Caso Mariano Ferreyra: Severo indicó a la Justicia dónde se guardarían las armas de la fuerza de choque de Unión Ferroviaria

07/10/2012 | Revista Norte

Las «cuevas» de armas, claves del testimonio

/ LO QUE SABE EL ARREPENTIDO / 

Severo es uno de los testigos que indicó a la Justicia dónde se guardarían las armas de la fuerza de choque de Unión Ferroviaria. Los sitios señalados, a la vista de todos.

La expectativa sobre la información que Alfonso Severo iba a aportar el jueves en el juicio oral por el crimen de Mariano Ferreyra se centra en el manejo de las patotas del sindicato de José Pedraza y de las empresas ferroviarias que habrían actuado en complicidad y, en especial, en las “cuevas” donde la fuerza de choque de la Unión Ferroviaria habría guardado armas, antes y después del crimen.

La información dada por el testigo durante la instrucción de la causa fue escueta pero disparó una serie de allanamientos en distintas dependencias del ferrocarril, casas particulares y locales ligados al gremio, todas aledañas al lugar donde fue asesinado el militante del Partido Obrero (PO), cerca de la estación Hipólito Yrigoyen del Ferrocarril Roca. Eran lugares equivocados o los allanamientos se hicieron demasiado tarde: no se halló ningún arma. También se sospecha que los sindicalistas fueron alertados por la policía.

El jueves, las querellas esperaban poder obtener más información sobre las “cuevas” de la patota.

Los datos. 
Según consta en la causa, Severo declaró el 21 de octubre de 2010 ante la entonces fiscal Graciela Caamaño, hoy subsecretaria de Cooperación del Ministerio de Seguridad. Realizó un croquis y señaló varios lugares como centros de reuniones y de almacenamiento de armas de fuego, como Hornos 11, Hornos 97,  el sector de Encomiendas y la Plataforma 14 de la estación Constitución. “Al fondo de Hornos se encuentra la chata automovilera en la que viviría un tal ‘muñeco’ con su familia. Y en donde se esconderían actualmente armas, según le fuera dicho por empleados de Ferrobaires en servicio –no se publican sus nombres-, y quienes participaron en marchas anteriores de Ferrobaires”, consta en el expediente.

En una segunda declaración testimonial, el 22 de octubre de 2010, Severo señaló que la Unión Ferroviaria también guardaría armas en el Museo Ferroviario Bonaerense, ubicado en Güemes al 600, Avellaneda, y dijo: “Aparentemente estarían las armas utilizadas por la gente de Ferrobaires, porque se las prestan entre Carruega, Saldaña y Hess”, acusados de ser miembros de la patota.

“Hay gente que las vio y no se anima a declararlo”, agregó Severo. “Practican tiro todos los días en el sector de Encomienda y si no, están en los coches comedores”, aseguró ante la Justicia.

Pero Severo no es el único testigo que habló de las “cuevas” de armas. Norberto “el Gordo” Saldaña, otro hombre de Ferrobaires y de la UF enfrentado con Severo –tiene denuncias cruzadas por amenazas-, es señalado por otro testigo como supuesto miembro del grupo que manejaba las armas. José Antonio Pérez, un guardabarreras en la estación de Florencio Varela del ferrocarril Roca, reveló a PERFIL en noviembre: “Me tocaron la bocina. Era Mario Galván y otros que me pidieron que entre al auto. ‘Hay quilombo en el Roca’, me dijeron, ‘tenemos una bolsa de armas y queremos pedirte que las tengas en tu casa’. ‘¿Sos loco vos?’, les dije. ‘Van a hacer allanamientos en la casa de (Norberto) Saldaña, en el taller y en Encomiendas. Nosotros manejamos todo ahí. Guardame las armas en tu casa’, me pidió, pero me negué. Pasaron unos pocos días. Volví a ver a Galván. ‘Ya está. Hicieron el allanamiento. Sabíamos todo nosotros, sabíamos que iban a allanar desde antes’. ‘No me digas esas cosas a mí, yo no ando en nada’, le contestó Pérez, según su testimonio.

 Ferrobaires y la patota

Ferrobaires es una empresa clave en el complejo entramado del crimen de Mariano Ferreyra. Varios de los involucrados y testigos están ligados a la compañía, controlada, según consta en el expediente, por la Unión Ferroviaria. En su declaración, Alfonso Severo, que era gerente y estaba suspendido por una interna, contó que “la escala jerárquica que maneja la UF se divide en Ferrobaires y UGOFE –que conduce el ex Ferrocarril Roca–, las cuales trabajan unidas”. También dijo que “Ferrobaires es manejada, en primer lugar, por José Pedraza, por  Juan Carlos “Gallego” Fernández (número dos del sindicato) Humberto Martínez y Pablo Díaz, delegados”.

Díaz es además, como reveló este diario, el acusado de reclutar a los miembros de la patota y conseguirle trabajo en la estructura del ferrocarril y el gremio.

Entre los beneficiados por Díaz estaría el barrabrava de Defensa y Justicia, Cristian Favale, acusado de ser el autor material del disparo que dio muerte a Ferreyra.-

 

 

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