ADRIAN MERCADO «MARTILLÓ» A LOS MARTILLEROS DE SALTA

Imagen ilustrativa

La incursión por Salta del importante rematador dejó profundas heridas en los subastadores salteños. Denuncias, recelos y sospechas activaron agitadas jornadas del Tribunal de Etica.  Bandera roja total.

Por Nolverto Guerra / Columnista invitado de Revista Norte

Todo comenzó en un normal e invitador edicto. Las instalaciones de un lujoso hotel salteño sería sede del remate. Interesante expectativa se reflejaba en los asistentes, ávidos de encontrar una «ganga» que justifique la inversión. Hasta ahí, todo normal.

La cuestión se complicó -para el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Salta- cuando se inició la subasta. Debía ejecutarla un matriculado local y, según se alertó,  no ocurrió así.

La Ley 7629/10 (enmarcada en la Ley Nacional 20.266) por la que el Gobierno Provincial de Salta aceptara la creación de este Colegio establece las normas por las que se rige. Entre ellas se reconoce que solamente podrán ejercer esta actividad en todo el territorio salteño quienes estén matriculados y con su registro vigente, es decir, cumplir las normativas y abonar sus matriculas. De ahí se desprende que todo martillero o corredor para ejercer esta actividad debe denunciar domicilio legal en Salta y habilitar las oficinas respectivas, que pueden ser las mismas del Consejo y pasar a integrar el Padrón de Habilitados. Sin embargo, para subsanar esta rígida disposición, se recurre a lo que en la jerga de los martilleros se conoce como «trabajar bajo  bandera», es decir, suplir  un matriculado salteño la responsabilidad de conducir el remate personalmente pasando a responder por todo lo que en ese acto ocurriera.

En este caso se recurrió a este salvoconducto. Sin embargo,  se alerta que el que debía estar en el estrado no estuvo. Sí el visitante. Esto consta en la presentación que otro matriculado presentó por ante el Presidente del Colegio de Martilleros y Corredores de Salta,  Francisco Solá. Inmediatamente se participó al Tribunal de Etica conformado por Francisco Rivas Vila, Marcos Miguel López y Jorge Ibañez, quienes tienen la pesada responsabilidad de -si lo que se informó es veraz- dictaminar la pena disciplinaria que corresponderá al colega que suplió al visitante.

Trascendió que, como el remate se realizó en tan paquete escenario, el visitante tuvo muy buena cosecha.

También trascendió que algunos «oferentes-adjudicatarios» tuvieron desagradables sorpresas al ir a retirar los bienes adquiridos, a pesar que el edicto rezaba  el tradicional «en el lugar y estado en que se encuentra».

Como el Colegio de Martilleros y Corredores Inmobiliarios de Salta es un retoño, será buena la experiencia para extremar «vigilancias» y exigir lealtades.

Un ofuscado hombre del martillo, parodiando a Maradona repetía: «la bandera roja no se mancha».-