La Juez de Faltas de Salta habría mentido para tapar su abuso de autoridad

 Gisella hacete cargo. 

Las declaraciones de Gisella Moreno de Quilodrán sobre que el inspector de tránsito olía a alcohol parecen inverosímiles. El hombre que recibió amenazas indicó que iniciará acciones legales contra la abogada. También refutó que ella pudiera haber estado por hacer una inspección ocular por su trabajo.

Nace un héroe, decía la nota publicada ayer por Cuarto Poder, sobre el caso del inspector de tránsito que tuvo la osadía de tratar de multar a la jueza de faltas Gisella Moreno, cuando ésta había estacionado en plena plaza principal, donde está prohibido y donde además molestaba el paso de los peregrinos.

Los fanáticos del comic lo saben: para que haya un héroe debe haber, necesariamente un archi-villano. Hasta el jueves, que no había abierto la boca, el papel de archi-villa le quedaba algo grande Gisella Moreno, pero después de dar su versión de los hechos en El Tribuno, el mote parece perfecto.

«A eso de las 11, en pleno horario de trabajo pretendí estacionarme en la plaza 9 de Julio, frente al Teatro Provincial, para hacer una inspección ocular…», dice Moreno.

¿Para hacer una inspección dónde? ¿En el teatro provincial? Si es así, cuál era la premura, si por las festividades del Milagro no hay actividades y además el próximo recital es después del 20 de este mes.

Y el que terminó de destruir esta excusa fue el mismo inspector José Esteban Brunotto. Entrevistado nuevamente por Daniel Murillo –el periodista que el jueves lanzó la noticia y además hizo la mejor entrevista de todas las pálidas remakes- Brunotto contó cuáles son los verdaderos protocolos de una inspección ocular: «cuando se hace inspecciónocular por medio del Tribunal de Faltas, siempre se lo llama a un móvil de tránsito para que lo lleven al juez porque yo lo hice varias veces con el doctor Caruso». Si realmente hubiera existido el procedimiento, Moreno debía ir acompañada con policías de tránsito como asistentes.

La integrante del tribunal de Faltas también dijo en El Tribuno que cuando ella iba a hacer la multa se le abalanzó este inspector «que es un hombre corpulento y me tapó a improperios. Le expliqué quién era yo y qué estaba haciendo, pero me gritó como un loco, se puso violento en extremo; estaba con olor a alcohol y trató de impedir que me fuera. Me dio miedo y llamé al secretario de Tránsito y Seguridad Vial, Carlos Carusso, informándole que había un personal suyo en condiciones impropias. Luego, me fui y averigüé que este señor Brunotto tiene una gran cantidad de sumarios por malos tratos a terceros, violencia y alcohol. Si él me denunció, ya diré, ante la Justicia, quién es este personaje» (sic).

Brunotto refutó con facilidad el argumento del alcohol. «Ella va a tener que comprobar que yo tengo problemas alcohólicos como saca en el diario. Yo en mis 25 años de servicio nunca tuve una denuncia por llegar alcoholizado o tener olor a alcohol en mi trabajo», dijo. Y añadió que si hubiera estado alcoholizado, entonces Moreno incumplió con sus deberes de funcionaria pública: «si yo hubiese estado con olor a alcohol en ese mismo momento ella como jefa mía -porque es superior mío- me tendría que haber mandado a dopaje y me hubiese hecho detener», dijo.

Además, Brunotto entabló diálogo con personal de la comisaría primero, donde puso la denuncia contra Moreno, y ningún policía se percató de que haya estado en estado de ebriedad.

Brunotto expresó que no descarta iniciar acciones legales por calumnias e injurias contra la abogada. Moreno hoy decidió callarse.

Quizá sigue en Córdoba, descansando. Quizá allí sí le permitan estacionar donde quiera.-

Publicado por Cuarto Poder

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