló. La policía de-salojó el lugar en tiempo record.

En la cabina de una camioneta, acompañada por los abogados Carlos Varela Alvarez y José D’Antona, Susana Trimarco dejó el lugar; en la caja del vehículo, el diputado nacional Horacio Pietragalla sollozaba.

Minutos después, en la Fundación María de los Angeles, el abogado Varela Alvarez advirtió que “esto no termina acá”. “Es una vergüenza, una estafa” y “la van a pagar”, dijo a continuación Trimarco, quien segundos antes había pedido a una abogada de la Fundación y amiga de Marita que dejara de llorar. “La adversidad nos hace fuertes”, arremetió el abogado D’Antona, quien reiteró lo que había contado Trimarco: al conocer la noticia, Micaela, la hija de Marita, ya adolescente, lloró. “El Poder Judicial de Tucumán está podrido”, señaló, antes de adelantar que “las lágrimas de Micaela las van a pagar con el cargo”. “No pararé hasta pedir el juicio político a los jueces”, dijo Trimarco. D’Antona añadió que el Poder Judicial de Tucumán debe ser “intervenido” porque el fallo “es un acto de corrupción”.

Trimarco relató entonces que había recibido un llamado de Cristina Kirchner: “No puedo creer lo que hicieron, contá conmigo”, contó que le había dicho.

El veredicto estaba anunciado para las cinco de la tarde. Minutos antes de dar esa hora, la cita fue pospuesta para las siete. Los jueces Alberto César Piedrabuena, Emilio Andrés Herrera Molina y Eduardo Antonio Romero Lascano permanecían en el Palacio de Justicia desde el fin de la instancia de últimas palabras de los imputados, a media mañana. A quince minutos de las siete, Susana Trimarco cruzaba la plaza de los tribunales escoltada por los abogados, Varela Alvarez, D’Antona, Carlos Garmendia y Germán Díaz. Le seguían los pasos funcionarios nacionales, provinciales, diputados. Al verla, las decenas de personas de organizaciones sociales y partidos políticos que se concentraban en el lugar comenzaron a aplaudir. Poco después, todos entonaban “Todavía cantamos”, cuya letra el abogado Varela Alvarez había repartido.

Siete y media, Trimarco esperaba ante las puertas de los tribunales. El calor tucumano apretaba. Por la cuadra y las escaleras rondaban haciendo tiempo los diputados Pietragalla y Stella Maris Córdoba; la coordinadora del Programa Nacional de Rescate a víctimas de trata, Zaida Gatti, la legisladora (MC) Vilma Ripoll, el jefe de la División Trata de Personas de la policía tucumana, Julio Fernández; el subsecretario de Política Criminal de la Nación, Juan Mena. La espera se extendía, pero no había palabras que la explicara. A la vuelta de la esquina, sobre otra calle, los imputados esperaban también que les franquearan el ingreso. Juan Derobertis esperaba bajo un árbol; Chenguita Gómez se apoyaba sobre una valla mientras su novia le acariciaba la cabeza.

Recién poco después de las ocho, a instancias de uno de los abogados de la querella, la policía judicial permitió a Trimarco ingresar al edificio, pero sólo cuarenta minutos después le permitieron el paso a la sala de audiencias. Desde las escaleras donde primero habían tomado asiento, la madre de Marita Verón comenzaba a inquietarse. A instancias del abogado D’Antona, integrantes de la policía judicial intermediaron con personal del juzgado. “No nos tengan miedo. Vamos a escuchar cualquier resultado. Hace diez años que esperamos y necesitamos una respuesta”, dijo desde la escalera Varela Alvarez, que pedía que alguien comunicara sus palabras a los jueces. “Si la respuesta es adversa, haremos lo necesario. Le pedimos a la Justicia tucumana que no nos tenga miedo”.

Minutos después, permitieron que Trimarco y su equipo subiera el tramo de escaleras que faltaba. Los imputados y todos sus abogados ya se encontraban allí. La imputada Medina tenía los ojos colorados, la imputada Milhein lloraba, el menor de los imputados Gómez a duras penas se contenía.

Eran las nueve y diez y en la Sala II de la Cámara en lo Penal no volaba una mosca. La fila de bancos más cercana a la puerta cobijaba a Trimarco, integrantes de la Fundación María de los Angeles, representantes de instituciones y organizaciones sociales. Entre una y otra fila, policías. Contra las paredes, policías; entre el banco para la prensa y el sector de los imputados, policías. La secretaria del juzgado dijo “de pie”, la puerta de la salita de los jueces se abrió y el aire se cortaba con un cuchillo.

Lo que estaba por leer la secretaria del juzgado, adelantó el presidente del tribunal, Piedrabuena, era “una breve síntesis” cuyos fundamentos serían dados a conocer el 18. La funcionaria judicial anunció que las decisiones habían sido tomadas por unanimidad y leyó: que los hermanos María Jesús y Víctor Angel Rivero, Daniela Milhein y Andrés Alejandro González eran absueltos; que también lo era el ex policía Pascual Andrada; que Derobertis, Fernando Gómez, Azucena Márquez…

–¡Mamá! –gritó entonces Chenguita, y en la sala empezó a crecer un murmullo. Le siguió un ruido. La lectura del veredicto ya no se escuchaba.

La secretaria retomó. La lista de absueltos continuaba con Mariana Bustos, Carlos Luna, Paola Gaitán, Gonzalo Gómez.

–¡Gracias dios mío! –estalló Chenga.

A metros, desde la fila de bancos tras Trimarco se escuchaban tantos sollozos como desde la fila de familiares y amigos de los imputados.

La secretaria leyó que el tribunal no hacía a lugar a la acción civil. Que remitía “las piezas procesales pertinentes” a una fiscalía de instrucción en el caso de Milhein y González, y al Juzgado de Instrucción Nº 3 en el caso de Medina, sus hijos, Bustos, Luna, Gaitán, Márquez y Andrada para “la correspondiente investigación de las eventuales conductas criminosas”.

Rosa Schonfeld gritó “¡hijos de puta!”. Todo el público se puso de pie en un segundo. La policía de-salojó la sala.

La plaza ante tribunales estallaba en cánticos que pedían justicia. Al cabo de media hora, en la Fundación María de los Angeles reinaban el silencio, los ojos llorosos.

Flanqueada por sus abogados, acompañada por los diputados y funcionarios nacionales y provinciales, Trimarco dijo que “ya tenía información de que La Chancha (Rubén) Ale ha sacado los dólares debajo del colchón y les puso a ellos”, en referencia a los jueces, a quienes ella y los abogados sindicaron de “corruptos”. “No puede ser esto. Es una vergüenza, es una estafa. Estafaron a todas las pobres víctimas que se sentaron a decir lo que les hicieron”, dijo. Y señaló que “estoy más firme que nunca, así –y sin levantarse de la silla marcó el paso con dos fuertes pisadas–, como un soldado. No voy a parar hasta que estos tres delincuentes estén donde tengan que estar”.

Habían quedado atrás diez años de investigación; diez meses de debate oral; cuatro horas de espera en plena calle.-

 

La sentencia contra Marita o ésta es la justicia que tenemos

Por  Mempo Giardinelli / Pagina 12

Escribo esto con profunda bronca a la hora del cierre, quede claro. No quiero dejar pasar la furia que siento y que sé, me consta, veo y palpo que sienten en estas horas de dolor millones de ciudadanos y ciudadanas en todo el territorio nacional.

Para sorpresa y espanto del país entero (el país decente, digo, el que mayoritariamente no es corrupto) todos los acusados por el caso Marita Verón fueron absueltos en Tucumán en esta noche ominosa de la Argentina, en una decisión judicial obviamente sospechable de lisa y llana y flagrante corrupción.

Esta es la justicia (desde ahora la escribo con minúsculas) que tenemos. La que impera mayoritariamente en nuestro país. Unica institución republicana que no fue democratizada en serio desde la recuperación de la Democracia. Y que junto con sus socias, las malditas policías y los malditos servicios penitenciarios provinciales, son las únicas que conservan intactas todas las taras formales y esenciales que les inculcó la dictadura.

Porque la democracia significó profundos cambios institucionales en casi todos los órdenes: militares, educativos, de relaciones exteriores, de economía, de sociedad. Pero lo que no se tocó, ni se toca todavía, es lo que huele a podrido. Y este “fallo” –es un decir perfecto: fallo– está llenando de hedor a la Nación entera.

A sabiendas de que toda generalización es injusta y peligrosa –y en conocimiento de que hoy mismo se conoció el noble pronunciamiento de más de 200 jueces, fiscales y defensores públicos que emitieron un contracomunicado que desdice a ciertas catervas de jueces y camaristas viajeros a Miami por cuenta de empresarios, y a los lobbistas marrulleros del Colegio de la Magistratura y a los de esa de nombre imposible Comisión Nacional de Protección de la Independencia Judicial– yo me siento esta noche tentado de homologar esta maldita justicia a las malditas policías.

La que condena nuevamente a Marita Verón y nuevamente procura destruir a Susana Trimarco (pero a la que en realidad e involuntariamente enaltece) es la justicia que hay que cambiar de una vez y yo quiero ver si los opositores tendrán huevos para hacerlo, e incluso si el Gobierno los tendrá, todo sea dicho.

Cambiar de una vez los procedimientos y los plazos; cambiar de una vez el engolamiento y la pretendida santidad de los magistrados; cambiar los tratos y rótulos del siglo XIX para que las Señorías engoladas de hoy que no pagan impuestos empiecen a pagarlos como cualquiera de nosotros, que laburamos y sostenemos este país con esfuerzo y decencia. Y así acabar con mitos como el de la “familia judicial” y el de que los trapos sucios se lavan en casa.

Esa es la justicia que a mí, empleado durante cuatro años en el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chaco y joven estudiante de Derecho en la Universidad Nacional del Nordeste –y lo digo por primera vez públicamente–, me llevó a abandonar cuando tenía 21 años la profesión que yo amaba y había elegido a los 16.

Hay que dar los nombres de estas tres “señorías” tucumanas de las que el mismísimo gobierno de José Alperovich sería bueno que dijese su opinión públicamente. Son ellos: Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano. Yo no sé si sus conciencias, si las tienen, los podrán juzgar. Y no me importa. Pero nosotros, la ciudadanía, sí. En democracia y en paz, serena pero definitivamente, tenemos que condenarlos éticamente, a la vez que vincularlos con los mencionados colegios, juntas, consejos, asociaciones y demás grupos corporativos que sólo son puro lobby, para decirlo clarito.

No tienen vergüenza y esta noche en que celebran todos los miles de prostíbulos del país, y todos los proxenetas, y todos los mercaderes de carne humana, y todos los hijos de puta de la trata, y perdóneseme la furia textual, nosotros, los que sí tenemos vergüenza y somos la inmensa mayoría de este país atormentado, por eso puteamos. Por eso LOS puteamos. Con la misma fuerza y convicción con que abrazamos a Susana Trimarco y esperamos un día abrazar a Marita Verón y a todas las Maritas que fueron y seguirán siendo, por desdicha, gracias a estos infames protectores de tratantes de personas.

Malas noches, Argentina.-

 

La Justicia tucumana absolvió a todos los acusados del caso Marita Verón

Tras horas de demora, los jueces dieron a conocer el veredicto de un juicio histórico. La gente estalló contra el tribunal: «¡Hijos de puta!».

Perfil

Tras casi cuatro horas de demora, los jueces de la Sala II Cámara Penal de San Miguel de Tucumán absolvió a los trece acusados de raptar en 2002 a la joven tucumana María de los Ángeles Verón y obligarla a ejercer la prostitución en burdeles de Tucumán y La Rioja.

Mientrs los asistentes en la sala les gritaban «¡hijos de puta!» a los miembros del tribunal, el abogado de Trimarco, José D’Antona, rechazó el veredicto. «Esto es un acto de corrupción», acusó el letrado.

En un fallo unánime, la Justicia provincial absolvió a José «Chenga» Gómez, Daniela Milhein, Andrés González, Azucena Márquez, Irma Medina, Carlos Luna, Humberto Derobertis, Mariana Bustos, Domingo Andrada, Paola Gaitán, Gonzalo Gómez, Víctor Rivero y María Jesús Rivero.

El histórico juicio comenzó en febrero de este año y contó con una larga procesión de testigos, entre ellos, mujeres rescatadas de redes de trata locales.

Verón, quien hoy tendría 33 años, fue raptada en 2002 a metros de su casa en Tucumán y según diferentes testimonios pasó por prostíbulos de La Rioja y posiblemente Córdoba sin poder escapar de sus captores o contactarse con su familia.

A pesar de que no se conoce el paradero de Marita, se entiende que la joven tucumana fue secuestrada para ser obligada a ejercer la prostitución en Tucumán y, más tarde, La Rioja, donde Irma Medina, una de las acusadas, poseía una cadena de whiskerías. Varias exprostitutas aseguran haber visto a Verón en esa provincia. Incluso algunas declararon que la mujer tuvo un hijo, producto de repetidas violaciones.

Palabras del gobernador. Poco antes de conocerse la sentencia contra los trece acusados, el gobernador José Alperovich llamó a los tucumanos a «darle fortaleza» a Trimarco.

«Es una mujer a la que tenemos que apoyar entre todos los tucumanos por haber perdido a su hija y por haber peleado tantos años para llegar a esto», expresó el mandatario provincial, cuestionado durante el juicio por sus supuestos vínculos con proxenetas.-

 

Trimarco sobre Marita Verón: «Tengo que seguir buscándola»

A pocas horas de conocerse el veredicto, aseguró que «la batalla sigue».

A pocas horas de conocerse el veredicto en el juicio por el secuestro y desaparición, la madre de Marita VerónSusana Trimarco, expresó: «Yo no voy a parar acá, es como empezar de nuevo».

Esta tarde, después de las 17, se dictará sentencia para los 13 acusados del juicio. «La batalla sigue, hay que buscarla a Marita», confió Trimarco sobre su hija desaparecida el 3 de abril de 2002.

Ante la prensa, agradeció a los periodistas que siguieron el caso y expresó su «fe y esperanza en que los jueces van a hacer justicia»: «Cualquiera no se sienta ahí a hacer eso, entonces gracias a esas chicas, a mis hijas del corazón» que relataron lo que vieron cuando estuvieron cautivas, reprodujo un cable de la agencia DyN.

Asimismo, Trimarco reveló que anoche soñó con su hija y luego pensó que le «falta poco para encontrarla. Tengo que seguir buscándola».-

 

Escándalo en Tucumán: absolvieron a los 13 acusados por el secuestro de Marita Verón

Clarín

Para los jueces de la Cámara Penal no se pudo probar que la joven fue secuestrada por una red de prostitución. La lectura del fallo se demoró 4 horas y generó indignación, insultos y estupor en la sala.

Estupor. Indignación. Lágrimas de impotencia y dolor entre familiares y allegados a la Fundación María de los Angeles, militantes y funcionarios de derechos humanos. Lágrimas de sorpresa, gritos de euforia e insultos entre los 13 imputados de secuestrar y prostituir a Marita Verón; más júbilo entre sus parientes. La única que no lloró cuando la secretaria de la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán leyó que todos habían sido absueltos, fue Susana Trimarco: después de diez años y medio aprendió que el llanto le gasta energías para buscar a su hija.

Nadie de quienes estuvieron cerca de la causa y del juicio imaginó semejante sentencia. Nadie concibió que los relatos horrorosos de las víctimas de trata fueran considerados prueba insuficiente. Ni siquiera el propio Fernando “Chenga” Gómez –uno de los más comprometidos por las testigos–, quien a la mañana, al pronunciar sus últimas palabras, dijo: “Tenía ganas de venir y pedirles a ustedes que ya me detengan”.

En la tórrida Tucumán, el fallo unánime de los doctores Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano cayó como un baldazo de agua hirviendo sobre la multitud de militantes de organizaciones de mujeres, derechos humanos y agrupaciones políticas, que estuvieron montando vigilia para acompañar a Susana Trimarco.

A la mañana, después de que Lidia “Liliana” Medina afirmara por enésima vez que sus tres prostíbulos eran whiskerías, Piedrabuena anunció que a las 17 se conocería el veredicto. Sin dar explicaciones,los jueces se hicieron esperar cuatro horas más : horas de calor, de sed, de tensión, de estar de pie –diputados, legisladoras, funcionarios nacionales, familiares de la víctima, abogados de la Fundación María de los Angeles, la propia Susana Trimarco–, acorralados por vallas, controlados por decenas de policías, frente a las puertas de Tribunales cerradas a cal y canto.

Por la entrada de la guardia entraron sin problemas los imputados, sus allegados y sus defensores. Estaban cómodamente sentados en la sala, con aire acondicionado, cuando tras las protestas hicieron ingresar a Trimarco y sus abogados, a quienes la acompañaban, y a la prensa.

Debieron permanecer a oscuras y de pie tres cuartos de hora más, antes de ocupar sus lugares en una sala pequeña, festoneada por 32 policías .

La absolución de los cuatro tucumanos desató chillidos de alegría. María Jesús Rivero se paró y levantó el brazo como si estuviera en la cancha de San Martín de Tucumán, de la que fue presidenta cuando su ex pareja, Rubén “La Chancha” Ale, gerenciaba el club. Al escuchar su nombre, “El Chenga” soltó una puteada amenazante y se fundió llorando con Medina, su madre. Los defensores se entrecruzaron en abrazos. Los familiares de los juzgados comenzaron a cobrar fuerzas. La tensión desafiante fue creciendo, y salvo ellos, Trimarco, sus abogados y el resto del público dejaron la sala. Afuera, la multitud clamaba: “Se siente, se siente, Marita está presente ”.

Las y los periodistas los acompañaron hasta la sede de la Fundación. Al mismo tiempo, organizaciones sociales convocaban a una marcha de repudio hoy a las 18, desde Congreso hasta la Casa de Tucumán. Y unos 200 manifestantes autoconvocados por redes sociales seguían anoche exigiendo Justicia en las calles de la provincia.

Trimarco dijo haber recibido mensajes de que Ale había comprado al Tribunal. El doctor Carlos Varela anunció que apelarán en casación, pedirán el juicio político de los tres jueces, y recurrirán a organismos internacionales . Su colega José D’Antona apeló a la presidenta Cristina Fernández, quien el domingo entregó a Trimarco el Premio Azucena Villaflor por su lucha por los derechos humanos: “Después de haber tolerado al ‘Malevo’ Ferreyra y a Bussi, le voy a pedir respetuosamente que intervenga el Poder Judicial de Tucumán, que está podrido. Las lágrimas de Micaela, las van a pagar”.-

 

Las pruebas que los jueces consideraron insuficientes

Si bien la lectura completa de la sentencia será el 18 de diciembre, el tribunal adelantó una síntesis de sus argumentos. Para los jueces, Marita Verón no fue secuestrada el 3 de abril de 2002, porque la acusación no pudo probarlo. “Las versiones al respecto son sólo tales”. No hay modo de saber, dijeron, cómo desapareció “y apareció en otros lugares”. Esto implica, al menos, que los jueces sí creyeron a las víctimas de trata sexual que compartieron su encierro y explotación con Marita en los prostíbulos de la familia Medina-Gómez. No se entiende entonces cómo consideraron que “no fue posible arribar a la prueba suficiente de testigos diversos en tiempo, modos lugares y personas, como circunstancias particulares de cada uno” de los acusados de La Rioja.

Respecto de María Jesús y Víctor Rivero –acusados de ordenar y ejecutar el secuestro–, “el tribunal consideró de absoluta ineficacia la prueba producida”. Hubo un par de oportunidades de profundizar en la relación entre María Jesús Rivero, su ex pareja Rubén “La Chancha” Ale y la conexión La Rioja, pero el tribunal las evitó. En cuanto a la ex pareja Daniela Milhein y Alejandro González, para los jueces, “tampoco la prueba de testigo fue suficiente”. Según la testigo Fátima M., Marita había estado secuestrada y drogada en dos de sus casas mientras ella también estuvo cautiva.

“Respeto del ex policía riojano Pascual Andrada, no ha sido producida ninguna prueba que lo vincule al caso”. Varias víctimas lo identificaron como uno de los reclutadores que llevaba chicas a los burdeles de La Rioja, y avisaba de los allanamientos. Sí es cierto que la única víctima que presenció la llegada y compra de Marita por parte de “Liliana” Medina, describió a un hombre diferente.

Del maltrato a las víctimas de trata que los jueces permitieron a los abogados defensores se deduce que tras 9 meses de debate no han comprendido el arrasamiento psicológico que produce en una mujer las violaciones que implica ser una esclava sexual.-

 

Rojkés de Alperovich: «La prostitución existe y va a seguir existiendo”

TRAS EL ESCANDALOSO JUICIO POR MARITA VERÓN

La Senadora y esposa del gobernador de Tucumán dijo que «se termina con los prostíbulos y comienzan los departamentos”. Y dijo que en su provincia “no estamos protegiendo a nadie”.

«La prostitución existe y va a seguir existiendo», dijo hoy Beatríz Rojkés de Alperovich al salir a hablar por diferentes radios y referirse al caso de Marita Verón, donde ayer los 13 acusados fueron absultos.

La esposa del gobernador tucumano y tercera en la sucesión presidencial señaló que «se termina con los prostíbulos y comienzan los departamentos”. Y aseguró que en su provincia ella y su marido José Alperovich “no estamos protegiendo a nadie”.

En diálogo con Radio Mitre, la senadora nacional dijo que “no puedo hablar con tranquilidad al respecto, porque nos acusan de cosas muy terribles. Yo lo único que digo es que, si el gobierno es mi marido y yo, no estamos protegiendo a nadie».

“Es un tema del que me he ocupado personalmente cuando no estaba en la política. Había mucha compra y venta de bebés y desapariciones de chicas. Es un tema que conozco bien y me duele profundamente. Yo no le puedo decir que no soy cómplice porque usted tiene otra parte de la verdad», señaló, al discutir en la entrevista que le realizó el periodista Nelson Castro.

«En Tucumán están consternados con lo que está pasando. Yo no puedo atender a la prensa, trato de no hablar porque me siento una perseguida. Estamos muy dolidos, nos ha impactado. Si alguien tiene que hacerse responsable dentro de la Justicia se hará cargo», dijo Rojkés de Alperovich, quien no suele hablar por los medios pero que lo hizo esta vez por el impacto del caso de la hija de Susana Trimarco.

La tercera en la línea sucesoria presidencial indicó que «conozco las denuncias sobre la falta de independencia de la Justicia en Tucumán. Alguna gente se dedica solamente a hacer denuncias y otra a trabajar y cambiar la provincia. Nosotros somos de los últimos. A partir de ahí no podemos hacernos responsables de nada más. Nosotros no perseguimos a periodistas ni hacemos denuncias”, aseguró Rojkés.

Y afirmó: «Se termina con los prostíbulos e inmediatamente comienzan los departamentos. Esto pasa aquí y en todos lados. Se trabajó fuertemente para terminar con los prostíbulos, es lo mismo que en todo el mundo. La Presidenta mandó que termine la publicidad en los diarios y surgen otras. Esto existe y va a seguir existiendo”, aseveró la senadora por Tucumán.-

 

Conmoción: sin culpables en el juicio por Marita Verón

La Nación

Fueron absueltos los 13 acusados; la madre impulsará un juicio político

Dolor, bronca, impotencia. Eso es lo que dejó anoche la lectura de la sentencia en el juicio por el secuestro y desaparición de María de los Ángeles Verón , ocurridos el 3 de abril de 2002. El tribunal -integrado por los jueces Alberto Piedrabuena, Eduardo Romero Lascano y Emilio Herrera Molina, de la Sala II de la Cámara Penal- decidió absolver a los 13 imputados.

El fallo fue un golpe durísimo para Susana Trimarco, madre de la joven desaparecida, y sus seguidores, que no dudaron en denunciar la «corrupción en el Poder Judicial». Apenas se terminó de leer la sentencia, una lluvia de insultos cayó sobre la sala.

La lectura del veredicto se había hecho esperar. Estaba prevista para las 18, pero se leyó después de las 21. A medida que pasaba el tiempo, la tensión crecía. Trimarco decía que le daba vergüenza la demora. Sin embargo, no esperaba este final. Sus abogados confiaban en lograr una sentencia acorde con el pedido del fiscal: 25 años de prisión para los principales acusados.

El tribunal no leyó los fundamentos de la sentencia, que serán dados a conocer el martes próximo. «Éste es un acto de corrupción», dijo a la prensa el abogado de la querella, José D’Antona, tras escuchar el veredicto. Trimarco adelantó que impulsará un «juicio político» contra los jueces y reveló que recibió un llamado de apoyo de la presidenta Cristina Kirchner.

La otra cara de la moneda fueron los acusados. Gritaban, lloraban, no creían lo que estaban escuchando. Los hermanos Gonzalo y José Fernando «Chenga» Gómez habían dicho durante la mañana que ya estaban condenados de antemano. Festejaron la sentencia con gritos de desahogo. La secretaria que leyó la resolución tuvo que interrumpir su relato, quebrada por el llanto.

Quizá para ella también fue un fallo inesperado.

Entre los imputados estaban Víctor Ángel Rivero, sindicado como el presunto autor material del secuestro, y su hermana María Jesús Rivero, acusada como autora intelectual del rapto. María Jesús Rivero es ex mujer de Rubén «La Chancha» Ale, quien es señalado por Trimarco como el que maneja las drogas y la prostitución en la provincia. También manejó el club San Martín y estuvo preso hasta hace poco acusado de robar soja de un campo recién cosechado. Al principio estaba involucrado en el expediente, pero no llegó al juicio oral. La querella quería que se iniciara una nueva investigación en su contra.

También fueron absueltos Irma Lidia Medina y sus hijos, Gonzalo y José Gómez, propietarios de prostíbulos en la provincia de La Rioja adonde habría sido llevada la víctima. En medio del juicio por la desaparición de Marita Verón, Irma Medina y su hijo Gonzalo Gómez habían sido arrestados en La Rioja en un procedimiento por drogas.

Asimismo, fueron absueltos Daniela Milhein, quien presuntamente habría retenido a Marita en su casa antes de que fuera enviada a La Rioja, y su ex pareja, Alejandro González.

También fueron absueltos Humberto De Robertis, Paola Gaitán, Mariana Bustos, Carlos Luna, Azucena Márquez y Domingo Andrada, imputados en el juicio como presuntos partícipes secundarios en el caso.

Para los jueces, durante el juicio no se recolectaron pruebas suficientes para quebrar el principio de inocencia de los acusados.

«En principio la actitud es vergonzosa. Sin hablar de la cuestión penal puntual del fallo y sus fundamentos, la actitud de la Justicia con la ciudadanía, particularmente con Susana Trimarco, fue vergonzosa», dijo el secretario de Política Criminal, Juan Martín Mena, que estuvo presente en la lectura del fallo.

«Los jueces son clientes, los jueces son clientes», cantaban seguidores de La Cámpora y del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) que esperaban afuera del Palacio de Justicia.

Más de 10 meses duró el juicio por la desaparición de Marita Verón. Era un caso emblemático porque era la primera vez que se juzgaba a una red que se dedicaría a la trata de personas. Era tanta la repercusión que tuvo el caso que la sala estaba colmada, igual que el lugar para los periodistas.

Marita Verón fue secuestrada en esta provincia el 3 de abril de 2002, cuando se dirigía a la maternidad local para realizarse unos estudios ginecológicos. Nunca más volvió. Varias testigos afirmaron durante las audiencias que la vieron obligada a prostituirse en La Rioja.

En este juicio, iniciado en febrero pasado, testificaron, entre otros, víctimas de redes de trata liberadas y que aseguraron haber sido compañeras de cautiverio de la joven en locales de diversos puntos del país, donde eran drogadas y obligadas a prostituirse.

También testificó la propia Trimarco, quien es reconocida internacionalmente por la lucha contra la trata de personas a partir del caso de su hija. Trimarco llegó a hacerse pasar por prostituta en la búsqueda desesperada de obtener datos sobre el destino de su hija, que permanece desaparecida. En esa búsqueda, a pesar de las pistas falsas y amenazas de muerte, descubrió evidencias de redes de trata que operan en las provincias de La Rioja, Tucumán, Buenos Aires, Córdoba y Santa Cruz, y ha logrado rescatar a más de un centenar de víctimas.

Al conocerse el fallo, Trimarco y sus abogados salieron de la sala seguidos por una multitud. Partieron en dos camionetas hacia la Fundación María de los Ángeles Verón. Había clima de velorio. Trimarco dijo, en la primera audiencia, que lo único que pretendía con el juicio era que apareciera con vida su hija Marita. O que alguno de los cientos de testigos le dijera qué pasó con ella. No lo consiguió. Pero Trimarco no piensa bajar los brazos. Sus abogados anticiparon que apelarán el veredicto.

«Estoy más fuerte que nunca. No vamos a parar», dijo Trimarco en la sede de la fundación. También cuestionó a los magistrados. «Es una vergüenza para la Argentina. Voy a pedir juicio político y no voy a parar hasta que sean destituidos de sus cargos», señaló.

Inmediatamente después de conocerse la sentencia, la indignación invadió las redes sociales, donde numerosos políticos, como Mauricio Macri y Hermes Binner, expresaron su solidaridad hacia Trimarco (ver aparte). Muchos otros apuntaron contra el gobernador José Alperovich por la falta de justicia. Más temprano, horas antes de la lectura de la sentencia, Alperovich había instado a los tucumanos a «darle fortaleza» a la madre de Marita.

Anoche, la presidenta Cristina Fernández se comunicó telefónicamente con Trimarco y le expresó su solidaridad. «Susana, no sé cómo podés aguantar tanto. Contá conmigo», le dijo la Presidenta.

 

  • Marita Verón
    Desapareció el 3 de abril de 2002 y habría sido víctima de una red de trata de personas. Desde entonces, su madre, Susana Trimarco, se abocó a la búsqueda de justicia.-

Rojkés de Alperovich: «La prostitución existe y va a seguir existiendo»

«No estamos protegiendo a nadie», aseguró la esposa del gobernador de Tucumán y tercera en la línea sucesoria de Cristina Kirchner; «Me siento una perseguida», afirmó la presidenta provisional del Senado.

La presidenta provisional del Senado y esposa del gobernador de Tucumán, Beatriz Rojkés de Alperovich, se defendió hoy de las denuncias por la causa Marita Verón .

«Somos muy pocos. No puedo hablar con tranquilidad al respecto, porque nos acusan de cosas muy terribles. Yo lo único que digo es que, si el gobierno es mi marido y yo, no estamos protegiendo a nadie», aseguró Rojkés en declaraciones a Primera Mañana, por Radio Mitre.

«Somos una familia de bien. Lo que más nos preocupa es que mis hijos se sientan orgullosos. No me voy a hacer cargo de los libros que salen. Me duele muchísimo. Con mi marido nos preguntamos: «¿Vale la pena todo esto»? Por el hecho de estar en política sospechan de nosotros en los canales de Buenos Aires», se defendió la senadora.

«Es un tema del que me he ocupado personalmente cuando no estaba en la política. Había mucha compra y venta de bebés y desapariciones de chicas. Es una tema que conozco bien y me duele profundamente. Yo no le puedo decir que no soy cómplice porque usted tiene otra parte de la verdad», señaló, dirigiéndose al periodista Nelson Castro.

«En Tucumán están consternados con lo que está pasando. Yo no puedo atender a la prensa, trato de no hablar porque me siento una perseguida. Estamos muy dolidos, nos ha impactado. Si alguien tiene que hacerse responsable dentro de la Justicia se hará cargo», dijo la senadora.

«Yo conozco las denuncias sobre la falta de independencia de la Justicia en Tucumán. Alguna gente se dedica solamente a hacer denuncias y otra a trabajar y cambiar la provincia. Nosotros somos de los últimos. A partir de ahí no podemos hacernos responsables de nada más. Nosotros no perseguimos a periodistas ni hacemos denuncias. No nos da el tiempo para tener gente espiando a la oposición, que es muy chiquita y no tiene votos», insistió Rojkés.

«Se termina con los prostíbulos e inmediatamente comienzan las departamentos. Esto pasa aquí y en todos lados. Se trabajó fuertemente para terminar con los prostíbulos, es lo mismo que en todo el mundo. La Presidenta mandó que termine la publicidad en los diarios y surgen otras. Esto existe y va a seguir existiendo. La hipocresía es del señor que va al prostíbulo. También en los medios, que no ven cómo cambió Tucumán», cerró la primera dama tucumana.-

 

 

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